Patricia Bullrich se paseó por las distintas mesas circulares copadas por algunos de los empresarios más poderosos del país junto a quien sería su ministro de Economía en un potencial gobierno, Luciano Laspina. Todos disfrutaban la entrada de trucha ahumada y el principal de carne con milhojas de papas. “Fueron como la novia y el novio de un casamiento”, bromeó alguien de su equipo de campaña. Acababa de exponer ante los más de cien empresarios que se reúnen en el exclusivo hotel Llao Llao para tomarles examen a los precandidatos presidenciables de la oposición. La postulante y el diputado nacional recibieron allí preguntas puntuales por parte de los más poderosos del país, un intercambio que tuvo un segundo momentos de ida y vuelta más privado esta mañana de martes, con reuniones bilaterales a puertas cerradas.
Bullrich se reunió a solas –según supo elDiarioAR– con algunos de los fundadores y propietarios de las más variadas compañías argentinas, desde el fundador de Mercado Libre, Marcos Galperin –el hombre más rico del país–, al presidente del grupo desarrollador IRSA, Eduardo Elsztain –dueño del emblemático hotel de Bariloche–. También se encontró con el resto de “los 11” que organizan el Foro Llao Llao: Agustin Otero Monsegur, Carlos Miguens, Carolina Castro, Eduardo Elsztain, Federico Braun, Guibert Englebienne, Karina Román, Luciano Nicora y Martin Migoya.
En un break de su intensa agenda –la precandidata del PRO también tenía previsto reunirse con los legisladores de Juntos por el Cambio que fueron elegidos en las elecciones de Río Negro el domingo pasado– Bullrich explicó ante la prensa acreditada parte de su plan económico de gobierno. No esquivó el barro político, luego de la nueva interna que abrió María Eugenia Vidal al pedir a todos los postulantes amarillos que se bajan para “barajar de nuevo”.
“No vamos a hablar de fechas porque a mi me lo dijo Sanguinetti (Julio María, el ex presidente uruguayo) –comentó Bullrich–: ‘Si decis qué no digas cuándo. Y si decís cuándo, no digas qué’”. Así esquivó la consultó sobre en qué momento levantaría el cepo cambiario, su latiguillo de campaña. “Va a ser prioridad desde el día cero, pero no queremos atarnos a una fecha concreta”, sorteó.
A su lado la sostenían conceptualmente Laspina, pero también sus asesores políticos: el diputado Federico Angelini –ahora titular de PRO– y Damián Arabia. Imaginan tener mayoría en el Congreso para llevar adelante sus reformas, sumando en la Cámara de Diputados a los legisladores de Javier Milei y, en el Senado, a los peronistas no-kirchneristas, como el flamante interbloque referenciado con Juan Schiaretti.
“Para nosotros es un imperativo político salir lo más rápido posible del cepo cambiario, dado el desastre que está dejando este Gobierno. Es muy posible que durante los últimos meses de este Gobierno y en los primeros meses del próximo haya que ir digiriendo el desastre que se está haciendo en materia inflacionaria –avisó Laspina–. Después, nosotros vamos a trabajar en las condiciones para avanzar en un plan de estabilización exitoso: equilibrar las cuentas públicas, reformar el Banco Central, tener los precios relativos alineados y haber unificado el tipo de cambio”.
El economista completó: “Si vos no hacés las reformas y eliminas el cepo cambiario al mismo tiempo, la economía no va a crecer. Y si la economía no crece, el plan de estabilización va a fracasar y si no se estabiliza, las reformas van a fracasar. Entonces, nosotros decimos que son el yin y el yang de la política económica: las reformas económicas y la estabilización deben hacerse en simultáneo y lo más rápido posible”.
La gran incógnita a develar es qué dólar se imagina Bullrich sin cepo cambiario, teniendo en cuenta que ayer la divisa saltó en el mercado paralelo a más de $400, en un contexto inflacionario interanual de 104%. “No vamos a hacer cálculos ahora. No sabemos qué va a pasar estos cuatro meses. Ayer el dólar volvió a subir. La situación es de una enorme inestabilidad. La inflación es muy alta, así que no vamos a hacer predicciones. Nosotros vamos a actuar sobre realidades y no sobre predicciones en este momento”, respondió la ex ministra de Seguridad.
Luego admitió entre líneas que con el levantamiento del cepo sería inevitable una devaluación: “Los precios están más ligados al contado con liqui que al dólar oficial. Entonces, podés tener un salto y una caída rápida, si vos comenzas a generar confianza”.
Bullrich cerró su plan económico asegurando que pedirá más apoyos al Fondo Monetario Internacional. “Si el FMI está sosteniendo un plan que se cumple bastante poco. Esperamos que a nosotros nos sostenga más, que vamos a tener un plan serio, sostenido, claro y profundo que va a generar confianza”, afirmó. Y ante la consulta puntual sobre si pedirá más desembolsos, contestó: “Las reservas están en cero. Necesitamos tener un colchón. Si no, tenemos que ir a pedírselo a una empresa de colchones. Y la verdad que no es la solución”.
Por último, habló poco sobre la interna amarilla del momento ahora abierta por Vidal, con quien su equipo de campaña está negociando desde hace tiempo una foto en conjunto. Desestimó por completo bajarse de la candidatura y retrucó la propuesta de la ex gobernadora: “La mejor oferta es la que elija la gente. Si nosotros tenemos millones de argentinos, que son los que van a elegir, lo mejor para el PRO no es una mesa chica, sino los ciudadanos votando en una urna”, la desafió. Y cerró: “La cuestión no es bajarse o no, sino el concepto. ¿Quién elige, una mesa política o la ciudadanía? En mi caso, elige la ciudadanía”.
MC/MG