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Padre Javier Olivera Ravasi

El Obispado de Zárate-Campana echó al sacerdote que gestionó la reunión de diputados libertarios con represores

El padre Javier Olivera Ravasi y su madre, la psicóloga Marta Ravasi.

elDiarioAR

15 de agosto de 2024 10:54 h

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El Obispado de la Diócesis Zárate-Campana emitió este miércoles un comunicado en el cual se desligan del sacerdote Javier Olivera Ravasi, señalado como organizador de la visita de diputados de La Libertad Avanza (Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro y María Fernanda Araujo) a represores presos en la cárcel de Ezeiza, entre los cuales se encuentra Alfredo Astiz, y dieron a conocer que ya “no tiene autorización para residir en esta Diócesis”.

“El sacerdote, Presbítero Javier Olivera Ravasi, está incardinado en la Diócesis de San Rafael, Provincia de Mendoza, y fuera de la misma desde hace varios años. Por razones familiares que aludió, solicitó residir en esta Diócesis de Zárate-Campana, lo que se le concedió por el término de cuatro meses, desde el 20 de agosto de 2019 hasta el 31 de diciembre del mismo año, quien posteriormente dejó el lugar y retornó varias veces sin aviso alguno”, dice el comunicado publicado en la web del obispado. 

Además, el escrito explica que, en reiteradas ocasiones, “se recibieron en este Obispado numerosas quejas fundadas por sus expresiones y actitudes, que se oponían al testimonio cristiano -máxime proviniendo de un sacerdote-, y se le pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder”, pero “al no observarse hasta el presente el cambio requerido en su actitud, y teniendo en cuenta que el mencionado sacerdote no pertenece a esta Diócesis de Zárate-Campana, así como por el bien de la comunidad diocesana, hechas las consultas pertinentes, se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta Diócesis”.

Días atrás, la Conferencia Episcopal Argentina, a través de su vocero, el presbítero Máximo Jurcinovic, había expresado en un comunicado difundido en sus redes sociales que “lo actuado por el sacerdote Javier Olivera Ravasi en relación a la visita de un grupo de Diputados a la Cárcel de Ezeiza no corresponde ni al pensamiento ni a la actitud de la Conferencia Episcopal Argentina”.

De acuerdo a la palabra oficial de la Iglesia argentina, “se trata de una acción particular y personal del mencionado sacerdote. Dicha visita a la cárcel de Ezeiza se encuentra dentro de la investigación que lleva adelante la Justicia Federal de Lomas de Zamora”.

“La mirada de la Iglesia Argentina sobre este tema se encuentra presente en la publicación realizada el año pasado en los 3 tomos de la edición ”La verdad los hará libres“ que fue encargada por la Conferencia Episcopal Argentina a la Universidad Católica”, finaliza el comunicado.

Quién es el cura Ravasi

El padre Olivera Ravasi es abogado e hijo del represor condenado a perpetua Jorge Olivera, está alineado con la vicepresidenta Victoria Villarruel y es un fervoroso militante por la libertad de los genocidas, de acuerdo a lo que publica el sitio El Ciudadano.

En un mensaje que envió en un grupo de WhatsApp creado por él mismo con libertarios, abogados y jueces, Olivera Ravasi dijo ya tener el proyecto para liberar genocidas listo: “Buenas y santas, soy el padre Javier Olivera Ravasi. Algunos me conocen, otros no. Les mandó muy cortito este video para comentarles que está prácticamente terminado el proyecto que venimos conversando hace algunos meses. Por favor léanlo. Si Dios quiere en un par de semanas nos juntamos para terminar de cocinar lo último”.

De acuerdo a El Ciudadano, “alineado con la vicepresidenta Villarruel e hijo del represor condenado a perpetua Jorge Olivera, este cura el último 24 de marzo acompañó la campaña del gobierno nacional, que volvió a agitar la Teoría de los dos demonios. En la conmemoración del 48º aniversario del golpe de Estado se burló de la cifra de los 30.000 desaparecidos y retuiteó a Villarruel, con quien coincidió en un acto de familiares de represores hace dos años y entrevistó para su canal de YouTube en 2021. Acaso la mayor provocación de su parte fue que el 21 de marzo pasado, en la víspera del Día de la Memoria y para justificar el terrorismo de Estado, el sacerdote hizo circular en su canal de YouTube una entrevista al dictador Jorge Rafael Videla de 2012 realizada desde la cárcel y que definió como un 'audio inédito'”.

Tal como lo reflejan sus redes sociales, Olivera Ravasi tiene relación con comunicadores de las ideas libertarias como Nicolás Márquez y Agustín Laje, y con un ex agente de la AFI macrista, el influencer Dannan. Con ellos, el sacerdote coincidirá en “Viva la Derecha Fest”, un evento de la ultraderecha que se realizará el 5 de octubre en el Auditorio Belgrano. El cura invita a ese encuentro en sus redes sociales.

Asimismo, Oliver Ravasi hace público en sus redes sociales su devoción por el carapintada que se alzó contra la democracia coronel Mohamed Seineldín y suele mostrar un rosario hecho con balas.

Es hijo del genocida Jorge Olivera, condenado a perpetua por crímenes de lesa humanidad, y de la psicóloga Marta Ravasi, quien se muestra como su hijo muy activa en el reclamo de libertad para los represores –fue una de las firmantes de la carta que familiares de represores dirigieron a Villarruel para que cumpla su promesa de liberación de los detenidos por crímenes de lesa humanidad–.

En una entrevista, Olivera Ravasi definió a su padre como “un soldado siempre preocupado por servir del mejor modo a nuestro país”. Jorge Olivera está condenado por crímenes de lesa humanidad. Tiene tres perpetuas (2013, 2017 y 2023). El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Juan, por ejemplo, lo condenó en 2013 a prisión perpetua por considerarlo responsable de más de 40 secuestros, la aplicación de tormentos en más de 50 hechos y homicidios doblemente agravados. Entre esos casos se le adjudica la desaparición de la modelo francoargentina Marie Anne Erize, a quien Olivera se jactaba de haber violado mientras estaba en cautiverio, tal como relataron sobrevivientes. Este represor logró fugarse en dos ocasiones y fue recapturado.

La postura del Papa Francisco

La decisión está en sintonía con la postura mostrada los últimos días por el Papa Francisco, quien la semana pasada se reunió con una familiar de una víctima de Alfredo Astiz. En medio del escándalo por la visita de diputados oficialistas al ex marino y otros represores presos, Jorge Bergoglio recibió en su residencia de Santa Marta a Ana Fernández, nieta de Esther Ballestrino, una de las víctimas del grupo de la iglesia de la Santa Cruz que fue infiltrado por Astiz en 1977. El miércoles pasado, el Papa había visitado a la sobrina de la monja francesa Léonie Duquet, otra de las personas secuestradas por el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada gracias a la misión de Astiz como agente encubierto.

Durante el encuentro en El Vaticano, de acuerdo a la nota publicada por Facundo Fernández Barrio en elDiarioAR el pasado 8 de agosto, Bergoglio mandó un mensaje para el programa radial de la madre de Fernández, Ana María Careaga, quien también estuvo secuestrada mientras estaba embarazada de su hija: “No aflojen. Conserven la memoria de lo que han recibido. No sólo de las ideas sino también de los testimonios. Ese es el mensaje que les doy en este día”.

La reunión fue difundida por el Instituto Espacio para la Memoria, del que Careaga es ex directora, en un comunicado que refiere el diálogo entre Fernández y Bergoglio, aunque sin atribuirle citas textuales: “El Papa manifestó que se había enterado que unos diputados habían visitado a Astiz, que estaban queriendo que no estén presos y que eso era algo muy peligroso”.

Lo cierto es que, en siete días, el Papa se reunió dos veces con familiares de víctimas de Astiz, el más famoso de los represores que recibieron la solidaridad oficialista. La semana pasada Bergoglio había interrumpido sus vacaciones para salir del Vaticano y visitar a Geneviève Jeanningros, quien vive en una caravana junto a un parque de diversiones en las afueras de Roma. Jeannigros es la sobrina de Duquet, una de las monjas francesas –además de Alice Domon− que frecuentaban al grupo de la Santa Cruz, en el que Astiz se hizo pasar un por familiar de desaparecidos. 

Jeannigros ha sido crítica de la complicidad de la Iglesia con la dictadura argentina. “No podía aceptar su silencio”, escribió en el libro La verdad los hará libres, editado el año pasado por el Episcopado, que incluye su testimonio sobre la desaparición de Duquet y Domon. “Fue la cercanía y la ternura del Papa lo que me curó de tanto sufrimiento”, dijo tiempo después.

En el caso de Ana Fernández, Bergoglio también conoce a su familia desde hace décadas. Esther Ballestrino, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, fue su jefa en el laboratorio químico donde trabajó antes del sacerdocio, y la ha recordado como una de las personas que más lo influyeron. Para el Papa, las víctimas de la Santa Cruz son una cuestión casi personal.

La presencia de Astiz entre los militares visitados por los diputados oficialistas magnificó aun más el escándalo. Aunque todos los presos en Ezeiza fueron condenados por delitos aberrantes, Astiz se mantiene como emblema de la represión ilegal. Es el victimario más conocido a nivel internacional y el que más problemas diplomáticos trajo a la dictadura. Su papel en el caso de las monjas le confiere, además, una importancia especial para la comunidad católica.

Durante 1977, la iglesia de la Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal, sirvió como punto de encuentro para algunas de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, otros familiares de desaparecidos, activistas sociales y militantes políticos que se encontraban en la clandestinidad. Entre el 8 y el 10 de diciembre de ese año, mientras preparaban la publicación de una solicitada para reclamar datos sobre los desaparecidos, doce integrantes del grupo fueron secuestrados por el grupo de tareas de la ESMA en una serie de operativos.

Durante los meses previos, los marinos habían logrado infiltrar en las reuniones de la Santa Cruz a Astiz, bajo el nombre falso de Gustavo Niño, quien se hizo pasar por hermano de un desaparecido para ganar la confianza de los familiares. Entre sus víctimas se encontraban Duquet, Domon y Ballestrino, además de otras referentes de las Madres como Azucena Villaflor y María Eugenia Ponce, todas ellas desaparecidas.

En 2005, el Equipo Argentino de Antropología Forense logró identificar los restos de Ballestrino, Villaflor, Ponce, Duquet y Ángela Auad. Sus cuerpos habían sido devueltos por las aguas a la costa atlántica a fines de 1977, y habían sido sepultados como NN en el cementerio de General Lavalle. Las pericias forenses demostraron que habían sido víctimas de los “vuelos de la muerte”. Hasta hoy, varios otros miembros del grupo de la Santa Cruz siguen desaparecidos.

Pocos días antes de que se conociera la visita libertaria a los represores, El Vaticano se había hecho eco de otra noticia sobre las investigaciones por crímenes de la dictadura. A través de Vatican News, informó sobre las conmemoraciones de la Iglesia argentina por el aniversario de la muerte del obispo Carlos Horacio Ponce de León, fallecido el 11 de julio de 1977 en un episodio que se presentó como un accidente de tránsito, pero que ahora se investiga como un asesinato planeado por las fuerzas armadas. Ponce de León fue uno de los pocos miembros de la jerarquía eclesiástica que enfrentaron a los militares por las violaciones a los derechos humanos.

La Cámara de Casación confirmó en marzo la reapertura de la investigación sobre la muerte del obispo. En julio, la fiscalía de San Nicolás pidió la indagatoria de tres ex militares y dos civiles acusados por el asesinato. En el aniversario de la muerte de Ponce, la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina circuló un comunicado a los obispos de todo el país en el que destacó que “puede iniciarse una investigación para llegar a dilucidar la muerte” y adjuntó la resolución de Casación, con deseos de que “la Justicia pueda alcanzar toda la verdad de lo acontecido”. La Iglesia también homenajeó a Ponce de León con una misa en la Catedral por primera vez. “Vamos a pedir para que la Justicia llegue a un veredicto final”, dijo el provicario Joaquín Sucunza, quien fue segundo de Bergoglio en Buenos Aires durante veinte años.

Este miércoles, el presidente Javier Milei se metió personalmente en la polémica por la visita libertaria a los represores al retuitear un mensaje de apoyo del periodista español Javier Negre a la diputada Lilia Lemoine, quien había defendido a sus compañeros de bancada que fueron a Ezeiza: “Visitaron a octogenarios en la cárcel que dicen que están siendo sentenciados a pena de muerte a cuentagotas”. Según Lemoine, los represores condenados por delitos de lesa humanidad fueron “ilegalmente detenidos por Néstor Kirchner”.

Con información de agencias y El Ciudadano.

IG

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