Por qué las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania fueron en EEUU la mejor noticia de la década para el lobby del petróleo y del fracking
La industria del petróleo y el gas de EEUU está utilizando la invasión a Ucrania por parte de Rusia para ejercer presión sobre la administración Biden. Los lobistas están bregando para que más extensiones de tierra y de plataformas submarinas bajo el agua de los océanos queden libres para la perforación, la exploración y el fracking. PIden que el Congreso establezca nuevas normas, más laxas, que extiendan y garanticen mayor libertad de acción a las grandes empresas que intentan aumentar la extracción y explotación de combustibles fósiles.
Apenas unas horas antes de que las tropas rusas comenzaran su ataque no provocado contra Ucrania, el Instituto Estadounidense del Petróleo (API) publicó una serie de tuits en los que pedía a la Casa Blanca que “garantizara la seguridad energética en el país y en el extranjero” al permitir más perforaciones de petróleo y gas en tierras públicas, extender la perforación en aguas estadounidenses y reducir drásticamente las regulaciones que enfrentan las empresas de combustibles fósiles.
API, que representa a los gigantes petroleros, incluidos Exxon, Chevron y Shell, ha pedido a Biden que permita una expansión de la perforación y elimine las regulaciones que impiden nuevos gasoductos con el propósito de ayudar a reducir los costos de combustible para los estadounidenses y apoyar a los países europeos que han visto un aumento en espiral de los costos del gas debido a las preocupaciones sobre el suministro de Rusia, que proporciona a Europa alrededor de un tercio de su gas.
El presidente de EEUU enfrenta presiones opuestas; por un lado debe lidiar con la crisis climática y por el otro evitar el dolor de cabeza político del aumento de los precios de la gasolina para los conductores estadounidenses.
“En un momento de conflicto geopolítico, Estados Unidos debería desplegar su amplia abundancia de energía, no restringirla”, dijo Mike Sommers, director ejecutivo de API. Sommers agregó que Biden estaba “asfixiando innecesariamente nuestro abundante suministro” de combustibles fósiles.
Algunos destacados republicanos se han sumado a los reclamos. “Ninguna administración debería defender un oleoducto ruso en lugar de rellenar el nuestro”, dijo esta semana la senadora Lisa Murkowski, republicana de Alaska, a la legislatura de su estado. “Todos los días, le recuerdo a la administración de Biden los inmensos beneficios por igual de la producción, la energía y los minerales de Alaska, y todos los días les recuerdo que negarse a permitir esas actividades puede tener consecuencias perjudiciales”.
Los grupos ecologistas se apresuraron a criticar el renovado impulso para realizar más perforaciones, acusando a los defensores de utilizar cínicamente la mortal crisis de Ucrania a favor de las grandes corporaciones y el empeoramiento de la crisis climática.
“Expandir la producción de petróleo y gas ahora no afectaría los precios a corto plazo y solo aceleraría la crisis climática, que ya representa una gran amenaza para nuestra seguridad nacional”, dijo Lena Moffitt, del grupo de activismo climático Evergreen Action. “Nos solidarizamos con el pueblo de Ucrania y nos oponemos a las acciones de los líderes de la industria de los combustibles fósiles que intentan sacar provecho de estas desgarradoras atrocidades”.
Rusia se ha enfrentado a un aluvión de sanciones de EEUU y la Unión Europea, aunque los aliados occidentales hasta ahora han evitado en gran medida apuntar a la vasta industria de petróleo y gas del país. Biden ha dicho que las sanciones “terminarán costando caro a Rusia, económica y estratégicamente”, pero no ha aplicado medidas punitivas a Rosneft, la compañía petrolera estatal de Rusia.
El presidente de EEUU enfrenta presiones opuestas; por un lado debe lidiar con la crisis climática y por el otro evitar el dolor de cabeza político del aumento de los precios de la gasolina para los conductores estadounidenses. El jueves, el precio del barril de crudo subió a más de 100 dólares en el mercado mundial por primera vez desde 2014, en medio de temores sobre el suministro de Rusia.
Un grupo de diez demócratas del Congreso escribió a Biden el jueves para instar al presidente a liberar más petróleo de la reserva estratégica de petróleo de EEUU para reducir los costos de combustible que utilizan los consumidores a corto plazo. “Sabemos que, a largo plazo, eliminar la dependencia de EEUU del petróleo brindará la estabilidad que necesitamos para mantener bajos los costos de energía de los hogares estadounidenses”, reconocieron los legisladores.
El bloque europeo está elaborando un plan para alejarse a largo plazo de la dependencia de los fluctuantes mercados de combustibles fósiles, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, destaca la necesidad de una “independencia estratégica en materia de energía”. Europa está “doblando su apuesta por las energías renovables”, añadió.
La crisis de Ucrania podría resultar ser un “punto de inflexión” en el consumo mundial de energía, dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía. “Habrá una transición a la energía limpia... será difícil, pero creo que los gobiernos tendrán que manejar una transición si queremos un planeta seguro y limpio en el futuro”, agregó.
El desarrollo de la energía solar y eólica ha crecido con fuerza en los EEUU en los últimos años, aunque los combustibles fósiles todavía representan alrededor del 80% del consumo de energía doméstico. Los científicos han advertido que las emisiones de la quema de carbón, petróleo y gas deben reducirse rápida y drásticamente si el mundo quiere evitar impactos climáticos catastróficos como olas de calor, inundaciones, inseguridad alimentaria y malestar social.
“La energía limpia es asequible y confiable; no podemos darnos el lujo de esperar más para liberarnos de la volatilidad del mercado de los combustibles fósiles y los dictadores y la violencia que permite”, afirmó Moffitt.
Traducción del inglés de AGB
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