El Papa y su 'Vaticano 3' en el hospital desde el que gobierna mientras sigue internado

Francisco evoluciona favorablemente después de tres semanas en el Hospital Gemelli, en la que supone la internación más larga de su historia. Aunque los médicos siguen manteniendo el ‘pronóstico reservado’, las terapias viran cada vez más a intensificar la rehabilitación de cara a una futura alta.
Este sábado, el Vaticano informó que Francisco “en los últimos días se ha mantenido estable y, en consecuencia, muestra una buena respuesta a la terapia”. El parte agrega que se observa “una ligera mejoría gradual”.
Durante estas tres semanas, Francisco sufrió cuatro episodios graves, de los que se fue recuperando, y aunque el ingreso está durando mucho más de lo esperado al comienzo – hubo un momento en el que se habló de un alta, como muy tarde, para el ya superado 5 de marzo–, todos confían en que lo peor ya pasó. “Hay Papa para rato”, confirma uno de los pocos colaboradores de Francisco que pudo estar en contacto directo con él y que asegura, tajante, que Bergoglio “está perfecto de la cabeza, mejorando progresivamente de la neumonía, sigue guiando la barca de la Iglesia y no tiene intención de renunciar”.
Lo cierto es que, pese a su debilidad, Francisco continuó firmando nombramientos, modificando legislaciones y aceptando que se publiquen decretos relevantes, como el cambio de la normativa de la Ciudad del Vaticano para otorgar plenos poderes a Raffaela Petrini, la primera mujer alcaldesa vaticana, intervenir un movimiento eclesial argentino, cuyo fundador fue expulsado por abusos, o permitir la publicación de la sentencia canónica del 'caso Gaztelueta'.
Francisco también confirmó la canonización de primer santo venezolano, envió las catequesis de los últimos miércoles o los textos del Ángelus que se difunden sin su presencia. También, hizo que dos cardenales leyeran sus homilías en el Jubileo de los Diáconos y el Miércoles de Ceniza. “No estamos en Sede vacante (cuando el Papa muere), ni en Sede impedida (cuando el pontífice está incapacitado para llevar a cabo su misión, bien porque haya sido detenido o porque no se encuentre en condiciones mentales)” constatan desde la Santa Sede.
Casi nadie accede al búnker
Lejos de Casa Santa Marta, Francisco convirtió la planta décima del hospital Gemelli en su lugar de trabajo. No en vano este lugar es conocido como el 'Vaticano 3'. Eso sí, el hospital está protegido como un búnker. Apenas el secretario de Estado, Pietro Parolin, y su sustituto, Edgar Peña Parra, en dos ocasiones, así como la presidenta del Consejo de Ministros italiano, Giorgia Meloni, al comienzo de su ingreso, han superado el férreo control del sistema de seguridad vaticano. Así que, únicamente se permitió entrar al personal médico y a los secretarios personales del pontífice, quienes se encargan de colaborar con él en los trabajos del día a día. Porque, excepto los días de las grandes crisis, Francisco siguió trabajando.
Nadie puede ingresar en la planta décima, la reservada a los apartamentos papales en el centro sanitario, sin el permiso del equipo médico, lo que desató una catarata de fake news, que llegaron a asegurar que Bergoglio había muerto, que estaba intubado o que había sido trasladado a la Santa Sede para morir en territorio vaticano. Porque nunca un Papa murió en el Gemelli.
Tal vez para frenar los rumores, la Santa Sede difundió este jueves por la noche un audio del Papa en el que, con voz cansada y dolorida, agradece a los fieles que cada noche se reúnen para rezar el Rosario por su salud en la plaza de San Pedro, su oración y su cercanía. “Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi salud desde la Plaza, los acompaño desde acá. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Gracias”, se escuchó, de manera entrecortada, y en castellano, a Bergoglio.
Una especie de prueba de vida que, lejos de tranquilizar al mundo, volvió a desatar opiniones encontradas, entre los que se alegraban de escuchar, por fin, al pontífice, y los que criticaban la emisión, que les recordaba demasiado a la agonía de Juan Pablo II. Tuvo que ser la Santa Sede la que aclaró que fue el propio Papa quien “quiso que su audio con su saludo fuera difundido”. Según fuentes vaticanas, Francisco instó personalmente a la transmisión del mensaje porque quiso “agradecer las numerosas oraciones que se están haciendo por él, gracias a las cuales se siente como 'llevado' y sostenido por todo el pueblo de Dios”. Y, también, para alejar las exigencias de quienes reclamaban una prueba de que el Papa seguía vivo.
Con todo, escuchar la voz entrecortada y gastada de Bergoglio volvió a ser objeto de críticas por parte de los que antes habían pedido una grabación, o imágenes del Papa en el hospital, algo que en su única rueda de prensa hasta la fecha habían descartado los médicos. “No va vestido de Papa en el hospital, va con pijama. Es un enfermo, y como todos tiene derecho a su privacidad”, alegaban los doctores, que este mismo jueves decidieron que, dada la estabilidad del pontífice, no habría más partes médicos hasta el de este sábado por la tarde.
Aniversario papal para centrarse en lo esencial
El próximo jueves, 13 de marzo, se cumplirán doce años de la elección de Jorge Mario Bergoglio como obispo de Roma, en sustitución de Benedicto XVI, quien formalizó su histórica renuncia al Papado. Muchos esperan, para ese día, si no el alta del Papa y su traslado al Vaticano para continuar su recuperación, sí al menos la tan ansiada imagen que tranquilice a millones de fieles en todo el mundo. ¿Volverá pronto Francisco al Vaticano? Eso es algo que depende de los médicos. ¿Qué hará cuando regrese? Los expertos consultados coinciden: “Centrarse en lo esencial”.
¿Qué quiere decir esto? Que, probablemente, Francisco tendrá que reducir drásticamente las audiencias, públicas y privadas, que mantuvo a lo largo de estos doce años. Asimismo, se normalizará que sean cardenales de la Curia quienes presidan la mayor parte de ceremonias, con excepciones como, por ejemplo, la canonización de Carlo Acutis, o la clausura del Año Jubilar. Queda por saber qué sucederá en Semana Santa, aunque ya en otras ocasiones Francisco ya evitó presidir celebraciones e, incluso, no participó en los Via Crucis de Viernes Santo en el Coliseo. También habrá que despedirse de la imagen de un Papa en un avión: es bastante improbable que el único viaje previsto para este año (Nicea, coincidiendo con el 1700 aniversario del Credo que definió la Iglesia en tiempos de Constantino) llegue a realizarse, y por supuesto la visita a Canarias, ahora mismo, parece una quimera.
Por contra, Bergoglio habrá de dedicar buena parte de sus esfuerzos a “concluir su obra”, tal y como señala un colaborador estrecho del pontífice, que apunta a las diez comisiones creadas tras el Sínodo de la Sinodalidad, y que este mes de junio presentarán sus conclusiones respecto a las “cuestiones polémicas” planteadas en los debates sinodales. Entre ellas, el cambio en la moral sexual, el papel de la mujer en la Iglesia, el diaconado femenino, la posibilidad de curas casados, la reforma en los seminarios, el ecumenismo o una relectura de la autoridad del Obispo de Roma frente a otras iglesias cristianas.
Y, también, y especialmente después del ingreso más largo de su pontificado, poner las bases para cerrar el único punto que la milenaria legislación vaticana no cubre: ¿qué hacer cuando un Papa pierda la cabeza, entre en coma o no pueda articular palabra? Y, casi tan importante como esto: ¿Quién podría tomar la decisión de deponer al Pontífice? Porque otras decisiones, como quién será el próximo Papa, ya no estará en manos de Bergoglio. Cuando toque que, ahora, parece que no.
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