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Hoy, sesión en Diputados

Prueba para la oposición: en el recinto buscará el número para investigar a los Milei

El escándalo cripto salpica a los hermanos Javier y Karina Milei.

María Cafferata

12 de marzo de 2025 07:04 h

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La oposición tiene una bala de plata y la sesión de este miércoles será su única oportunidad para aprovecharla y penetrar, finalmente, en la coraza comunicacional de Santiago Caputo. Esa bala es el escándalo $LIBRA, que el Gobierno ha intentando disimular a fuerza de anuncios: la Corte por decreto, el acuerdo con el FMI por DNU, la baja de la edad de imputabilidad. A partir del mediodía, sin embargo, el pichettismo, el radicalismo díscolo de Facundo Manes y el peronismo intentarán invertir los roles, pasar a la ofensiva y convertir la Cámara de Diputados en una vidriera del criptoescándalo que sacude el mismo corazón del gobierno libertario: la hermana presidencial, Karina Milei.

En la sesión se buscará tratar una docena de proyectos temáticos del caso $LIBRA: pedidos de interpelación a Karina Milei y Guillermo Francos, pedidos de informes y la propuesta de una creación de una comisión investigadora. Afuera quedó el pedido de juicio político de Unión por la Patria: un gesto antipático para el peronismo que la ahora exoposición amigable —es decir, el radicalismo de Democracia para Siempre y Encuentro Federal, liderado por Miguel Ángel Pichetto— se arriesgó a infligir con la excusa de no “ahuyentar” a los gobernadores. 

Conseguir quórum no será fácil, sin embargo. Las presiones de la Casa Rosada se intensificaron en las últimas horas y derivaron en que casi todos los gobernadores definieran bajar a sus diputados. La oposición sabe que no puede contar ni con Martín Llaryora (Córdoba), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Manuel Orrego (San Juan), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Hugo Passalacqua (Misiones) ni Gustavo Sáenz (Salta). Tampoco con los gobernadores radicales, lo que significa que la inmensa mayoría del bloque que preside Rodrigo de Loredo se ausentará. Habrá unas pocas excepciones, como Karina Banfi y Fabio Quetglas, que buscarán aprobar un proyecto que declare la emergencia en Bahía Blanca tras el desastre.

Incluso con estas ausencias, la oposición contabiliza unas 133 presencias para el quórum. El radical Pablo Juliano y el pichettista Oscar Agost Carreño están al frente del poroteo y calculan que, con la mayoría de UxP, la Coalición Cívica, el FIT y los propios, podrán conseguir el número para sortear el blindaje que Javier Milei supo construir en la Cámara de Diputados. 

Para evitar que la sesión fracase como cuando se intentó reformar la ley de DNU, la oposición necesitará una ayuda extra. Ahí es donde entrarán en escena algunas figuras claves, como los santacruceños, la exiliada Lourdes Arrieta y el bloque MID, que preside Oscar Zago. Arrieta y Zago, ambos expulsados de La Libertad Avanza por enfrentarse —directa o indirectamente con Karina Milei—, la sesión del miércoles tiene un gusto especial: el de la venganza contra quien consideran que operó para alejarlos de Javier Milei

Esto es así porque el objetivo más ambicioso de la sesión del miércoles será conseguir la interpelación de la secretaria de la Presidencia para que brinde explicaciones sobre su responsabilidad en el escándalo $LIBRA. El trader Hayden Davis, la cara visible de la operación con la criptomoneda que derivó en una megastafa, llegó a sugerir que le había pagado coimas a Karina. “Le mando $$ a su hermana y él firma lo que quiero”, escribió, en uno de los mensajes que fueron filtrados por un medio especializado

Lo máximo a lo cual puede aspirar la oposición, sin embargo, es a emplazar la comisión de Asuntos Constitucionales para que debate el proyecto de interpelación de Karina. Lo mismo con el caso de la comisión investigadora y el resto de los proyectos. Es decir que no buscará aprobar los proyectos, ya que para eso se necesitan dos tercios del recinto (porque no tienen dictamen), sino forzarle al oficialismo un cronograma de tratamiento de las iniciativas que refieren al caso $LIBRA

Si bien el riesgo de que la citen a Karina no es inminente —la mayoría sospecha, incluso, que la secretaria rechazará asistir aunque la obliguen—, el oficialismo está nervioso. En los últimos días, Martín Menem estuvo llamando intensamente a los principales armadores de la sesión, reclamándoles ayuda para bajarla

Bueno, ¿qué hacemos?”, manifestaba, enojado, nervioso, el presidente de la Cámara de Diputados, exigiendo un compromiso. Durante un tiempo, la oposición más dialoguista barajó un Plan B y le propuso al Ejecutivo bajar la sesión a cambio de que enviase a Guillermo Francos a dar explicaciones sobre el caso $LIBRA en el Congreso. El Gobierno, sin embargo, se resistía: solo estaban dispuestos a habilitar que Francos fuera a Diputados a dar un informe de gestión, en calidad de jefe de Gabinete, y responder dos o tres preguntas específicas sobre el criptogate. No hubo acuerdo, y Menem comenzó a ponerse nervioso.

Mientras más nervioso se ponía Menem, más se entusiasmaban en la oposición. Hasta tarde a la noche los teléfonos nunca pararon de sonar y, con cada reclamo, los armadores de la sesión se ilusionaban. Aunque, en el fondo, siempre había una cuota de escepticismo. La sospecha, siempre presente, de que el Ejecutivo lograse negociar, a último momento, con dos o tres diputados y la sesión fracasase. 

El ojo estaba puesto, tarde a la noche, en UxP, que contabilizaba que tendría varias ausencias. El temor era que, si la Casa Rosada realmente presionaba, se terminase volteando a los 10 diputados que responden a Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Raúl Jalil (Catamarca). Por todos lados, se repetía la misma frase: “Si no logran bajarnos a tres o cuatro a último momento, tenemos el número”.

MC/JJD

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