Tras idas y vueltas entre el oficialismo y la oposición, Bienes Personales se vota en el Senado
De tener la certeza que se ganaba, finalmente se perdió. La misma lógica del “tiro por la culata” que dejó al Gobierno sin Presupuesto para 2022, perjudicó a la oposición la semana pasada cuando forzó en Diputados votar las modificaciones del impuesto a los Bienes Personales que ya había aprobado por unanimidad el Senado en octubre, pero que el oficialismo intentaba congelar por su costo fiscal de unos 31 mil millones de pesos.
E faltazo –escándalo incluido– de tres diputados cambiemitas le permitió al oficialismo introducir nuevos cambios para morigerar la caja y lograr un ajustadísimo triunfo de 127 a 126 votos, y despachar el proyecto nuevamente a la Cámara alta.
Con ese escenario de idas y vueltas, cargado de discusiones y cruces políticos ante una brasa caliente que nadie parece querer tomar, el tributo a los Bienes Personales será protagonista de la última sesión del año del Senado convocada por Cristina Kirchner para este miércoles y el Frente de Todos espera hacer gala de sus alianzas provinciales luego del recambio legislativo.
Tras dar positivo de Covid-19 el senador catamarqueño Guillermo Andrada, el gobierno consiguió el acompañamiento de los senadores Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia de Misiones) y la riojana María Clara del Valle Vega, que ingresó a la Cámara por Juntos por el Cambio pero ahora integra el monobloque Fuerza Cívica Riojana, que fue clave para llegar a los 37 necesarios para convertir en ley la actualización del mínimo no imponible de los Bienes Personales de 2 a 6 millones pesos, entre otros cambios que se introducen. Después se integró la senadora cordobesa Alejandra Vigo, que responde al gobernador Juan Schiaretti, para llegar a los 38 presentes, pese a las quejas de Juntos, a través del mendocino Alfredo Cornejo.
Si bien el proyecto surgió desde el oficialismo al calor de la campaña electoral –luego de las PASO–, el proyecto que presentó el ahora ex senador cordobés Carlos Caserio fue modificado por la Casa Rosada. El borrador original establecía que el mínimo no imponible se elevara a $8 millones, pero un pedido del Ministerio de Hacienda obligó a ajustar el monto, por lo que se estipuló un piso de $6 millones y se elevó de $18 a $30 millones el valor de la vivienda exenta del tributo. Todo el arco político estuvo de acuerdo: los 50 senadores presentes el 28 de octubre lo aprobaron.
La discusión en Diputados y la crisis de JxC
Pero con la derrota en noviembre y las negociaciones con el FMI de por medio, el kirchnerismo frenó su tratamiento en Diputados para no agravar las cuentas públicas. Hasta que el miércoles pasado la oposición, envalentonada con el duro golpe que le había propinado a Alberto Fernández con el Presupuesto, convocó a una sesión especial para tratarlo.
Juntos por el Cambio, el Interbloque Federal y los libertarios de Javier Milei y José Luis Espert sumaron 125 legisladores, pero no llegaron al quórum de 129. Entre los ausentes había tres cambiemitas: Camila Crescimbeni (Pro), que había dado positivo de Covid; Álvaro González (Pro), con licencia por viaje en Alemania, y Gabriela Brower de Koening (UCR-Evolución), el caso más polémico, que estaba en Disney con su familia.
Entonces Sergio Massa invitó a los diputados del FdT a bajar el recinto para dar quórum y el oficialismo redobló la apuesta: incluyó nuevas cláusulas para aliviar el impacto fiscal que generaría la actualización del impuesto. El kirchnerismo consiguió el apoyo de los cuatro diputados del Frente de Izquierda –Romina Del Plá, Nicolás Del Caño, Myriam Bregman y Alejandro Vilca– y de seis de fuerzas provinciales: los rionegrinos Luis Di Giacomo y Agustín Domingo; los misioneros Diego Sartori y Carlos Fernández, y el neuquino Rolando Figueroa, todos del interbloque Provincias Unidas; y el santacruceño Claudio Vidal, del bloque SER.
En el macrismo se sorprendieron porque esperaban la abstención de la Izquierda y el rechazo de los provinciales, supo este medio. “De ganar por cinco o seis votos se pasó a perder”, se lamentó una fuente parlamentaria ligada a JxC.
La pelota quedó del lado del oficialismo: menos de 24 horas después, la nueva composición de la comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado aprobó el dictamen del proyecto modificado en Diputados. Y ante la negativa de la oposición de tratarlo antes de la Navidad sobre tablas –se requieren dos tercios de los legisladores–, la vicepresidenta dejó pasar el tiempo reglamentario de una semana y ayer firmó el decreto de convoctoria a la sesión de mañana, sabiendo que cuenta con los votos para cerrar el año con una victoria parlamentaria.
En la vereda de enfrente aún no sanan las heridas del “papelón” –según calificaron por lo bajo– en Diputados. Brower de Koening tuvo que pedir disculpas públicas y soportar un reto público de Mauricio Macri, que en una entrevista al diario El Sol dijo que le cayó “mal” la situación y exigió “estar al pie del cañón”. A su vez, en el radicalismo le reprocharon al cordobés Rodrigo de Loredo, líder del flamante bloque UCR-Evolución, no haberla frenado a tiempo.
La crisis incluso se coló en la cumbre de la Mesa Nacional de JxC, donde con “énfasis en la institucionalización” –como se comunicó oficialmente– se buscó darle mayor coordinación a la fuerza opositora, aunque El frente acordó no aumentar ni crear nuevos impuestos, por lo que es casi seguro que el interbloque de senadores, que preside Alfredo Cornejo y sumaría junto a aliados 34 escaños, vote en contra en la sesión de mañana. “Estamos elaborando un despacho alternativo que ratifica la media sanción sacada por unanimidad por el Senado hace unos meses”, explicó el senador por Mendoza antes del cónclave cambiemita.
Pero lo que la oposición ve como un retroceso, en el oficialismo lo califican de “progresividad”, según el diputado Carlos Heller, titular de la comisión de Presupuesto: “Un universo de 16 mil personas van a pagar un poco más para que 500 mil personas reciban un beneficio de una disminución de lo que tienen que pagar o para que lisa y llanamente dejen de pagar”, dijo al justificar la iniciativa que ahora vuelve al Senado.
Así, en medio de los cruces políticos y tras idas y vueltas entre las dos Cámaras del Congreso, la sanción de la nueva actualización de Bienes Personales establecería un mínimo no imponible de $6 millones –que se ajustará automáticamente por inflación–, una exención a las vivienda de hasta $30 millones y el incremento de varias alícuotas: para bienes en el país pasaría de 1,25% a 1,5% en patrimonios mayores a los $100 millones, y a 1,75% para patrimonios mayores a los $300 millones, y para bienes en el exterior sería de 2,25%.
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