La directora de Greenpeace, tras el veredicto multimillonario en contra: “Es un shock, pero lo volveríamos a hacer”

Un jurado de Dakota del Norte (EEUU) falló este miércoles que la organización Greenpeace debe pagar más de US$600 millones para resarcir a la compañía Energy Transfer por los perjuicios que la energética considera que le causaron las protestas contra la construcción de un oleoducto en 2016.
El caso 30-2019-0V-00180 culminaba una persecución en los tribunales de ocho años, en los que Energy Transfer acusó a la organización de quebrantar la ley contra organizaciones criminales. Energy Transfer ha hablado de “situar ecoterroristas” en las protestas, de impulso de una “agenda extremista” o “diseminación de falsedades” al decir que su oleoducto –hecho para llevar combustibles fósiles– agravaría el cambio climático. Un juez federal archivó la demanda, pero la energética recurrió para volver a sentar a la organización ecologista en el banquillo, esta vez frente a un tribunal de un Estado cuya economía depende en buena medida de la industria petrolera.
Todavía en Dakota del Norte, la directora interina de Greenpeace USA, Sushma Raman, confiesa en una conversación con elDiario.es que el veredicto ha supuesto un shock para la organización, pero que cree que la verdad está de su lado y que ganarán el recurso ante el Supremo.
¿Qué sintió al escuchar el veredicto que les pide 600 millones de euros?
Fue un shock, aunque no una completa sorpresa. Sí esperábamos algo en nuestra contra, pero no sabíamos qué exactamente.
¿Cuáles son sus planes ahora?
Se abre un nuevo capítulo de una larga lucha: esto está lejos de haberse acabado. Vamos a recurrir ante el Tribunal Supremo de Dakota del Norte [el estado donde ha tenido lugar el juicio] y creemos que los hechos y la verdad están de nuestro lado.
La cifra que ha señalado el jurado de 600 millones de dólares es más de lo que aparecía en la demanda de Energy Transfer
Es inasumible para nosotros. Una cantidad gigante para Greenpeace o cualquier otra ONG, pero una gota en el océano para Energy Transfer y otras petroleras, así que este proceso no va de dinero, no se trata de compensarles por una supuesta pérdida económica.
Se trata de un nuevo capítulo de una larga lucha: esto está lejos de haberse acabado. Vamos a recurrir y creemos que los hechos y la verdad están de nuestro lado
Se trataba de lanzar un mensaje a Greenpeace y a otros grupos ambientalistas: si ponéis el foco en lo que estamos haciendo, vamos a silenciaros.
¿Piensa que si el juicio se hubiera celebrado en otra sede, como intentó Greenpeace que sucediera, el resultado habría sido diferente?
Intentamos cambiar la sede a un lugar donde la población no hubiera estado tan cerca de las manifestaciones de protesta, que no las hubiera vivido en primera persona y donde los ciudadanos no estuvieran necesariamente empleados por la industria petrolera y gasística, pero no tuvimos suerte.
Pero, además, sobre la elección del lugar donde llevar a cabo proceso, se da la circunstancia de que hay otros 34 estados diferentes en EEUU que tienen leyes contra las SLAPP [la litigación estratégica contra la participación pública, en inglés] y que habrían desarticulado la capacidad de la compañía para realizar este ataque.
¿Calificaría este juicio de injusto?
Ha sido un veredicto muy fuerte. Es incomprensible. A la luz de los hechos, que son que Greenpeace mostró solidaridad con los líderes indígenas de la protesta, que participamos en la formación para acciones no violentas, que hicimos colectas junto a cientos de otras organizaciones, consideramos incongruente el resultado. Así que estamos deseando recurrir.
Ha sido un veredicto muy fuerte. Es incomprensible. A la luz de los hechos, consideramos incongruente el resultado
¿Cree que la relación entre Donald Trump, la empresa Energy Transfer y los permisos para este oleoducto han podido influir?
Eso es el telón de fondo. Hemos tenido un juicio con jurado, pero todo eso está ocurriendo. Vemos cómo hay un retroceso en las políticas y salvaguardas ambientales y la eliminación de la financiación para protección ecológica. Eso no puedes separarlo.
Se ha creado toda una atmósfera en contra.
Sí, porque la nueva administración está cargando contra la protesta pacífica e intenta desmantelar los movimientos sociales y los medios de comunicación independientes. Por eso este caso es tan importante, no solo para Greenpeace sino también para el futuro de las libertades y los derechos de expresión, asociación, reunión... que están amenazados ahora mismo.
Nuestro lema es: no nos silenciarán. Si nos encontramos con un asunto en el que creemos, en el que pensamos que podemos aportar y se nos invita a participar, no vamos a echarnos atrás
Viendo el resultado, ¿volverían a hacer lo mismo?
Sí, volveríamos a hacerlo, volveríamos a aparecer allí para apoyar, para ser solidarios y para hablar en contra de las injusticias climáticas. En retrospectiva, considero que hicimos lo correcto. Fuimos un jugador muy pequeño en el gran esquema de las cosas, pero creo que haríamos lo mismo.
Entonces ¿están dispuestos a repetirlo?
Nuestro lema es: no nos silenciarán. Si nos encontramos con un asunto en el que creemos, en el que pensamos que podemos aportar y se nos invita a participar, no vamos a echarnos atrás.
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