Le ofrendó el centro de la mesa en la reunión nacional de Juntos por el Cambio el miércoles pasado. Este viernes fue hasta su caserón de Acassuso para desayunar durante dos horas y escuchar opiniones y recomendaciones sobre el armado electoral del PRO. Le da la razón por twitter. Horacio Rodríguez Larreta corteja y le regala a Mauricio Macri todos los símbolos que tiene a mano. No es una actitud impostada ni extraña dentro de la dinámica de la relación: el expresidente fue el jefe directo del alcalde porteño por más de 15 años, y el vínculo arrastra una inercia de verticalidad polite.
Pero al momento de armar las listas en Capital y Provincia, Rodríguez Larreta se empezó a autonomizar de la identidad macrista que facilitó su consagración en la Capital. En ese punto el alcalde se calza el traje que espera lucir en 2023: el personalísimo, el de Larreta. El exjefe de gabinete de Macri entre 2007 y 2015 no apurará un parricidio innecesario. Pero tampoco acatará los tips electoralistas que le da el ingeniero de la UCA.
Así, las charlas entre ambos giran alrededor de una única certeza: unidad hasta que duela. La moraleja fue aprendida a la fuerza por ambas coaliciones del sistema político argentino. Ningún partido tiene la vaca atada. Macri y Cristina Kirchner, tampoco.
“No hubo definiciones de candidaturas. Pero se acordó mantener la unidad ante todo y bajar el tono. La elección es frente al kirchnerismo en su intento de llevarse todo puesto”, revela un dirigente que trabaja para Macri. Sin coincidencias sobre la letra chica, el desayuno entre Macri y Larreta alcanzó un logro módico: instalar cierto clima de deshielo, tras dos semanas de distancia en la bilateral.
“Estamos atravesando un momento de estrés. Pero hay que saber entender a Mauricio. Todos tenemos una mirada crítica de lo que fue su gestión, pero el que llegó a ser presidente fue él. Y las sugerencias que hace las hace genuinamente, no para molestar. Horacio tiene tacto y es muy capaz de manejar la relación”, afirma un funcionario porteño.
Así desliza que el alcalde hará su juego, sin la necesidad de confrontar sanguinariamente contra Macri. Pese al optimismo larretista, la fricción existe. Y muchas veces excede a los dos protagonistas y se libra en otros ámbitos. La de Macri y Larreta también es una pelea de poder entre segundas líneas, entre operadores, mecenas, consultores y medios de comunicación. Se trata de una montonera de actores que no siempre son controlados plenamente por los dos políticos en pugna.
En contra de la voluntad de Macri, Rodríguez Larreta apuesta por María Eugenia Vidal en Capital y por Diego Santilli en Provincia. Y el alcalde pretende algo más: que tanto Patricia Bullrich como Jorge Macri declinen de ir a una PASO. Su expectativa es que la exministra de Seguridad acepte ir tercera en la boleta de diputados porteños. Vidal incluso ejerce una presión para que Larreta ordene la lista de la Ciudad y le evite ir al choque con Bullrich en una primaria. “Él tiene que armar libremente en el distrito que gobierna”, plantea con tono de queja un exfuncionario vidalista.
¿Es posible que la presidenta del PRO se baje del cartel de primera figura? ¿Es imaginable que la voz más peleadora e intransigente de JxC se de semejante baño de humildad? ¿La exmilitante del peronismo revolucionario tendrá su mini-renunciamiento histórico? No habría que descartarlo. “Sostenemos la PASO, aunque por supuesto que dialogamos”, resume un varón bullrichista. La exministra de Seguridad faltó inesperadamente a la cumbre de la conducción cambiemita, realizada en un salón de Palermo el miércoles pasado. Si la ausencia encerró un reproche velado hacia Macri, la única que lo sabe es La Piba. La supuesta decepción con su promotor nunca se volvió explícita hacia Macri.
Respecto al intendente de Vicente López y primo de Mauricio, Rodríguez Larreta espera que se baje y no desafíe a Santilli en una primaria. Jorge Macri, sin embargo, promete dar pelea. “Voy a seguir invirtiendo tiempo y esfuerzo en eso, pero si no competiremos”, aseguró en Radio con Vos. Y este viernes por la tarde se reunió con Patricia Bullrich. “Seguiremos buscando la unidad de nuestro espacio y consolidando una alternativa para todos”, auguró el intendente de Vicente López.
Mientras el primo Jorge resiste, Larreta alinea intendentes bonaerenses, vidalistas y amarillos sin tierra detrás de la postulación de Diego Santilli.
Este sábado, Macri continuará con su ciclo de encuentros individuales y cara a cara en la base de Acassuso. Será el turno de Vidal. ¿El pedido explícito del anfitrión alcanzará para que la exgobernadora cambie de opinión y decida postularse en la Provincia? En absoluto. Vidal ya se desentendió de las candidaturas bonaerenses. Macri acumulará un nuevo desaire de parte de una figura que creció exponencialmente durante la era en la que su jefatura no era cuestionada.
AF