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Larreta corre con el caballo del comisario pero en Juntos crece la resistencia contra su sueño presidencial

Horacio Rodríguez Larreta, eufórico en el cierre de campaña para las PASO 2021.

Diego Genoud

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Aunque la presión mayor la tendrá el Frente de Todos, a Horacio Rodríguez Larreta también le tocará el domingo enfrentar una nueva prueba de fuego. El jefe de Gobierno porteño tendrá que ratificar en las elecciones generales lo que insinuaron las primarias en las que se impusieron sus candidatos a los dos lados de la General Paz. María Eugenia Vidal y Diego Santilli deberán demostrar que pueden representar la heterogeneidad de una alianza en la halcones y palomas conviven a los codazos. La ex gobernadora bonaerense y el ex vicejefe de Gobierno porteño tienen el desafío de retener el voto de Ricardo López Murphy y Facundo Manes, un electorado que fue decisivo para darles la victoria en las PASO y convertir a Larreta en uno de los grandes ganadores del 12 de septiembre. 

Unida por el rechazo al frente peronista, la coalición opositora empezará a dirimir desde el lunes la batalla interna por el liderazgo hacia 2023. Con dos mandatos en la Ciudad y obligado a dar el salto, Larreta es el que más ambiciona y más arriesga. Si el resultado refrenda su objetivo y la boleta de Juntos vuelve a imponerse en el AMBA, el sucesor de Mauricio Macri en la Ciudad habrá salido fortalecido en su pulseada por recibirse de jefe, pero no habrá derrotado a sus rivales dentro del bloque antiperonista. 

Con una larga carrera política que lo llevó del menemismo al macrismo y hoy lo ubica como favorito entre las apuestas del Círculo Rojo, Larreta debe confirmar que su capacidad para neutralizar antiguos detractores sirve de cara a una pelea nacional. Aunque son muchos los que piensan que tiene despejada la autopista hacia la presidencia, la lista de los que quieren frustrar sus aspiraciones viene creciendo. El primero es el propio Macri, que afirma ante su entorno que la victoria de las PASO responde a la vigencia de la “franquicia” del PRO, el sello que considera ineludiblemente ligado a su figura. Macri no repara en el fracaso ruidoso de su gestión económica: al contrario, se inspira en la deriva del gobierno peronista y quiere jugar su segundo tiempo. La aparición de figuras que rechazan cualquier gradualismo, reclaman un ajuste vía shock y se ubican a su derecha como José Luis Espert y Javier Milei le permitió al ex presidente posicionarse como un nuevo centro del arco opositor. Lo que hace dos años hubiera sonado a delirio hoy empieza otra vez a tornarse viable en la cabeza de los macristas duros que, como el intendente de Dolores Camilo Etchevarren, ya largaron la campaña presidencial del ingeniero. 

Larreta nacionalizó su figura gracias a la pandemia y le ganó la iniciativa a Macri y a Patricia Bullrich a la hora de armar las listas. Pero son muchos los que en la oposición se creen dueños de la victoria y pretenden desafiar tanto a Macri como a Larreta. Lo acaban de demostrar Gerardo Morales y la propia Bullrich con el acto de lanzamiento que compartieron en Jujuy la semana pasada. El gobernador radical y la ex ministra de Seguridad se conocen desde el tiempo en que compartieron el gabinete de Fernando De la Rúa y tienen una serie de coincidencias notorias. Bullrich es la titular del PRO y Morales aspira a liderar desde el año que viene a una UCR que ya no se conforma con ser furgón de cola de los amarillos. Más importante quizás: después de haber sido halcones del macrismo, ahora los dos desoyen a Macri y buscan dejarlo atrás con un discurso de mano dura. 

El desafío del acuerdo

Si se confirma el escenario que dejaron las PASO, Larreta partirá rápido y con ventaja hacia las presidenciales y hasta tendrá que decidir si se sienta o no a la mesa del acuerdo que propone el gobierno nacional. Ya comenzó a consultar economistas, entre ellos Domingo Cavallo, tal como reveló elDiarioAR la semana pasada. Mezcla de seducción y cooptación, el modo de construcción que le sirvió para anestesiar las ambiciones de Martín Lousteau en la Ciudad y postergar tanto a Bullrich como a Jorge Macri en las PASO se pondrá a prueba en una instancia decisiva para la oposición que pretende regresar en tiempo récord al poder. 

Como antes Macri, Larreta cuenta con el beneficio de ser el jefe de gobierno de la Ciudad: tiene los reflectores del centro asegurados y la posibilidad de acceder cuando quiera a la vidriera de los medios de Buenos Aires. Pero así como sucede en el peronismo, en sectores de la oposición empieza a madurar una conclusión. Después de De la Rúa, Macri y Alberto Fernández, no será fácil que un nuevo presidente con base en la Capital Federal logre convencer al resto del país. “No se puede manejar a la Argentina desde Uspallata”, dicen desde la UCR.

El alcalde porteño no sólo choca con las pretensiones de Macri y Bullrich dentro del PRO. También enfrenta a un radicalismo que cree haber encontrado la pócima de resurrección de la mano de Facundo Manes y Martin Tetaz. El neurólogo repite que obtuvo 1.300.000 votos con una campaña corta que marcó su ingreso a la política y fue decisiva para el triunfo de Juntos sobre el Frente de Todos en provincia de Buenos Aires. Distante de Larreta -no hay por ejemplo fotos que los muestren juntos y no es casualidad-, Manes es un defensor a ultranza de la necesidad de que el radicalismo lidere a la oposición y no vuelva más a estar “prisionero del PRO”. El director de la Fundación INECO piensa que hay una posibilidad de aprovechar la crisis del peronismo y cuestiona a un sistema político que, según cree, tiene a Larreta como representante emblemático. Outsider con origen radical, algunos lo piensan como una variante moderada de Milei y con mayores chances de trascender los grandes centros urbanos.

Manes está anotado entre los presidenciales prematuros del radicalismo pero, a diferencia de otros como Morales, pretende que un operativo clamor lo instale en la carrera. Fue lo que sucedió este año, cuando toda la dirigencia radical desfiló por su casa para pedirle que se lance a la aventura de pelear en provincia contra Larreta y el oficialismo. Al lado suyo, aseguran que todavía no decidió si se anotará como candidato para pelear la interna de Juntos hacia 2023. Pero si se animan a confirmar algo: apoyará a cualquier radical con tal de impedir que Larreta sea presidente.

DG/WC

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