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TECNOLOGÍA

¿Cuánto se puede transferir por día en Argentina?

Extracción de fondos

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Si alguna vez te encontraste en la situación de tener que transferir dinero a alguien y te dijeron que hay un límite diario, probablemente experimentaste una mezcla de sorpresa, confusión y, si sos como yo, un toque de frustración.

Porque claro, ¿quién decide cuánto es “demasiado” dinero para mandar? Y más importante aún, ¿por qué ese número parece estar siempre por debajo de lo que realmente necesitás?

Esto es Argentina

Bienvenidos al mundo de las transferencias bancarias en Argentina, donde todo es posible… menos transferir lo que quieras.

Porque sí, queridos lectores, vivimos en un país donde podés hacer de todo desde tu celular, incluso tener una billetera virtual para llevar el control de tus finanzas, pero cuando llega la hora de mandar plata, los bancos nos ponen límites, como si fuéramos adolescentes con tarjeta de crédito recién estrenada.

¿De cuánto estamos hablando?

Primero, saquemos los números a la luz. La cantidad que podés transferir por día en Argentina depende de varios factores, como el banco, el tipo de cuenta que tengas y si estás usando home banking o una aplicación.

Parece sencillo, pero este “depende” es como la respuesta clásica de los profesores de matemática cuando les pedías que te aclararan un ejercicio: nunca es tan simple como parece.

Los clásicos: cuentas bancarias

Si usás una cuenta bancaria tradicional y tenés una billetera virtual para llevar el control de tus finanzas la cantidad máxima de dinero que podés transferir varía entre $200.000 y $500.000 al día.

Y antes de que te pongas a saltar de alegría, esos números pueden cambiar dependiendo de si la transferencia es a una cuenta en el mismo banco o a otra entidad. Porque claro, ¿por qué hacer las cosas simples?

Mismo banco, caso aparte

Por ejemplo, si querés mandar plata de una cuenta en Banco A a otra cuenta en Banco B, el límite puede ser más bajo que si la transferencia es entre dos cuentas del mismo banco. Esto es como jugar al UNO con las reglas de la casa: nunca sabés si te van a sacar un +4 o un “cambio de sentido” justo cuando estabas a punto de ganar.

La magia de las apps

En la era de las fintech y las billeteras virtuales, todo parece más fácil. Pero no nos engañemos: los límites siguen existiendo, solo que están camuflados bajo una interfaz más amigable. Plataformas como Naranja X también tienen sus límites diarios, y suelen ser más flexibles que los bancos tradicionales.

Límite, pero con permiso

Acá es donde la historia se pone interesante (o desesperante, depende de tu perspectiva). Si querés saltarte el límite diario porque, digamos, estás por comprar un auto usado o financiar el viaje de tus sueños, hay opciones.

Muchos bancos te permiten pedir autorización para aumentar temporalmente el límite de transferencia. Esto, en teoría, suena fantástico. En la práctica, es como pedir permiso para salir el viernes a la noche cuando eras adolescente: nunca sabés si te van a decir que sí.

Disculpe, señor banco…

Para hacer esto, tenés que ponerte en contacto con el banco, y dependiendo de su nivel de sofisticación tecnológica, podés hacerlo a través de la app, llamando al servicio de atención al cliente (¡buena suerte con eso!) o, si tenés suerte, por WhatsApp.

El aumento del límite suele ser temporal, lo que significa que vas a poder mandar esa plata extra solo durante un par de días. Después, todo vuelve a la normalidad, y vos también volvés a tener los pies en la tierra.

¿Y las empresas? Otro cantar

Si sos una empresa o manejás una cuenta corporativa, los límites cambian. Porque, por alguna razón, se asume que las empresas necesitan mover más plata que los simples mortales. Los límites de transferencia para empresas suelen ser más altos, y algunas entidades permiten hasta $2.000.000 al día.

Suena a mucho, pero para una pyme que tiene que pagar sueldos, proveedores y mantener la rueda girando, puede quedarse corto rápidamente.

Negociar, negociar, negociar

Sin embargo, las empresas también enfrentan desafíos similares: si necesitan transferir montos más grandes, también tienen que pedir aumentos temporales de los límites. Es como si el sistema financiero argentino estuviera diseñado para mantenernos en una constante negociación.

La odisea del cliente bancario

Uno pensaría que en pleno siglo XXI, con toda la tecnología disponible, transferir dinero sería una de las cosas más fáciles del mundo. Pero no. Los bancos y las fintech siguen poniéndonos límites, y a veces parece que lo hacen solo para ver si logramos cumplir con nuestras obligaciones antes de que se acabe el día.

Porque claro, los límites no solo existen por capricho: están ahí para protegernos. O al menos eso nos dicen. Pero lo cierto es que muchas veces lo único que generan es un poquito de estrés innecesario, sobre todo cuando necesitás mandar una suma importante y te encontrás con la temida notificación: “Límite de transferencia alcanzado”.

¿Y entonces, qué hacemos?

En un mundo ideal, podríamos transferir lo que quisiéramos cuando quisiéramos, sin limitaciones. Pero mientras tanto, nos toca adaptarnos a los límites que nos imponen los bancos, las apps y hasta la economía en general.

Si necesitás transferir una cantidad mayor a la que te permiten los límites diarios, siempre tenés la opción de hacerlo en varias tandas. Este método es algo así como tratar de meter más fichas en una máquina de arcade: lleva tiempo y paciencia, pero al final, lo conseguís.

Otra opción es hablar con tu banco y pedir un aumento temporal del límite. Aunque el proceso puede ser un poco burocrático, muchas veces funciona y te permite hacer esa transferencia que tanto necesitás.

En resumen, los límites existen

Si bien puede parecer frustrante, los límites de transferencia están para protegernos y, en cierta medida, para poner un poco de orden en el caos financiero. Aunque las billeteras virtuales y las fintech han hecho el proceso mucho más rápido y eficiente, los límites siguen siendo una realidad con la que todos tenemos que lidiar.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a la pregunta “¿Cuánto puedo transferir por día?”, recordá: siempre hay maneras de saltar los obstáculos, ya sea en tandas o pidiendo permiso. Al final del día, lo importante es que sigamos moviendo plata (o lo poco que nos queda después de los gastos del mes) con la mayor libertad posible.

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