Qué es
El esperadísimo reemplazo de la actual generación del Lancia Ypsilon, que ya lleva casi 13 años a cuestas desde su lanzamiento en 2011. Conserva el nombre, pero crece en dimensiones y posicionamiento, ya que dejará de ser un citycar (segmento A), para pasar a ser un hatchback del segmento B, con una orientación más premium.
Comparte arquitectura y muchos elementos con el Peugeot 208 (que también se fabrica en Argentina) y con el Opel Corsa, ya que las tres marcas pertenecen al Grupo Stellantis. Como sus “primos hermanos” europeos, el Ypsilon ofrecerá opciones de motorización 100% eléctrica, híbrida y convencional. La versión presentada ayer es una edición especial denominada Cassina, por una alianza entre Lancia y el fabricante italiano de muebles que le da nombre. Serán solo 1905 unidades –un número que homenajea al año de fundación de Lancia–, que tienen un interior con diseño, materiales y terminaciones especiales. Esta primera edición será 100% eléctrica, con un motor de 154 CV y 260 Nm de torque, alimentado por una batería de 51 kWh, que permite una autonomía de unos 400 con la carga completa (este esquema motriz es el mismo que el de las versiones full eléctricas del 208 y el Corsa). Para conocer el resto de las opciones motrices y niveles de equipamiento habrá que esperar unos meses, cuando la gama completa se oficialice.
Un aspecto destacado del Ypsilon es su diseño, ya que el equipo de estilo de Lancia trabajó arduamente para diferenciarlo del 208 y el Corsa, con los que comparte una idéntica silueta. Hay una trompa completamente nueva, con un gran protagonismo del nombre Lancia y una gráfica de luces muy lineal, a todo lo ancho del auto. Para darle un aspecto de “coupé”, la manija de la puerta posterior está disimulada en el parante trasero, que además tiene un color distinto de la carrocería y el logo de la marca aplicado. Atrás también hay un diseño muy particular, con faros redondos que –a decir de la marca– son una conexión visual con el legendario Lancia Stratos, un auto icónico en la historia del Rally. El otro elemento muy distintivo del Ypsilon son sus superficies laterales muy limpias y controladas, que lo diferencian claramente de sus primos-hermanos. Muchos de estos elementos están tomados del concept car Pu+Ra HPE, presentado el año pasado como “banco de pruebas estilístico” para este reboot de Lancia.
La edición especial eléctrica Cassina tendrá un precio de 40.000 euros, pero se descuenta que habrá versiones híbridas y a combustión mucho más accesibles. Como referencia, los precios del Ypsilon actual van de los 15.000 a los 21.000 euros.
A qué apunta
El nuevo Ypsilon es presentado como el primer paso en un “renacimiento” de Lancia, una marca muy querida en Europa, que viene desde hace años coqueteando con la desaparición, pero supo gozar en el pasado de un enorme prestigio ganado por su innovadora ingeniería, sus diseños rupturistas y sus resonantes triunfos en el automovilismo deportivo, especialmente en el Rally durante las décadas de 1980 y 1990. En la práctica, el primer objetivo práctico del nuevo Ypsilon es trascender las fronteras de Italia, ya que la generación anterior solo se vendía en ese país. Se venderá entoncesen toda Europa y ahí sus rivales directos serán el Audi A1 (un modelo que tiene los días contados) y el Mini Cooper, en un segmento de autos chicos premium que parecía en vías de extinción. Más adelante, las versiones más accesibles también competirán con la nutrida oferta de hatchbacks “B”, que incluye los mencionados Peugeot 208 y Opel Corsa, Renault Clio, Volkswagen Polo, Toyota Yaris, Citroën C3, entre muchos otros.
(Breve) opinión
Seguramente los fanáticos de la marca (que los hay, y muchos), hubiesen esperado para este “renacer” de Lancia un producto más original y rupturista, a la altura del ilustre pasado de la marca. Pero estos no son tiempos de romanticismo, y en ese contexto hay que decir que el nuevo Ypsilon –aun siendo un derivado de otros productos– parece tener buenos argumentos.El primero es el diseño, que cumple con el objetivo de lograr diferenciarse de los otros productos de Stellantis, y también en darle algunos elementos identitarios a esta “nueva Lancia”. La trompa y la cola son tienen mucho carácter al auto, pero lo más interesante es el notable trabajo de superficies en el lateral del auto, que refleja la luz con una suave y bella curvatura en forma de arco. Se nota que Stellantis puso bastante inversión ahí, porque hay toda una nueva panelería específica que no debe ser nada fácil, ni barata, de estampar. Por dentro el auto luce original y contemporáneo, y la fiabilidad y calidad general como producto están avaladas por el éxito de sus primos-hermanos, con los que comparte plataforma y mecánica.
Ahora bien, para el enorme desafío que enfrenta el Ypsilon, tal vez no alcance con un bonito diseño ni una buena propuesta como producto en general. Tampoco con el nombre, la historia y el cariño de los entusiastas sienten por la marca. En un mercado tan competitivo como el europeo, Stellantis tendrá que hacer también una fuerte inversión en marketing y comunicación, además de tener una política de precios muy fina, que posicione al Ypsilon por encima de sus primos-hermanos, pero sin pasarse de la raya. Y sobre todo necesita tiempo, el suficiente como para que la marca Lancia pueda ir anclando en la consideración de los consumidores, e ir sumando más productos. ¿Tendrá Stellantis la suficiente paciencia para que la –poca o mucha inversión– que está haciendo en Lancia fructifere? El futuro de la marca depende de ello… y ni siquiera así está asegurado.
RT