Bebés y pandemia: fuerte aumento de las consultas para congelar óvulos
“Tengo 37 años, soy profesional y tengo un trabajo que me gusta. Cuando empezó la pandemia, estaba en pareja pero nos separamos. A fines del año pasado sentí que el tiempo me corría. El reloj biológico y el otro, el de conocer a alguien y formar un vínculo estable. Entonces, decidí congelar óvulos. Es toda una decisión porque en el tratamiento voy a invertir mis ahorros. Pero creo que voy a sumar autonomía y tiempo. Y que es una posibilidad a futuro para armar una familia. Los guardé 'para más adelante'”, dice Carolina a elDiarioAR.
Su testimonio es el de muchas mujeres que, ante el cambio social que produjo la pandemia por Coronavirus, averiguaron en varios centros de qué manera podía preservar su fertilidad. La técnica se llama vitrificación o criopreservación. El tratamiento dura quince días. El paso a paso incluye una consulta de la que la paciente se lleva una orden para realizar análisis clínicos de rutina, medicación para estimular los ovarios y una punción en quirófano, con sedación total o parcial, para extraer la mayor cantidad (lo ideal es quince) de ovocitos que luego serán congelados, sin perder calidad.
Desde 2013 rige la Ley 26.862, que establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo. La vitrificación está excluida.
Las obras sociales y prepagas no cubren la preservación de fertilidad. La inversión es alta y varía de acuerdo a la institución que la realice, pero ronda los $200 mil. El mantenimiento anual de los ovocitos extraídos, los $16 mil. El costo define el perfil de quienes consultan: a partir de los 36 años, en promedio, con estudios universitarios, informadas, con trabajo estable y recursos económicos suficientes para planificar a mediano plazo. La mayoría está soltera.
En Halitus, IVI y el Hospital Italiano coinciden: las consultas para preservar la fertilidad aumentaron entre un 40 y un 60% de acuerdo a sus registros de 2020 y el primer trimestre de este año. En el Hospital Italiano, por ejemplo, si antes hacían siete presupuestos, hoy hace 15: el doble. Y la vitrificación engrosó la proporción de tratamientos de fertilidad un 35%.
Las consultas para preservar la fertilidad aumentaron entre un 40 y un 60% de acuerdo a registros de 2020 y el primer trimestre de este año.
Los especialistas refieren que hay causas sociales y razones médicas para explicar por qué más personas con capacidad de gestar, en su mayoría mujeres, se acercan a consultar. Sergio Pasqualini, médico ginecólogo especialista en fertilidad y director de Halitus, refiere que las pautas socio-culturales han cambiado: “Por un lado, el deseo de postergar la maternidad es una causa de consulta que se mantiene desde hace varios años. También hay más divulgación de la técnica y el tratamiento da buenos resultados. La pandemia fue esa gotita que rebasó el vaso”.
“Notamos dos eventos que explican el interés por conservar óvulos. El año pasado, las personas con estabilidad económica pudieron ahorrar. Y por otro, se dificultó mucho el vínculo interpersonal durante la pandemia. La tecnología puede ayudar en estos momentos en que los fenómenos externos cambian nuestros planes y en ese sentido, la vitrificación es una forma de actuar en el presente pensando en el futuro”, apunta Fernando Neuspiller, médico tocoginecólogo y director del centro de fertilidad IVI.
Notamos dos eventos que explican el interés por conservar óvulos. El año pasado, las personas con estabilidad económica pudieron ahorrar. Y por otro, se dificultó mucho el vínculo interpersonal durante la pandemia.
El año pasado, las instituciones dedicadas a la fertilidad estuvieron cerradas unos meses por las restricciones impuestas por el Estado para frenar el contagio de Covid-19 en la Argentina. En ese lapso, los especialistas estuvieron atentos a generar protocolos y al estudio de papers que alertaban sobre posibles complicaciones durante la gestación y en los recién nacidos durante la pandemia. Un estudio se publicó en JAMA, una revista especializada y relevante para la comunidad médica.
“Con los centros de reproducción cerrados, sumado a la perplejidad que generó el virus, más la dificultad para establecer relaciones y no saber con claridad cómo impacta el virus en gestantes y sus bebés... ¿Qué alternativa podíamos darle a esas personas que se acercaban a preguntar qué opciones tienen para lograr un embarazo? Eso puede explicar la suba considerable de averiguaciones sobre la técnica de criopreservación. Congelar óvulos es una alternativa viable y segura en estos momentos, además de garantizar autonomía reproductiva para personas con capacidad de gestar”, explica Romina Pesce, Jefa de la Sección Reproducción del Hospital Italiano.
Más allá de los cambios de planes a causa del virus, se mantienen los motivos para vitrificar: baja reserva ovárica en personas jóvenes y pacientes con enfermedades cuyo tratamiento pueden afectar la fertilidad.
AS
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