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Sesión clave en el Senado

El oficialismo confía en aprobar las dos leyes para Milei, a fuerza de concesiones y una violenta represión afuera del Congreso

El Senado debate la ley Bases en medio de una violenta represión.

Leonardo Fredes

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El oficialismo del Senado da por hecha la aprobación en general del proyecto de ley de Bases y del paquete fiscal y continúa en la búsqueda de acuerdos para imponerse en artículos de la votación en particular como los de facultades delegadas, el Régimen de Inversiones (RIGI), privatizaciones y el impuesto a las Ganancias.

En un clima de constantes negociaciones y con el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, presente en el Palacio del Congreso, La Libertad Avanza abrió la sesión de este miércoles con el anuncio de varias modificaciones al dictamen emitido hace dos semanas por el plenario de comisiones, en el afán de ampliar las chances de que ambas iniciativas, que son el desvelo de la Casa Rosada, sean aprobadas y, sobre todo, que no sufran ningún contratiempo.

Allí, los senadores aliados y de la oposición se enteraron de concesiones como quitar de la lista de empresas a privatizar y/o concesionar a Aerolíneas Argentinas, al Correo y a Radio y Televisión Argentina (Radio Nacional y la TV Pública) y eliminar el capítulo que contenía la derogación de la moratoria previsional.

La sesión desarrolló en el marco de movilizaciones y protestas en las inmediaciones del Congreso, con corridas y gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad como parte del protocolo impuesto por la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, que derivó en una violenta represión, con más de diez detenidos y cinco diputados hospitalizados pero que de todas maneras no logró evitar graves destrozos que incluyeron dos autos quemados –uno de ellos el móvil de Cadena 3–, bombas molotov y piedrazos.

Después de varias horas de batalla campal, el Gobierno, por medio de la cuenta de la Oficina del Presidente, felicitó el operativo de seguridad –que continuaba sin poder controlar los desmanes– y denunció un intento de “golpe de Estado”, sin dar más precisiones.

El oficialismo consiguió el quórum justo de 37 senadores pasadas las 10 —hora prevista de inició de la sesión— con el aporte asegurado anoche a última hora de los radicales Martín Lousteau y Maximiliano Abad.

Así superó el momento de zozobra que vivió ayer cuando los dos senadores santacruceños referenciados el el gobernante partido provincial, Natalia Gadano y José Carambia, llamaron a no dar quórum y expresaron su rechazo a la ley.

Para el tratamiento del proyecto de ley de Bases se anotaron 43 oradores, casi un tercio de los 72 integrantes del cuerpo, con reiterados argumentos entre los integrantes de Unión por la Patria, en contra de “darle un cheque en blanco al presidente” y la instancia de oficialistas y aliados de que el proyecto aborda “el cambio que votó el 56% del país en noviembre pasado”.

En una deslucida intervención, el miembro informante del proyecto de mayoría y presidente provincial del Senado, Bartolomé Abdala (LLA-San Luis) leyó todo su discurso, pese a que dicho mecanismo esta prohibido por el reglamento aunque pidió permiso.

El radical Martín Lousteau, para justificar su solitario voto en contra dentro de esa bancada, desmenuzó y cuestionó cada uno de los capítulos del proyecto y remató: “Tiene muchos más vicios que virtudes”.

Mientras se desarrollaba la sesión, en los pasillos y galerías, legisladores y asesores no se privaron de comentarios como los beneficios obtenidos por algunos senadores en el marco de la negociación: habilitación de obras públicas para Córdoba, la administración para la provincia de algunas represas, la eliminación de empresas de la lista de privatizables, los montos para pagar Ganancias, una planta de Gas Natural Licuado y una rotonda en la rionegrina Choele Choel, eran las mencionadas.

Pero sin dudas el comentario principal se lo llevó el posible destino como embajadora en París (Unesco) de la neuquina de bloque propio Lucila Crexell, que incluso se hizo acreedora de cuestionamientos de sus pares dentro del recinto, de una denuncia penal de Unión por la Patria por presunta aceptación de dádivas y del pedido de su coprovinciano Oscar Parrilli para que se abstenga de votar los proyectos.

En cuanto a los artículos que la oposición podría modificar sin la venia del oficialismo, en LLA confían en que cuando la iniciativa retorne a la Cámara de Diputados lograrán ratificar la redacción original en la mayoría de ellos; salvo en lo referido al impuesto a las Ganancias, donde los opositores de la Cámara alta conseguirían cambiarlo con una mayoría calificada.

Finalmente, en otro dato relevante, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, presidió la sesión durante toda la tarde, dado que el presidente Javier Milei retrasó su partida a Italia para evitar que su sucesora tuviera que dejar al Senado para asumir la primera magistratura.

El oficialismo así evitó que la conducción de la sesión quedara en manos del mencionado Abdala, con poca gimnasia en el arte de manejar los tiempos y la cesión de palabra a los senadores.

De hecho, la vicepresidenta tuvo que capear un pedio de Unión por la Patria para pasar a un cuarto intermedio con el fin de permitir que un grupo se senadores saliera a la calle a averiguar sobre los hechos de violencia que se estaban registrando.

Villarruel logró que no se interrumpiera la sesión y que cuatro senadores salieran en comisión a ponerse en autos sobre el enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

LF/JJD

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