Tras doblegar Meta, Trump y Musk planean el siguiente movimiento: que X compre TikTok en EEUU
“Le estamos vigilando de cerca, y si esta vez hace algo ilegal pasará el resto de su vida en la cárcel”, decía Donald Trump sobre Mark Zuckerberg este verano. Unos meses después, el CEO de Meta no solo no ha hecho nada ilegal a ojos del presidente electo de EEUU, sino que se ha plegado a todas las reivindicaciones del movimiento Make America Great Again. Ha eliminado la verificación independiente de noticias falsas, ha relajado las normas de moderación para permitir los ataques deshumanizantes contra el colectivo LGTBI o los inmigrantes y ha fichado destacados trumpistas para su junta directiva.
Con Meta sometida, el plan de Trump y Elon Musk para las redes sociales continúa. En el punto de mira aparece ahora una de las joyas de la corona, TikTok, que se encuentra en una situación límite en EEUU. Una ley impulsada por el Gobierno de Joe Biden la acusa de ser una amenaza para la seguridad nacional por los vínculos de su empresa matriz, ByteDance, con el Estado chino.
La norma daba un ultimátum a ByteDance para vender la infraestructura de TikTok a una empresa norteamericana. De lo contrario, será prohibida en EEUU. El plazo concluye el próximo domingo 19 de enero, un día antes de la toma de posesión de Trump.
TikTok, entre la espada y la pared
TikTok ha recurrido la ley en los tribunales y pelea para que, aun en el caso de ser forzada a la venta, se amplíe el plazo que tiene para completar la operación. El caso ha llegado al Tribunal Supremo de EEUU, que celebró audiencia el pasado viernes y se ha posicionado preliminarmente a favor de confirmar el texto de la norma. El abogado de TikTok defiende que será imposible cerrar una venta a tiempo y que “esencialmente la plataforma cerrará”.
De no hallar solución antes del 19 de enero, las tiendas de aplicaciones de Android e iOS impedirán la descarga de TikTok. Los usuarios que ya la tengan instalada podrán seguir accediendo a ella, pero sus servicios se irán degradando con el tiempo, ya que la empresa no podrá actualizar el código. El riesgo de estafas y ciberataques también crecerá enormemente ante la inacción de los equipos de seguridad hasta que finalmente la app colapse.
Un grupo de senadores demócratas ha pedido a Biden que conceda una moratoria de 90 días adicionales a ByteDance para impedir este desenlace. Sería una inyección de oxígeno a la red social, que cuenta con unos 170 millones de usuarios en el país (tantos como Instagram y solo por detrás de Facebook y YouTube, que tienen 250 y 238 millones respectivamente) y varios millones de influencers que tienen ingresos gracias a los contenidos que publican en ella.
“La prohibición de TikTok supondría graves consecuencias para millones de estadounidenses que dependen de la aplicación para sus relaciones sociales y su sustento económico. No podemos permitir que eso suceda”, alegan estos senadores en declaraciones recogidas por la Agencia Reuters.
No obstante, para obtener la prórroga ByteDance debería demostrar que está trabajando activamente en un traspaso. Esto no sería sencillo por la gran complejidad técnica que implica amputar la comunidad de TikTok EEUU de la infraestructura que la app emplea en el resto del mundo, así como la negativa a hacerlo que ha expresado el Gobierno chino, que cuenta con una acción de oro en ByteDance y reglas estrictas sobre la venta de tecnología a empresas extranjeras.
La “solución política” de Trump
Mientras, Trump ha pedido al Tribunal que impida la prohibición de TikTok para encontrar una “solución política” al problema. Según ha publicado este martes Bloomberg, esa solución consistiría en favorecer que su paladín tecnológico, Elon Musk, compre la filial estadounidense de TikTok y forme un grupo empresarial con X.
Según el citado medio, las conversaciones se están llevando por encima de la propia TikTok, directamente con los funcionarios chinos que tendrían que autorizar la venta. La prioridad del gigante asiático sigue siendo lograr en los tribunales que ByteDance mantenga el control de la app, pero está trabajando en planes de contingencia en caso de que el Supremo no les dé la razón. Uno de ellos es la venta a Musk.
Trump estaría utilizando la espada de Damocles que pende sobre TikTok como una herramienta más de la política comercial con China y su amenaza de imponer nuevos aranceles. Una baza que los representantes chinos estarían dispuestos a ceder para rebajar las cargas de exportación de sus productos al país, según las citadas fuentes.
Musk tiene una buena relación con China gracias a Tesla, que tiene su mayor fábrica del mundo en Shanghái. Una supuesta venta del negocio estadounidense de TikTok podría alcanzar los 50.000 millones de dólares. Musk tiene una fortuna de unos 421.700 millones de dólares, según recoge Forbes, pero gran parte de ella está depositada en acciones y participaciones de sus otras compañías. Es posible que para financiar la compra acudiera a socios privados, como hizo para la compra de Twitter, que terminó cerrándose en 44.000 millones de dólares (en este caso, por todo su negocio global).
La adquisición podría ayudar a Musk a recuperar los anunciantes perdidos en X. Además, los datos de los usuarios de TikTok serían una valiosa adición a los recursos de xAI, su compañía de inteligencia artificial, valorada ya en unos 45.000 millones de dólares. Actualmente, Musk ya está usando la información de los usuarios de X para entrenar los algoritmos de xAI, pero también los está vendiendo a terceras empresas con el mismo fin.
TikTok lo niega
TikTok ha desmentido este martes que esté en conversaciones para vender su segmento estadounidense a Elon Musk, calificándolo como “pura ficción” en un comunicado enviado a la Agencia EFE. “No se puede esperar que comentemos sobre algo que es pura ficción”, ha aseverado.
Pese a todo, no sería la primera vez que Trump tiene éxito al forzar a esta red social a ceder parte de su negocio a un aliado cercano. En 2020 sus acusaciones de injerencia contra empresas chinas terminaron forzando a TikTok a firmar un contrato con Oracle para que todo su tráfico en el país pase por los centros de datos de esta tecnológica, que realiza una especie de “vigilancia” de que la red social no los envía luego a China. Oracle está dirigida por Larry Ellison, un amigo personal de Trump, el cuarto hombre más rico del mundo con una fortuna de 196.000 millones de dólares.
Fue precisamente de ese proceso del que nació el trámite para impedir a una red social de propiedad china operar en EEUU y que podría terminar en la prohibición definitiva de TikTok en el país. Sin embargo, ahora Trump se ha posicionado en contra del veto. “Salvaré TikTok”, prometió durante la campaña electoral, alegando que su prohibición en EEUU impediría la “competencia” con Facebook, a quién señaló como “el enemigo del pueblo”.
Musk también ha hecho declaraciones en contra de la prohibición. “En mi opinión, TikTok no debería prohibirse en EEUU, aunque tal prohibición pudiera beneficiar a X”, publicó en su plataforma en abril con motivo de la aprobación de la ley. “Hacerlo sería contrario a la libertad de expresión. No es lo que Estados Unidos representa”, argumentó.
De confirmarse, la operación añadiría aún más dudas sobre si Musk está utilizando su relación con Trump para su propio beneficio personal. Un grupo empresarial formado por la comunidad estadounidense de usuarios de TikTok y X sería mucho más atractivo para una venta, el objetivo último que Musk expresó para Twitter cuando lo compró en 2022. En EEUU, los usuarios de TikTok pasan una media de 95 minutos al día en la aplicación, cifra que sube a los 120 en el rango de edad de los 11 a los 17. Este segmento es el gran nicho de la aplicación en el país, con un 55% de sus usuarios por debajo de los 30 años.
En estos meses ha habido otras empresas y candidatos que se han postulado para comprar TikTok en EEUU, pero es la primera vez que se filtran conversaciones de alto nivel con los funcionarios chinos que deberían autorizar la operación. Entre las empresas que han expresado interés están la propia Oracle o Microsoft. Un consorcio liderado por el multimillonario Frank McCourt, que hizo fortuna con el negocio inmobiliario e inversiones en franquicias deportivas; y el inversor canadiense Kevin O'Leary, conocido por su participación en un reality televisivo sobre negocios similar al que hizo famoso a Trump.
DM
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