Milei busca blindar el DNU del FMI en Diputados, pero la oposición le reclama la letra chica

El Gobierno lanzó la bomba para copar la agenda y espera, ahora, que los votos vayan llegando. Si bien el DNU con el nuevo acuerdo con el FMI tiene fuerza de ley, el objetivo de Javier Milei es blindarlo con el apoyo de la Cámara de Diputados: el recinto más amigable a la gestión libertaria hasta el momento. Ante el anuncio, sin embargo, la oposición optó por la cautela. Incluso los más fieles aliados en el PRO optaron por mostrar los dientes y cuestionar las formas, aunque después, por lo bajo, admiten que no hay espacio para desmarcarse. Todos son tiempistas y aguardan a que el Ejecutivo levante el teléfono y comience a llamar, una gentileza de la que gozaron, hasta ahora, solo unos pocos gobernadores.
“¿Estuvimos todo el año bancándole los proyectos y ni avisan que van a salir con el DNU?”, mascullaba un aliado oficialista mientras abandonaba el Congreso, repitiendo un reclamo que se escucharía en loop en los pasillos de la Cámara de Diputados. En la oposición amigable predominaba la sorpresa: sospechaban que el Gobierno enviaría el DNU, pero esperaban más detalles. El decreto no precisaba ni los montos ni las condiciones ni si el Staff Level Agreement estaba cerrado y, por todos lados, se escuchaba la misma indignación: “¿Pretenden que le firmemos un cheque en blanco?”.
Uno de los primeros que saldría a marcar la cancha, incluso, sería Mauricio Macri. “Demuestra la debilidad institucional en que estamos y no ayuda a generar confianza”, lanzó el expresidente, quien tomó más de 45 mil millones de dólares de deuda con el FMI sin pasar por el Congreso, desde la Expoagro en San Nicolás. La misma crítica se repetiría, con el correr de las horas, en el resto del PRO: el problema no era el acuerdo con el FMI, sino las formas.
La crítica de Macri levantó algunas cejas en el resto de la oposición. El recuerdo del rechazo del DNU de los fondos de la SIDE, el único DNU que la Cámara de Diputados logró rechazarle a Milei, estaba presente en la memoria de todos. “Macri también, entonces, se puso hablar del problemas de las formas y fue y habilitó que se cayera el decreto”, recordaba un ex macrista. Para muchos, la advertencia de Macri había sido un mensaje directo al triángulo de hierro.

El resto del PRO, sin embargo, optó por poner paños fríos. Las pocas espadas legislativas que le quedan a Macri en Diputados señalaban la falencia de las “formas” y advertían que había que discutir cómo responder institucionalmente al DNU, pero no eran la mayoría en el bloque. Por un lado, estaban los bullrichistas, dispuestos a acompañar todas las iniciativas del Ejecutivo. Pero también estaba el PRO acuerdista, que pretende cerrar una alianza electoral con LLA pero no atina a romper con Macri: este sector, con matices, deslizaba que no había otro camino que acompañar. “Si le votamos hasta al kirchnerismo su acuerdo con el FMI”, graficaba un peso pesado del partido amarillo, recordando cuando Martín Guzmán envió el proyecto de reestructuración de la deuda al Congreso en 2021.
El radicalismo acuerdista, mientras tanto, optó por el silencio. El Gobierno ya había conversado previamente con algunos gobernadores radicales y en la bancada deslizaban una línea similar a la del PRO: el problema era las formas, pero había que acompañar el acuerdo con el Fondo.
Distinto era el caso del ala más díscola de Democracia Para Siempre, que responde a la línea Facundo Manes-Martín Lousteau. “El Gobierno quiere que el Congreso convalide un decreto que le otorga un ‘cheque en blanco’ para negociar un nuevo acuerdo con el FMI. Lamentamos que se siga manejando de manera opaca y caprichosa. Un acuerdo sin institucionalidad y transparencia implica seguir destruyendo la confianza que Argentina necesita para crecer”, cuestionó la bancada, que preside Pablo Juliano, a través de un comunicado.
El pichettismo de Encuentro Federal tampoco demostró mucho entusiasmo. “𝗦𝗶 [el FMI] 𝗮𝘃𝗮𝗻𝘇𝗮 𝘀𝗶𝗻 𝗴𝗮𝗿𝗮𝗻𝘁𝗶́𝗮𝘀, 𝗾𝘂𝗲𝗱𝗮𝗿𝗮́𝗻 𝗲𝘅𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗼𝘀 𝗮 𝗱𝗲𝗻𝘂𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀. Prestar en estas condiciones 𝗰𝗮𝗿𝗴𝗮 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗼𝗻𝘀𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗳𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗙𝗠𝗜, que tendrían que avalar un Gobierno que administra los recursos como un almacenero”, cuestionó Oscar Agost Carreño, armador principal de EF, a través de sus redes sociales.
De momento, la oposición dialoguista está focalizada en la sesión de este miércoles por el criptogate, pero estas críticas anticipan que no le resultará tan fácil al oficialismo blindar el DNU. En principio, el primer objetivo -esto es, conseguir dictamen en la Bicameral de Trámite Legislativo- se vislumbra muy difícil para La Libertad Avanza. Y se debe, fundamentalmente, a que el Gobierno no tiene asegurada la mayoría en la Bicameral debido a la resistencia del senador formoseño Francisco Paoltroni. El ex libertario mantiene diálogo con algunos dirigentes del PRO y EF y, de resistirse a firmar el dictamen, hundirá todas las pretensiones del Gobierno de poder seguir los tiempos parlamentarios en tiempo y forma. Y en paz.
El rechazo peronista
Más allá del poroteo entre la oposición amigable, el Gobierno deberá atender a otro cabo suelto: el rechazo tajante de Unión por la Patria, que denuncia que el DNU es “ilegal e ilegítima”.
“Queremos recalcar que contraer esta nueva deuda sin una ley expresa del Congreso Nacional torna a la misma ilegal e ilegítima. Quienes convaliden este mecanismo condenarán al pueblo argentino a más ajuste, hambre y represión. Estarán violando la Constitución Argentina y desconociendo las leyes vigentes y la soberanía. Se convertirán en infames traidores a la Patria, y no sólo tendrán consecuencias penales sino también civiles”, advirtió la bancada, a través de un duro comunicado.
El anuncio de UxP, sin embargo, era más que el anticipo de que votarían en contra del acuerdo. Era una advertencia al FMI de que, si el Gobierno definía cerrar el acuerdo sin cumplir con la ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda -la ley que craneó Guzmán para que todo nuevo endeudamiento externo tuviera que pasar sí o sí por el Congreso-, el peronismo podría no reconocerla en el futuro en el caso de ser Gobierno. “Y ahí anda a pedirle la plata a Conan”, deslizó, sarcástica, una importante dirigenta de UxP.
MC/JJD
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