Baja expectativa por la cumbre distante de Fernández con la Mesa de Enlace
“¿Con qué actitud vamos a ir? A escuchar.” Con el dato todavía tibio, un integrante de la Mesa de Enlace le confesó a otro dirigente rural su sorpresa por la prematura convocatoria de Alberto Fernández y le anticipó, todo en una frase, el clima con que el scrum de entidades rurales llega a la cumbre agendada para esta tarde a las 15:30 en Casa Rosada.
La invitación del lunes, cruzada por la advertencia presidencial de una suba de retenciones y la amenaza gaucha de medidas de fuerza, dejó a las entidades sin margen para desechar una cumbre que Fernández apuró para mostrar un procedimiento propio: el de habilitar una instancia de diálogo aunque, admiten en Gobierno, genera bajas expectativa de un acuerdo pero, al menos, servirá para bajar el tono belicoso.
El presidente y las entidades se sentarán cada uno con su rosario de demandas y sus posiciones a esperar que el otro haga un movimiento que, a simple vista, resulta difícil. Quizá, el objetivo sea retomar las conversaciones y apagar, si quiera por un rato, la opción de una protesta.
La Mesa de Enlace volverá con su decálogo de reclamos históricos, que el gobierno por razones fiscales y políticas no puede aceptar: eliminación de retenciones y baja de impuestos, entre los ítems más transitados. Fernández, anticipan en gobierno, repetirá su planteo de priorizar el mercado interno y pedirá lo que, según un dirigente del sector, las entidades no saben o no quieren dar: un esquema de cuotas para no desabastecer las cadenas ni, a su vez, producir una disparada de precios.
“Las visiones de la Mesa de Enlace son ajenas al mercado interno: venden granos y, en algún punto, no les importa a quien le venden, mientras sea al mejor precio”, analizó ante elDiarioAR un dirigente del complejo agroindustrial que expuso sus dudas sobre un entendimiento.
Con las horas, aunque la agenda estaba prevista desde la semana pasada, apareció otro episodio: a las 11,30, desde Olivos y junto al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, Fernández encabezará el primer encuentro del año de la llamada “Mesa del Hambre”, que reúne a personalidad, empresarios, cámaras y organizaciones sociales, y de la que ha participado -porque fueron invitados- las entidades de la Mesa de Enlace.
El Gobierno busca un hilo entre ambas terminales: una plataforma desplegada para atender una de los problemas más acuciantes, el hambre y la mal nutrición, y la instancia con las entidades que nuclean a buena parte de los actores que producen alimentos. En la primera cita, el presidente confirmará un incremento de 50% en la tarjeta alimentar; en la segunda, volverá a plantear que su plan A no es subir retenciones ni fijar cupos pero que debe haber medidas para abastecer el mercado interno.
En eso hay, de arranque, un cortocircuito. “La mesa de los argentinos es responsabilidad del gobierno. La nuestra es seguir trabajando para producir alimentos”, dijo el lunes Jorge Chemes, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en el canal TN.
Reuniones
Una novedad, según trascendió la noche del martes, es que a la reunión irán Carlos Iannizzotto (Coninagro), Jorge Chemes (CRA), Daniel Pelegrina (SRA) y Carlos Achetoni (FAA), presidentes de las entidades pero, además, estarán acompañados de sus vices. Un vocero oficial entendió que esa decisión puede apuntar a ampliar las voces dentro de un sector que tiene matices pero, por otro lado, potenciar el rol de la Mesa de Enlace.
Ese es un punto especialmente inquietante. Fernández convocó a las entidades apenas empezó a escalar el conflicto, con el argumento de abrir una instancia de diálogo pero con un camino corto que tiene, o puede tener, consecuencias: salteó el camino habitual de una primera ronda con Luis Basterra, el ministro del Agricultura, de diálogo diario con los dirigentes, pero que por el contexto de la posible suba de retenciones justificaba una escala ministerial antes de la alzada presidencial.
Fernández fue derecho pero, además, con un movimiento que generó ruido en particular en los sectores de la agroindustria que vienen, hace meses, en distintas mesas de diálogo con Basterra, Martín Guzmán y, entre otros, Matías Kulfas. “¿Porqué no se reúne con las cámaras que están buscando acuerdo en vez de darle centralidad a las entidades que boicotean todos los acuerdo?”, se preguntó un dirigente.
Hay una lectura: tras los dichos de Cecilia Todesca Bocco, el viernes, que Fernández reforzó en las declaraciones al diario Página 12, el gobierno advirtió que podría haber una escalada de tensión con las entidades que derive en otra protesta, no sólo de comercialización como la que se produjo en la discusión por le maíz, sino con acciones directas en las rutas.
PI
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