El oficialismo avanza con Ficha Limpia en el Senado y redobla su presión sobre el peronismo
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La oficialización del pliego de Ariel Lijo no fue suficiente. El Gobierno redobla su presión sobre el peronismo y se prepara, ahora, para dictaminar la Ficha Limpia en el Senado el miércoles que viene. La citación a comisión aún no fue enviada pero los senadores ya fueron anoticiados. El asunto se suma a la suspensión de las PASO. Con la candidatura de Lijo, son los vértices del temario de extraordinarias de Javier Milei. Los tres temas podrían votarse el jueves 20, en una misma sesión que promete ser explosiva.
Existe un consenso unánime respecto de que el Gobierno no quiere sancionar la Ficha Limpia, una iniciativa que prohíbe las candidaturas de las personas que fueron condenadas por delitos de corrupción en doble instancia, que el jueves se aprobó con 144 votos en la Cámara de Diputados. Se aprobó en la Cámara baja pero no tendría la misma suerte en la cámara revisora: es casi un lugar común. Los repiten los mismos impulsores de la ley y los opositores no kirchneristas, que señalan el desinterés de la Casa Rosada por la propuesta. Y lo admiten, en voz más baja, inclusive los mismos referentes libertarios. “Una gacetilla con forma de ley”, la describió un mileísta.
Los números en el Senado acompañan esta presunción. Unión por la Patria cuenta con 34 senadores propios. Una de ellas todavía no asumió —es la entrerriana Stefanía Cora, que reemplazará a Edgardo Kueider en la próxima sesión—, pero el número es sólido. Del otro lado quedan 37 senadores: radicales, libertarios, el PRO y un variopinto grupo de representantes de fuerzas provinciales. Serían 38 si el radical Víctor Zimmerman estuviera presente, pero hace meses que se tomó licencia para asumir como ministro de Producción de Chaco, en el gobierno de Leandro Zdero (los legisladores que se toman licencia no son reemplazados porque la banca les sigue perteneciendo hasta que finaliza su mandato).
Es decir que, para aprobar la Ficha Limpia, Victoria Villarruel necesitaría que no haya ninguna ausencia. Treinta y siete es el número para el quórum y también para sancionar la ley, que es electoral y, por lo tanto, necesita una mayoría especial: la de la mitad más uno de los miembros del cuerpo. En el PRO y el radicalismo miran a los aliados del oficialismo y desconfían: advierten que, para no dejar los dedos marcados de nuevo, el Gobierno podría mandarlos a ellos a ausentarse.
El ojo está puesto en dos bancadas: los misioneros del Frente para la Concordia, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, y los santacruceños José Carambia y Natalia Gadano. En Diputados, los misioneros votaron a favor del proyecto de ley del Ejecutivo pero no lo hicieron en noviembre, cuando la sesión impulsada por el PRO se cayó por falta de quórum. En esa ocasión, la Casa Rosada no solo mandó a ausentarse a ocho libertarios y dos bullrichistas sino que también levantó el teléfono para llamar a los representantes de los gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro para que no bajaran.
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El caso de los santacruceños es distinto. Carambia y Gadano tienen su propio juego, a veces de manera independiente de lo que sostiene su gobernador, Claudio Vidal. Pero los despidos masivos que hubo en una planta de YPF en Santa Cruz tienen a todos los senadores en estado de alerta. Milei ya tuvo problemas para aprobar sus leyes cuando, en una situación similar, la parálisis de las represas en la provincia hizo que Gadano y Carambia se rebelaran y reclamasen su reactivación para negociar. Es probable que, de continuar el conflicto con los petroleros, los santacruceños no acompañen la ley a menos que haya garantías de que el Ejecutivo solucione la situación.
La duda, que circula entre los senadores que apoyan la Ficha Limpia, es si el Ejecutivo tendrá interés en intervenir sobre el conflicto para aprobar la ley. La mayoría descuenta que no moverá un dedo.
Incluso el propio oficialismo desmerece, en privado, la iniciativa. Los argumentos varían. Algunos sostienen que es mejor tener a Cristina Fernández de Kirchner como candidata en la Provincia de Buenos Aires para polarizar. Otros, que La Libertad Avanza “no persigue opositores”. Pero la conclusión es la misma: a Milei mucho no le interesa sancionar la ley.
Quienes sí temen su sanción, en cambio, son los peronistas de UxP. En el cristinismo están convencidos de que el Gobierno busca proscribir a CFK. O de que, al menos, el Gobierno lo utilizará como prenda de negociación.
Cartas en una mesa amplia de negociación
El tratamiento de Ficha Limpia en la comisión de Asuntos Constitucionales es un mensaje para el peronismo. Así como también lo fue la oficialización del pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema, que ya tenía las firmas aseguradas hace tiempo pero que el Gobierno decidió, sin embargo, presentarlas el jueves, con el nombre de “oficialización” del dictamen, mientras en Diputados se daba el debate de Ficha Limpia. Un golpe de efecto, cuyo ejecutor fue el correntino “Camau” Espínola.
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El objetivo de la Casa Rosada, según trasmiten fuentes del oficialismo, es sesionar el próximo jueves 20 para tratar dos temas: la suspensión de las PASO y el pliego de Lijo. De conseguir dictamen el próximo miércoles, la Ficha Limpia también quedaría habilitada. Aunque con un problema: para convertirse en ley necesitará los dos tercios del recinto. Esto es así porque, en el Senado, tiene que pasar una semana desde que una comisión dictamine un proyecto para poder tratarse en el recinto. Si se trata antes necesita una mayoría especial.
Si ya es difícil conseguir 37 senadores para aprobar Ficha Limpia, conseguir 48 es imposible. Nadie en UxP acompañaría un proyecto que significa la inhabilitación ad eternum de CFK para ocupar un cargo público. Pero funciona como mecanismo de presión para el peronismo, que ya bastantes dolores de cabeza tiene con la suspensión de las PASO.
La reforma electoral, sin embargo, es una de las pocas iniciativas cuya sanción está casi asegurada. El proyecto, que elimina las PASO para 2025, tuvo dictamen el jueves gracias al radicalismo y el PRO, que manifestaron su acompañamiento aunque con disidencias. Este fue el caso de Pablo Blanco (UCR), Maximiliano Abad (UCR) y Guadalupe Tagliaferri. El Gobierno aseguró, así, que tendrá su apoyo también para el quórum. Pero hasta ahí: una vez iniciada la sesión, el oficialismo tendrá que ir a buscar los votos a otro lado.
No será fácil. La mitad de la UCR no tiene interés en eliminar las PASO, así como tampoco algunos senadores del PRO. El Gobierno necesita 37 senadores y, en este partido, juega con 5 o 6 abajo. Buscará los reemplazos en el peronismo, que ya acompañó en Diputados en algunos casos. El Senado no será distinto.
El sanjuanino Sergio Uñac, los tucumanos Juan Manzur y Sandra Mendoza, los tres santiagueños que responden a Gerardo Zamora y el catamarqueño Guillermo Andrada son algunos de los peronistas que acompañarían la suspensión de las PASO. Pero podrían ser más.
Los radicales serán un dolor de cabeza para el oficialismo, sin embargo. Y dependerá de la dinámica de la sesión que no se desmadre todo. La presencia del tratamiento de la Ficha Limpia y el pliego de Lijo será, de mínima, un desafío para Villarruel.
MC/JJD
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