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Ministerio de Seguridad

Una detención errónea, el “hombre del talco” y la falsa célula terrorista: los errores de Patricia Bullrich como ministra

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich.

Milagros Moreni

7 de noviembre de 2024 12:10 h

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Patricia Bullrich lo hizo de nuevo. Días atrás la ministra de Seguridad confundió a un periodista deportivo con el líder de una red de distribución de pornografía infantil y lo escrachó en sus redes sociales luego de que la policía lo hubiese detenido. El error comenzó porque el hombre que había viajado desde Tucumán a Rosario a cubrir un partido de fútbol tiene el mismo nombre que el buscado por delitos contra los menores.

Pero esa no fue la única vez que la ministra festejó detenciones que luego se demostraron fueron de personas inocentes. En menos de un año de gestión al frente de la cartera de Seguridad hubo al menos tres casos. Y Aunque cinco personas pasaron varios días detenidas sin causa, Bullrich no ofreció disculpas ni cambió su estrategia de comunicación basada en difundir arrestos como cucardas aunque no se preserve la presunción de inocencia.

Periodista detenido

Se trata de Marco Antonio Centurión que cuando llegó a retirar su credencial de prensa para ingresar a la cancha se encontró con una situación impensada: fue detenido sin explicaciones. El argumento es que recaía sobre él una orden de captura. En verdad el pedido era para un homónimo.

El mal trago no duró sólo el tiempo que pasó encerrado, sino que fue víctima de un escrache. Hasta la ministra de Seguridad Patricia Bullrich difundió sus datos con la narrativa de la detención como un éxito de gestión.

Gracias al programa Tribuna Segura, atrapamos en Rosario Marco Antonio Centurión, un criminal que violó su arresto domiciliario en Tucumán. Este prófugo, buscado por difusión de pornografía infantil, fue recapturado en una rápida acción de nuestro equipo, y llevado de inmediato donde debe estar: ¡Tras las rejas! Nuestra misión es clara: cero tolerancia contra estos criminales. Seguimos firmes en la lucha”, escribió en su cuenta de la red social X.

“No me pidieron ninguna disculpa, y lo que más me molestó es cuando me dan la libertad, tenía un millón de mensajes porque Patricia Bullrich, violando por completo la presunción de inocencia, había publicado un tuit de que yo lideraba una red nacional, uno de los delitos más estigmatizantes que puede tener en la sociedad, manchando mi imagen. Yo tuve problemas judiciales del 2019 al 2022, cumplí perfectamente mi condena y a partir de ahí no tuve ningún problema”, dijo Centurión en Radio Con Vos. Pero no es la primera vez que sucede algo así.

El hombre del talco

El 2 de octubre un hombre fue detenido en Mendoza mientras viajaba en micro porque Gendarmería creyó haber encontrado “2 kilos 444 gramos de cocaína” en envases de talco.

“Mucho talco, poco efficient-e”, posteó más tarde la ministra de Seguridad en sus redes sociales para celebrar la detención. Luego, 21 días más tarde, se comprobó que lo incautado no era droga sino, efectivamente, talco para pies por lo que el hombre fue liberado y el caso, cerrado.

Consultada por periodistas en los pasillos de Casa Rosada acerca del error, Bullrich dijo: “No hubo ninguna falla en ninunga investigaicón. El talco siempre se confunde con cocaína” y culpó al Poder Judicial por la cantidad de días que el detenido pasó en prisión injustamente.

La falsa célula terrorista

El 3 de enero, Bullrich, declaró que el gobierno de Javier Milei había “neutralizado” una supuesta “célula terrorista” internacional que se hospedaba a metros de la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires. Por el hecho habían sido detenidos un peluquero argentino y un profesor de tenis de mesa de nacionalidad siria, porque aparentemente iban a recibir un paquete sospechoso desde Medio Oriente. El presunto paquete nunca fue hallado por las autoridades, que creen que, de hecho, nunca existió. 

“Las tres personas están vinculadas y sabíamos que llegaban en distintos vuelos y que estaban a la espera de un paquete de Yemen”, dijo Bullrich a los medios por aquel entonces. Sólo uno de los detenidos llegó desde el extranjero. Los otros dos viven en la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

El caso comenzó el 28 de diciembre, cuando la embajada de Israel comenzó a recibir denuncias sobre la supuesta llegada de un ciudadano colombiano de origen sirio con intenciones de “mandarse una cagada”. El autor de la denuncia fue un gendarme identificado con un nombre falso y quien dijo que el extranjero estaría presumiblemente involucrado en actividades terroristas en Colombia. Se abrió una investigación en la unidad antiterroristas de la Policía Federal Argentina (PFA) y se dio intervención al juzgado de turno, el de Servini.

El dato que tenía el denunciante era que el hombre llegaría el 30 de diciembre por la mañana y se hospedaría en el Gran Hotel España, vecino a la sede de la embajada, en el barrio de Monserrat.  La fuente original del gendarme para realizar dicha denuncia era un supuesto policía de Colombia que no fue identificado. Una segunda denuncia recibida por la embajada de Israel en Buenos Aires fue anónima, esta vez con nueva información: que el supuesto terrorista iba a recibir un paquete de 15 kilos. 

Al día siguiente, el 29 de diciembre, un hombre se presentó ante personal de la Policía Federal para brindar “información” sobre la investigación en curso. Dijo llamarse “El Rubio” y ser “agente inorgánico de la embajada de Estados Unidos”. El hombre, argentino y de unos 50 años, sabía que la policía había estado en el Gran Hotel España, por lo que dejó expuesto que habría obtenido de allí la información sobre el caso y sobre la llegada de un huésped el 30 de diciembre: un ciudadano con pasaporte colobiano y nacionalidad siria. Se trataba del mismo hombre denunciado por el gendarme.

“El Rubio” agregó más “información”: que había una “encomienda” de 35 kilos proveniente de Yemen por medio de una empresa privada de courier (da un nombre específico que se reserva). Dijo 35 en lugar de 15, como había sostenido el denunciante anónimo ante la embajada de Israel.

El supuesto agente inorgánico de la embajada de Estados Unidos también introdujo por primera vez en esta historia al peluquero: dijo que este hombre argentino era el destinatario del paquete proveniente de Yemen que llegaría a una peluquería de la calle Rivadavia, muy cercana al Gran Hotel España. Luego, El Rubio se negó a declarar ante la Justicia a pedido de la policía y se retiró. Por la noche, una nueva llamada anónima, esta vez al 911, reiteró los mismos datos que aportó más temprano El Rubio.

El encargado del hotel dijo en declaraciones al diario La Nación que fue efectivamente él quien alertó a su amigo “El Rubio” sobre la llegada de un huésped que le pareció “sospechoso” porque tenía pasaporte colombiano y nacionalidad siria. El hombre había hecho llegar sus datos para reservar una habitación vía Whatsapp. 

“Las tres personas están vinculadas y sabíamos que llegaban en distintos vuelos y que estaban a la espera de un paquete de Yemen”, dijo Bullrich a los medios a principios de enero. “Se obtuvo una información de inteligencia brindada por una conjunción de elementos tanto de Estados Unidos como de Israel y de una miembro de Gendarmería que ha sido formado en antiterrorismo de parte de sus pares de Colombia”, afirmó entonces la ministra.

Sin embargo, el ciudadano colombiano con nacionalidad siria denunciado ante la embajada de Israel resultó ser un instructor de tenis de mesa. El 30 de diciembre último, alrededor de las 7.30 de la mañana, llegó en un vuelo de Aerolíneas Argentinas al Aeropuerto Jorge Newbery. Pasó por Migraciones cerca de las 7.50. Al salir del aeropuerto, 15 minutos más tarde, fue interceptado por un grupo de la DUIA y quedó detenido e incomunicado por orden de la jueza Servini. 

Ese mismo día se realizó el 25° Torneo de tenis de mesa de la Asociación Yabrudense, en Alberti 1541. La policía informó que la asociación se ubica contigua a la Mezquita Al Ahmad. Ambas entidades son gestionadas por el Centro Islámico de la República Argentina.

El visitante encarcelado nació en Damasco, en la década de 1950. De acuerdo con fuentes de la causa, declaró que llegó a los 18 años desde Siria a Venezuela y que luego se mudó a Colombia, donde vive actualmente.

Asimismo, el peluquero es exempleado municipal en una localidad de la provincia de Buenos Aires y empleado público de una dependencia de la gobernación, al menos hasta diciembre. No posee antecedentes penales y efectivamente trabajó hasta diciembre en una peluquería de la calle Rivadavía, en el barrio de Monserrat.

Esta es su versión, de acuerdo a su declaración ante la jueza Servini: el 1° de noviembre de 2023 –casi dos meses antes de quedar envuelto en este caso–, el peluquero realizó una denuncia ante el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires. Sostuvo que había conocido a una mujer por redes sociales, oriunda de Las Vegas y actualmente residente en Yemen. 

Tras entablar una amistad, la mujer le dijo que le enviaría un regalo y él le dio la dirección de la peluquería para recibir la encomienda. A finales de octubre y de madrugada, recibió mensajes y llamados de un hombre que le exigió 900 dólares para entregarle el paquete en cuestión, el cual estaría en la Aduana de Ezeiza. Como todo le pareció raro, bloqueó al hombre que intentaba sacarle dinero y a la mujer. Le dijo a su jefa en la peluquería que no recibiera nada a su nombre y realizó la denuncia. Aportó los chats que prueban su historia y un documento: el ticket de remisión de la supuesta encomienda que le habían enviado.

El ticket sería apócrifo, presentaba inconsistencias y además no se encontraba registrado en la empresa que iba a realizar el envío internacional, según estableció la Justicia en los últimos días. Todo indicaba que se trató de un intento de estafa virtual al peluquero desde el principio, cuando comenzó a hablar con la supuesta mujer de Las Vegas residente en el lejano Yemen.

¿Cómo terminó conectado el peluquero con el profesor de tenis de mesa? Por un cliente de la peluquería que se enteró de que iba a recibir un paquete de Yemen: El Rubio. Así lo declaró este último ante la jueza Servini. Dijo que la situación le llamó la atención y que la relacionó con datos que habría obtenido con respecto a la llegada del profesor de tenis de mesa, de nacionalidad siria. Los investigadores creen que obtenía la información de personal del Gran Hotel España, que sabía la identidad del profesor de tenis de mesa, su día y horario de llegada y los datos de su vuelo, según consta en el expediente.

Finalmente, el 15 de enero, tras casi dos semanas privados de su libertad, la jueza Capuchetti dictó la falta de mérito de los imputados.

MM

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