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A más de un año del ataque

Familiares de los secuestrados argentinos por Hamas recorrieron el kibutz Nir Oz: “No voy a volver a vivir acá”

Itzik Horn, padre de Yair y Eitan, secuestrados el 7 de octubre de 2023 por Hamas.

Mariano Man

Tel Aviv —

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“400 días” es el título de una película estadounidense de 2015 que cuenta la historia de un grupo de astronautas que comienzan una simulación de 400 días de duración en la Tierra destinada a estudiar los efectos a largo plazo de los viajes espaciales. Con el paso del tiempo bajo tierra, la tripulación enfrenta efectos psicológicos extremos como paranoia y alucinaciones. Los miembros del equipo se aíslan cada vez más en sus propios espacios hasta que un hombre desaliñado logra ingresar a su nave espacial simulada. Tras escapar, la tripulación decide salir y explorar el mundo de la superficie, y encuentran que ahora es oscuro, ventoso, desolado, amenazador y cubierto de polvo.

400 son los días que están por cumplirse desde el 7 de octubre de 2023 cuando miles de terroristas palestinos de la organización integrista Hamas invadieron el sur de Israel desde Gaza para asesinar y violar a mujeres y hombres, incendiar poblaciones y secuestrar a 251 personas, de las cuales 101 aún permanecen cautivas en la Franja. Desde entonces, el mundo es, al igual que en la película, un lugar más sombrío y turbulento. 

También son 400 las noches sin poder dormir para los familiares de los secuestrados que, sin pruebas de vida desde hace un año, se aferran a lo único que les queda: la esperanza de que un acuerdo entre Israel y Hamas les devuelva a sus seres queridos. Entre ellos hay ocho argentinos, uno de los cuales ha sido confirmado sin vida. 

El 4 de noviembre y en el marco del solemne aniversario, la Embajada Argentina en Israel junto a organizaciones no gubernamentales como el Fórum de los Familiares de los Secuestrados (representado por Quique Rosenburt), Conexión Israel, y Piedra Libre organizaron un encuentro y un recorrido por el kibutz Nir Oz, una de las comunidades más castigadas en el ataque de Hamas, con un promedio de un miembro asesinado cada cuatro habitantes de esa localidad. 

Hasta el día de la masacre, el 20 por ciento de la población de la comunidad era de origen argentino. Hasta allí llegó el embajador argentino Axel Wahnish acompañado de periodistas e influencers de habla hispana pare reunirse con los familiares de los israelíes-argentinos que permanecen secuestrados.

En Nir Oz esperaban Itzik Horn (padre de Yair y Eitan), Silvia y Luis Cunio (padres de David y Ariel), Dana Silverstein (hermana de Shiri y tía del bebé Kfir y el niño Ariel Bibas, de seis meses y cuatro años, respectivamente, al momento del secuestro), Edith Fucs (esposa de Lior Rudaeff, asesinado por Hamas y cuyo cuerpo sigue en Gaza), Ofelia Roitman (secuestrada el 7 de octubre y liberada 50 días después) y Marcelo Garzón (yerno de Dolev Yehud). Allí dieron sus testimonios y compartieron la escasa información que tienen hasta hoy: los últimos diálogos por WhatsApp, las expresiones en las caras de los vecinos que eran arrastrados por la fuerza y no mucho más.

El kibutz permanece deshabitado. Está siendo utilizado para investigación y como muestra del horror del ataque terrorista. Sólo algunos sectores están siendo reconstruidos.

Un dolor marcado por la incertidumbre

“No voy a volver a vivir acá. Mis otros dos hijos no quieren volver. Nacieron acá y vivieron durante muchos de años”, le contó Silvia Cunio a elDiarioAR, que desde hace un año fue relocalizada junto a su marido en Karmei Gat, a 60 kilómetros de su casa.

Cunio agregó que lo que le pasó a Nir Oz y a su familia no se parece a nada de lo que hubiera escuchado antes. “En la esquina de mi casa asesinaron a una amiga, en cada vivienda hay una historia… En 1988, cuando llegamos al kibutz, durante dos meses soñaba que entraban terroristas con armas y acribillaban a todos”, reveló. 

Por su parte, Ofelia Roitman, la única de su familia que fue secuestrada, le dijo a elDiarioAR que tampoco volverá a su casa. “Quiero estar en un lugar más tranquilo como el que estoy ahora (unos 60 kilómetros al norte). Los cambios de este tipo tienen sus consecuencias”, explicó.

Un año de guerra psicológica

Dana Silverstein ya no vivía en Nir Oz cuando el 7 de octubre Hamas asesinó a su padres y secuestró a su hermana, sus sobrinos y su cuñado. Sin embargo, allí se crió y allí volvió en varias oportunidades desde el 7 de octubre, más en busca de recuerdos que de certezas pero también para mostrar el horror de lo que pasaron los suyos y contar el sufrimiento que le produce la incertidumbre, quizás la peor manifestación posible del dolor.

El 29 de noviembre de 2023, Hamas informó que Shiri Silverstein Bibas y sus hijitos no se encontraban en sus manos sino que habían sido secuestrados por el Frente Popular de Liberación Palestina, una organización terrorista de Gaza de ideología marxista.

Horas más tarde, en el marco de la guerra psicológica que empezó con el mismo día de la matanza, Hamas declaró que Shiri y sus dos niños había muerto en un bombardeo de la Fuerza Aérea israelí.

Las Fuerzas de Defensa de Israel se comunicaron con ella para informarle de esto aunque reconocieron que no había pruebas consistentes para confirmar esos datos. No había ADN que lo ratificara. Desde allí, sólo vive de deseos y angustia.

“Lo único que sé es que el día del ataque sacaron a mi hermana y mis sobrinos de la casa y que se los llevaron mientras mi cuñado Yarden combatía con los terroristas a los tiros. De acuerdo con lo que cuenta Ofelia Roitman, los hombres armados subieron a Shiri y sus hijos a un tractor y ya. La siguiente prueba fue un video que los muestra bajando de una camioneta ya dentro de Gaza. Lamentablemente, no tuvimos más información”, narró Dana.

De Yarden Bibas hubo una prueba de vida posterior: un video filmado por los terroristas en el que se lo veía desencajado luego de que le informaran que su mujer y sus hijos habían muerto. En la filmación se lo ve desencajado culpando al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu de haber bombardeado a su familia y exigiéndole su liberación para poder enterrar a sus seres queridos en Israel.

“En lo personal no es algo a lo que me aferre porque un minuto después de esa filmación todo pudo haber cambiado”, narró Silverstein. 

La última vez que Itzik Horn supo algo de sus hijos Yair y Eitan fue el 24 de noviembre de 2023 cuando se produjo la liberación de 13 mujeres y niños secuestrados (12 habitantes de Nir Oz).

“Ahí me dijeron dos cosas: la primera es que los habían visto en los túneles (debajo de Gaza) y la segunda es que no estaban heridos. Eso confirmaba una información anterior que en ese momento me tranquilizó. Esa información, hoy tiene un año. No puedo creer estar en la misma situación 400 días después”, contó Horn. 

Para él, lo único que no puede pasar es entrar en una situación de normalización de la situación. Lo mismo había dicho el embajador Wahnish al comenzar el recorrido por la devastada comunidad del sur de Israel. 

“El que no actúa, habla o no se compromete, no está cumpliendo con sus deberes y obligaciones de un ser humano de un país libre. El gobierno argentino, la embajada, se pusieron la camiseta de inmediato, y esos son los momentos en los que uno dice ‘qué orgullo ser argentino”, afirmó Wahnish, que añadió que “ver que el país de uno está del lado correcto, apoya la libertad y combate el terrorismo es de un gran valor”.

Esta publicación le preguntó al diplomático qué acciones concretas toma la Argentina para exigir la liberación de los secuestrados argentinos más allá de lo declarativo.

“En primer lugar, que todo lo que se hace se siga haciendo. En el contexto geopolítico internacional, la Argentina es un modelo y un ejemplo –en particular el Gobierno y el Presidente–, una luz entre tanta oscuridad. Con sólo el discurso ya se transmiten valores, que son la raíz de las emociones y las acciones. Obviamente, todas las acciones que reflejan esos valores, como las votaciones en la ONU, la visita del Presidente, son acciones que se hicieron, se hacen y se seguirán haciendo”.

Para realizar parte de sus estudios rabínicos, Wahnish viajó a Israel cuatro veces por periodos diferentes que fueron de entre unos pocos meses a un año. Según el embajador, esto fue vital ya que le permitió conocer en profundidad a la sociedad y la cultura israelí de una forma no exclusivamente religiosa sino como grupo cultural contemporáneo y heterogéneo.

Consultado por elDiarioAR sobre cómo es para él encabezar una Embajada sin ser un diplomático de carrera ni tener una formación específica en ese campo, Wahnish reveló: “El hecho de conocer ambos mundos me facilita las cosas. Hablo los dos idiomas, entiendo las idiosincrasias y comprendo los puntos en común entre ambos países. Eso hace que puede llevar adelante mis tareas sin dificultades”. 

Antes del 7 de octubre, cuando el presidente le ofreció el cargo, Wahnish dudaba si aceptar o no la responsabilidad de ser el jefe de la misión diplomática de Israel. Por inexperiencia pero también por el profundo cambio de vida que implicaba trasladarse con su mujer y sus hijos.

“Luego del 7 de octubre se me terminaron las dudas. Acepté de inmediato, lo tomé como una misión personal que debía cumplir”., le contó el diplomático, que asumió sus funciones en junio de este año, a elDiarioAR.

En ese sentido, elDiarioAR le preguntó si era posible imaginar un próximo viaje del Presidente a Israel (visitó ese país en febrero de este año), Wahnish asintió. “Se puede pensar en eso, sí. Por otro lado, ante la compleja situación y dentro de esa complejidad hay acciones que son difíciles de tomar: qué hacer y qué no. Uno siempre dice qué más puedo hacer para reclamar por los secuestrados”

Por otra parte, el titular de la Embajada argentina afirmó que existe una frase que dice “Tráiganlos a casa” y que ese reclamo de traer a los secuestrado de vuelta “pareciera ser al Estado de Israel pero yo creo que la demanda básica internacional debe ser ‘Libérenlos, déjenlos salir’ porque están secuestrados en condiciones infrahumanas”.

En otro orden, elDiarioAR le consultó a Wahnish qué reciprocidad recibe la Argentina de Israel respecto a la postura tan definida. ¿Nuevos acuerdos comerciales? ¿Gestos simbólicos? 

“Hay un cambio en las relaciones entre ambos países. Yo me quedo básicamente con algo que le dijo el presidente israelí (jefe de Estado, no de Gobierno) Isaac Herzog a Milei: ‘Vos sos Javier y ese nombre viene de la palabra javer (amigo en hebreo). Hoy sos de nuestros mejores amigos en todo el mundo’. 

Del mismo modo, Wahnish destacó que la Argentina está alineada “cien por ciento con el Estado de Israel y su derecho a la autodefensa y ve con claridad que esto no es una cuestión política sino humanitaria y acá lo que se hace es combatir a una organización terrorista definida por sus acciones, ideología y fundamento”. 

Su relación con Milei

En exclusiva con elDiarioAR, el embajador argentino explicó que a pesar de la distancia física que lo separa con el Presidente, la relación entre ambos de fluida, permanente y cotidiana. “Habría que preguntarle a él sobre los detalles pero en nuestra comunicación no hay un tiempo ni un espacio definido”, manifestó.

¿Continúa siendo el consultor y líder espiritual del jefe de Gobierno y una persona que le da contención emocional? “Sí. Seguimos en contacto de la misma forma que cuando me fui y estoy a su disposición cada vez que él lo necesita”, finalizó.  

MM/MG

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