Nadie se suicida en una comisaría
El 11 de abril de 2023 se cometió un travesticidio más dentro de una comisaría argentina. El cuerpo de Sofía Fernández, una compañera trans de la localidad de Pilar, fue hallado sin vida dentro de un calabozo de la comisaría 5° de Presidente Derqui. Hacía tres días que la habían detenido ahí mismo, sin notificación alguna. A su familia, la policía le comunicó distintas versiones sobre la causa de su muerte, mientras que la autopsia demostró que se había tratado de asfixia traumática. Sofi, de 39 años, era profesora de lengua; tenía sueños y aspiraciones de ser enfermera. Estaba tramitando su cambio registral. La semana pasada, primera semana de mayo de 2024, fueron detenidos efectivos de las fuerzas de seguridad bonaerense que estaban implicados en el asesinato de Sofía.
Yo sé muy bien lo que es estar totalmente indefensa, en un espacio cerrado a merced de la policía, sin que tu detención haya sido notificada a tu familia o amigxs (lo que es, en realidad, un secuestro). Puedo recrear perfectamente un enfrentamiento de 10 personas en contra de una sola. Pienso en lo que debe haber pasado por la cabeza de Sofía, recibiendo el maltrato de un grupo de policías únicamente por ser una persona trans. Marco esto porque nadie pudo probar que Sofi estuviera cometiendo un delito cuando la llevaron presa. Lo más probable era que estuviera teniendo la vida que nos dicen que hay que tener: trabajar, estudiar, ir a hacer las compras y volver a casa seguras.
Una de las tantas veces que fui detenida injusta e ilegalmente, en lugar de dejarme encerrada con el resto de mis compañeras en el calabozo del sótano, como era habitual, me llevaron por un pasillo que había sido oculto por un mueble enorme que corrieron para que pudiera entrar. El pasillo daba a cuatro calabozos chicos, más o menos de un metro por un metro. Después de dejarme adentro, volvieron a correr el mueble. Quedé encerrada en un hueco en la pared de la comisaría N°23 de Palermo. Grité para que mis compañeras supieran que estaba ahí. Si no hubiera sido porque una de ellas había logrado entrar un celular con el que avisó a nuestra abogada, Ángela Vanni, que nos habían detenido, quizá hubiera tenido el mismo destino que Vanesa Ledesma, en la ciudad de Córdoba, o que Mocha Celis, en la comisaría número 50 del barrio de Flores: ambas murieron en manos de efectivos de la policía que “cumplían su función estatal”.
La familia, las amistades y las distintas agrupaciones que apoyan el pedido de justicia para esclarecer lo que le hicieron a Sofía Fernández hace ya más de un año, están organizando para este viernes 10 de mayo una movilización citada a las 11 de la mañana en Colectora Oeste Ramal Pilar 1475 (Juzgado de Garantías 6 y 7 de Pilar). Estemos presentes en el pedido de justicia por Sofía, por la investigación y cárcel común para todos los responsables. La cita es clara: defendámonos, a nuestras vidas y a nuestra comunidad.
MBC/SN/DTC
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