La inesperada ayuda de Milei a Kicillof para armar las elecciones desdobladas de PBA que cuestiona el kirchnerismo

Axel Kicillof puso primera el lunes al anunciar el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses y ahora su gobierno apretó el acelerador para intentar que los comicios del 7 de septiembre –que cuestiona abiertamente el kirchnerismo– se desarrollen en tiempo y forma. Se trata de un desafío político inédito e histórico, porque nunca desde el retorno de la democracia la provincia de Buenos Aires separó su votación de la Nación. El territorio abarca a casi el 40% del padrón electoral: unas 13 millones de personas. Curiosamente, el gobernador tuvo que pedir ayuda al gobierno de Javier Milei.
El primer paso para la organización de las elecciones bonaerenses en conjunto con la Nación se concretó este jueves de paro de la CGT con una reunión de alto nivel en la Casa Rosada. El principal asesor de Kicillof, su ministro de gobierno, Carlos Bianco, visitó en su despacho al secretario del Interior de Milei, Lisandro Catalán, funcionario del riñón del jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El cónclave fue confirmado a elDiarioAR por fuentes de ambos bandos.

Bianco y Catalán acordaron sobre el operativo de seguridad con el comando electoral de las fuerzas armadas y federales. Sin embargo, supo elDiarioAR, las conversaciones entre PBA y Nación van más allá y abarcan desde la dirección general del proceso electoral a cargo de un juez federal, la logística en manos del Correo Argentino y el procesamiento de datos provisorios y recuento de votos de la empresa Indra, habitual contratista para las elecciones.
Las gestiones y los contactos entre ambas administraciones se desarrollan en reserva desde el año pasado, sobre todo luego de que el Congreso sancionó el uso de la Boleta Única de Papel (BUP) para los cargos nacionales. Como los cargos bonaerenses aún se eligen con la tradicional boleta sábana, Kicillof encontró ahí un argumento técnico para despegarse de la elección nacional y de paso revalidar el liderazgo en el peronismo de Cristina Fernández de Kirchner.
El mandatario señaló el lunes que si los comicios fueran concurrentes –es decir, mismo día pero distinto método de votación, como quiere el kirchnerismo– cada persona tardaría unos 4 minutos para votar a nivel nacional –diputados– y bonaerense –legisladores y concejales municipales–. Se basó en un estudio al respecto que realizó la Dirección Provincial de Asuntos Electorales.
“Incluso en condiciones óptimas (que no se dan en ninguna mesa del conurbano) el tiempo promedio por votante para hacer ambas votaciones te deja afuera aproximadamente un 35% del electorado promedio en una legislativa para las 18hs con el cierre de la mesa”, apuntó una fuente que conoce el armado de las elecciones provinciales. Con un padrón de 14 millones, en la provincia se desplegarían unas 40.000 mesas en unos 7000 locales –en 2023 fueron 6600–. La mayor dificultad para la logística es en aquellos territorios más postergados del conurbano.

La idea de desdoblar las elecciones ya la tenía Kicillof desde hace al menos cinco meses. Había de hecho un borrador que le armaron en una de las intendencias del conurbano más afines a su postura para que terminara rompiendo con CFK, pudo reconstruir elDiarioAR. En el mientras tanto, el propio gobernador se encontró con sus propias limitaciones técnicas: por caso, la Junta Electoral bonaerense no está en condiciones de llevar adelante un proceso de elecciones porque apenas tiene 30 empleados. Salvo un plebiscito con miras a la reforma de la Constitución Provincial de 1990, ese organismo nunca llevó adelante un comicio. Por eso se buscó un acercamiento con el Juzgado Federal con competencia electoral N1, el de Alejo Ramos Padilla, que tiene a cargo unas 1200 personas ya con experiencia. “Ese mismo juzgado mediante convenio tiene que tomar las riendas de la elección desdoblada”, explicó la voz consultada.
Más allá de la discusión política, otra fuente técnica ajena a PBA pero muy involucrada en los procesos electorales nacionales cuestionó la avanzada de Kicillof por la magnitud del proceso para una provincia que nunca lo hizo de manera autónoma. “Una elección se prepara con más antelación, no cinco meses antes; Buenos Aires no tiene esa gimnasia”, señaló un exfuncionario nacional interiorizado en el mecanismo.
Un cálculo a grosso modo aventura que el costo para llevar adelante la elección del 7 de septiembre sería de unos $46 mil millones, sin tener en cuenta la posibilidad de una PASO –está definida para el 13 de julio pero aún la Legislatura no votó la suspensión–. Aún no hay cifras oficiales, pero un funcionario señaló que el comicio general “sería más barato que la elección pasada”. En 2023 la Dirección Nacional Electoral (DINE) gastó unos 100 mil millones en las tres elecciones para el operativo bonaerense de las PASO, generales y balotaje presidenciales.
“Hay que comprar materiales, definir la logística, el recuento provisorio, la seguridad y fijar reglas de financiamiento. Te ‘ahorrás’ todo eso si haces las elecciones junto con la nacional. Es una torta de guita para una provincia que está ajustada”, cuestionaron en una tribu kirchnerista. A su vez, en el axelismo se defendieron: “La opción de la concurrencia era aceptable si el objetivo político era que saliera mal el proceso electoral”.
La discusión técnica sobre sí elecciones concurrentes o desdobladas se planteó incluso en una resolución del propio juez Ramos Padilla del año pasado, donde alertaba sobre el complejo escenario electoral a partir de la sanción de la BUP a nivel nacional. Con cita y fecha en La Plata el 19 de diciembre pasado, el magistrado escribió: “El escenario de concurrencia, que implica la realización de las elecciones nacionales y provinciales en la misma fecha y con las mismas autoridades de mesa, una con BUP y la otra con boleta partidaria, introduce la complejidad que implicaría gestionar dos (2) sistemas de votación completamente diferentes”. Cuando aún no se había encaminado la suspensión de las PASO, también remarcó: “El desdoblamiento de las elecciones nacionales y provinciales podría representar el escenario más complejo y costoso desde la perspectiva de la gestión electoral en la Provincia de Buenos Aires”.
Resolución: Evaluación de posibles escenarios elecciones 2025 by
Ante semejante panorama, en el gobierno de Kicillof prefirieron buscar una salida propia –a costa de romper con el kirchnerismo– que adherir a la BUP que logró sancionar el Gobierno con el apoyo de sus habituales aliados antiperonistas en el Congreso en octubre pasado. “La única manera de realmente sortear los desafíos técnicos que plantean era adherir el régimen de simultaneidad. Pero eso implicaba asumir la Boleta Única para categorías provinciales: políticamente no iba a caminar nunca”, planteó un funcionario a elDiarioAR.
Así fue como, a la estrategia política de recortarse del kirchnerismo, los equipos técnicos de Kicillof empezaron en reserva a organizar las elecciones desdobladas. Desde noviembre se abrió una mesa conjunta avalada tanto por el gobernador como por Francos encabezada por Bianco y Catalano, de la que también participan Javier Ricardo Milano, secretario de Provincias y Municipios de la Nación, y Giselle Castelnuovo, de Asuntos Políticos de la Secretaría de Interior.
“Muy buena reunión, predispuestos a ayudar en tema operativo con el comando electoral”, comentaron cerca de Francos hoy tras la reunión con Bianco. Básicamente se comenzó a definir cómo será el despliegue de las fuerzas federales y militares en el territorio de la provincia para custodiar las urnas y el día de la votación. Lo curioso es que ese convenio tendría que firmarse entre Kicillof y Milei pero, por el ruido político que tendría esa postal, se está buscando el atajo legal para que sea válido solo con las firmas de Bianco y Patricia Bullrich.
MC
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