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Sobre este blog

Un resumen semanal de política internacional a cargo de nuestro responsable del área de Mundo, Alfredo Grieco y Bavio. Serán diez puntos geográficos para pensar nuestro presente cada vez. Vías de acceso a una realidad que excede por mucho las fronteras de la Argentina.

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El mundo verdeamarelho muerde en una naranja roja

Brasil aumentó los ingresos por turismo internacional durante Semana Santa. En China, el presidente Lula pidió al gobierno de Pekín que volviera a recomendar a Brasil como destino turístico personal. La recomendación había caído en tiempos de la pandemia y de la presidencia de Bolsonaro. Sólo había sido recuperada como destino de turismo colectivo.

Alfredo Grieco y Bavio

22 de abril de 2023 09:31 h

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Desde Asunción nos escribió Carla Benisz: “Parafraseando al Piti, acá todo sigue igual / todo sigue igual de mal”. En dos líneas de crónica rimada, una continuidad política y una orientación histórica. La República del Paraguay proclamó su Independencia en 1811. Según el calendario republicano, hay elecciones presidenciales el 30 de abril de 2023: cada cinco años cambian las caras no los dueños del poder paraguayo.

Sobre el fondo de esa larga duración a la que alude con dos versos y tres rimas nuestra colega 'paraguayista' estas semanas últimas registraron, si alejamos del cono sur la lente del catalejo sudamericano, hemisférico, transatlántico, acontecimientos que parecen la imagen invertida de la que ve, sin asombro, sin resignación, la investigadora del Conicet. Las mismas caras públicas, los mismos espacios privados, pero alteradas, acaso para siempre, la fisonomía plana y las geometrías curvas del espacio público del poder político y su ejercicio trasnacional, de polo a polo.  

Así puede leerse en esta nueva entrega de El mundo es azul como una naranja correspondiente al penúltimo jueves de abril 2023. Nuestra Newsletter Semanal de Política Internacional de elDiarioAR vuelve a los correos de quienes se han suscrito. Menos respetuosa de su calendario republicano que el ya tricentenario oficialismo colorado paraguayo, les llega hoy así, azul, naranja, verde y amarilla, esta jornada 22 del mes más cruel.

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Un resumen semanal de política internacional en mil palabras. Por Alfredo Grieco y Bavio.

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1. No más caras no máscaras chinas

Las mismas caras de las mismas figuras globales, pero nuevas máscaras y nuevos papeles protagónicos, antagónicos, secundarios y comparsas, en un drama nuevo del poder global, de los tráficos de la guerra y del comercio de la palabra. Así un nuevo mundo relacional que se atisba, a partir del viaje de un casi octogenario presidente brasileño, en su tercer mandato, a la capital china, huésped de un septuagenario presidente chino, en su tercer mandato. 

Entre el secretario general del Partido Comunista Chino y el líder del Partido de los Trabajadores (PT) brasileño la alianza trabada parece sólida, porque a ninguno le sobra tiempo ni delicadeza. Los gobiernos de Pekín y de Brasilia encuentran uno y otro lo que encuentran más conveniente en el corto plazo, y no encuentran motivos para demorarse.  

 

2. El último tango en Pekín

Para bailar el tango hacían falta dos imperios. O los gobernantes de dos ex imperios. Ya en 2022, cuando hacía campaña contra el derechista Jair Bolsonaro, podía verse que el Lula que buscaba su segunda reelección presidencial era un político más pro China que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) que había ganado su primer balotaje en 2002. El líder petista había cambiado de ideas. Porque el mundo había cambiado más. Mucho más que Luiz Inácio Lula da Silva, nacido en 1945, tres meses después que las bombas de Hiroshima y Nagasaki que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial. 

En los hechos, el acercamiento entre China y Brasil fue acelerado por la guerra en Ucrania, aunque ya había ganado velocidad por la pandemia. La sigla BRIC (Brasil, Rusia, India y China) unía a ex imperios. Enormes extensiones territoriales, sólidas demografías, desarrollismos agroindustriales, énfasis en la infraestructura, culturalmente autocentrados, no intervencionismo en los conflictos internacionales, y a la vez voluntad de liderazgo global fundada en la ética de ese neutralismo y en la probada conveniencia recíproca del pragmatismo, que no obliga a naciones débiles a alineaciones con las poderosas. En esto convergen el Brasil de Lula y la China de Xi Jinping, nacido en 1953, tres meses después de la muerte de Stalin.

3. China encuentra novio en Brasil 

En muchos aspectos, la imagen que China que querría proyectar de sí Xi Jinping la encuentra realizada en el Brasil de Lula. Uno y otro presidente están al comienzo de su tercer mandato. Lula es el brasileño más famoso del mundo, después de Pelé. En la propia China Popular, no sería exagerado decir que es mejor conocido que Jesucristo. Es mucho más conocido que el Papa, del que la agencia de noticias oficial china Xinhua ofrece noticias escuetas, precisas, sin foto. 

Símbolo del Sur Global, de la Ciencia, de las Vacunas, de la Democracia Popular, de la Organización Obrera y Sindical, de la Reducción de la Pobreza, de la Vieja Izquierda clasista, rural, industrial, tradicional y de la Nueva Izquierda urbana, aspiracional, moderna, educada, laica, de la Igualdad de oportunidades, de la Movilidad social ascendente por la Educación superior, un defensor de la Investigación tecnológica y del Comercio Plurimultibilateral.

Así es Lula en China, y en buena parte del Sur Global. La configuración es más incompleta que errónea, y los elementos que faltan pueden seguir ausentes, no dañan ni la concertación de acuerdos, ni su perduración. El retrato del país y de su gobierno es esquemático por selección antológica antes que por ignorancia supina. Aun datos exteriores, como la pompa del gobierno, y las celebraciones de los carnavales, gustan en China como rasgos y rituales brasileños en los que se reconocen dos pueblos ceremoniosos. 

4. El último emperador, y el penúltimo

Las coincidencias entre Lula y Bolsonaro son más asombrosas que las diferencias. Pero en Brasil, esas coincidencias se dan por sentado. En el Río de la Plata, no, y por eso una y otra vez se señala el pedagógico ejemplo del buen entendimiento entre el Pepe Mujica y José María Sanguinetti. Menos solemne, el primero lo llamó alguna vez cordura de gallos que para pisar dependen de la salud del gallinero.

Brasil independiente fue un imperio en el siglo XIX y conoció la más largas de la dictaduras militares latinoamericanas en el XX. En el siglo XIX, las guerras civiles hispanoamericanas eran para Rio de Janeiro el espectáculo sangriento del 'bolivarianismo', y la justificación de su gobierno. En las décadas de 1960-1970, el 'milagre brasileiro' de militares, combustibles, autopistas, Pelé, fútbol, campeones del mundo, de desarrollismo e industrialización y consumo y tropicalismo, era también la justificación del régimen.

Lula y Bolsonaro representan a dos agentes clave de las dinámicas sociales del milagro brasileño. Dos políticos de carrera, sin estudios universitarios, porque la política fue su carrera. Uno ex capitán del Ejército, otro ex obrero y sindicalista metalúrgico. Los dos estatistas, los dos prometen picanha y cerveza.

Las militancias ambiental e indígena de Lula fueron ganando campo y relevancia en su programa y desempeño; la agenda de género, lo suficientemente menos como para que Bolsonaro no lograra capitalizar su diferencia con el adversario.

Si China ha tenido tan buenas relaciones con Venezuela, Ecuador, Bolivia, ha influido sobre ello, con peso propio, el carácter 'desarrollista' de sus líderes históricos durante la ola rosa del socialismo 'siglo XXI'. Hugo Chávez Frías era un comandante, y Rafael Correas reivindica al desarrollismo como corazón de la izquierda (y a la agenda de género, como lujo cuando no lastre).

Es más ocioso que arbitrario especular que si Lula hubiera sido presidente durante la pandemia, la política de vacunación habría sido más parecida a la de Sebastián Piñera en Chile, coordinada y temprana, pero la de cuarentenas y confinamientos no habría sido muy desemejante a la de Andrés Manuel López Obrador en México. Y la de IFEs y transferencias en efectivo, muy semejante a las de Bolsonaro o Trump. 

5. Washington la blanca, o perder el tranvía pero no el deseo bajo los olmos

En la capital paraguaya figuras más jóvenes promovidas por las mismas reglas son las que ahora bailarán la misma polca del partido Colorado en el mismo Palacio López asunceno, en el mundo vimos las mismas figuras provectas formar parejas nuevas, a antiguas bellas finalmente lucirse en el sarao, y bellezas sureñas quedarse con el deseo pero sin el tranvía.

Antes de visitar Pekín, Lula viajó a Washington. En Joe Biden encontró a otro admirador. Porque el presidente norteamericano encuentra en su coetáneo también una imagen favorable de sí mismo y de principios demócratas y democráticos. Y celebra la justicia poética de la derrota de Bolsonaro como análoga de la que ha sufrido el rival Donald Trump en 2020. Como avatares de una misma guerra o cruzada de las democracias contra las autocracias. Lamentablemente, esto no basta para la leva de Lula en la cruzada contra el Autócrata ruso (y muchísimo menos contra el Comunismo chino). 

Lula volvió a Brasilia con las manos vacías, y a sabiendas de que su espaldarazo a Biden era más importante que el recíproco. No sólo no hubo más que vaguedades en cuanto al involucramiento de EEUU en la economía y el comercio brasileños. Hubo pedidos concretos cuya única ventaja consistía en los alivios que significaban para la Casa Blanca y la Secretaría de Estado. Como impulsar, liderar y operar (con tropas propias) una fuerza de intervención en Haití. (Joe Biden se lo planteó después al premier liberal canadiense Justin Trudeau, también con poco buen éxito). O levantar un cordón sanitario a las empresas de comunicación chinas en Brasil, por motivos no de competencia comercial sino de seguridad hemisférica. 

6. “Zelenski no puede tener todo” 

En esta frase de Lula, de un realismo brutal, pero de un neutralismo menos absoluto de lo que el presidente brasileño gusta, y aun parece, en este caso, creer, se afinca el sustento del apoyo brasileño a la propuesta de paz china. El plan de Pekín es sucinto. No reordena la situación actual ni imagina una nueva que pueda interesar a las partes beligerantes y a sus aliados regionales o estratégicos. Es una invitación a conversar ahora mismo, y a considerar la (superior) conveniencia de un armisticio del statu quo. Un alto el fuego en el que las armas callarían, las tropas no combatirían, pero ni unas ni otras abandonarían sus actuales ocupaciones.

Básicamente, esto significaría para el gobierno ucraniano de Kiev, y para su presidente Volodímir Zelenski, a renunciar a su aspiración a mejorar la soberanía ucraniana y colocarla en una situación superior a aquella que efectivamente ejercía antes del 24 de febrero de 2022, cuando el Kremlin ordenó el inicio de las operaciones militares especiales rusas. Desde 2014, la península de Crimea, después de ser ucraniana por 22 años tras el fin de la URSS, había sido anexada por la Federación Rusa. Y en el oriente del territorio, las repúblicas de Donetsk y Lugansk, autoproclamadas en 2014, reconocidas por Rusia en febrero de 2022, y unidas a la Federación en septiembre, seguirían congeladas de momento en esta situación jurídica. 

Ucrania había perdido su soberanía de hecho sobre Crimea en 2014, y en el oriente la disputaba militarmente a fuerzas prorrusas desde 2014 y desde febrero de 2022 a tropas rusas. El armisticio chino, con el cual el gobierno brasileño parece acordar en lo central, significa un alto el fuego antes de que la soberanía de Kiev se vea satisfecha en ninguna de estas dos áreas. 

El asesor especial Celso Amorim, ex canciller, que ha viajado a Moscú recientemente, encuentra esta perspectiva viable, y en suma más provechosa que otras alternativas. El papa Francisco es también partidario de la paz ahora, y de la suspensión del armamentismo ucraniano asegurado por la OTAN.

El canciller ruso Sergei Lavrov ha viajado a Brasilia, y elogiado el enfoque común con respecto al conflicto. Lula está ahora en Europa. Los EEUU también, convenciendo a los aliados de que la fuga 'Pentagono Leaks' ni es grave, ni nada malo dice de la Secretaría de Estado, al contrario.La posición de la UE es cerradamente pro Kiev. Pero ya el presidente francés Emmanuel Macron ha señalado que sería menos comprometida pro Taipei, en el supuesto de un conflicto chino con su 'provincia rebelde' de Taiwan. 

7. Sudán, Ucrania, o el oro de Moscú no cree en las lágrimas

Después de haber masacrado la protesta social antes y después del golpe de Estado de octubre de 2021, una semana atrás afirmaron que la habían oído, finalmente, y que habían encontrado, esta vez sí, conveniente u oportuna la celebración de elecciones. No había llegado a dos semanas la paz de la Junta Militar con la política electoral, que dos las máximas autoridades sudanesas, el teniente general Abdel Fattah Abdelrahman al-Burhan y su vice el general Mohamed Hamdan Dagalo se declararan súbitamente la guerra a muerte. Los dos habían sido aliados en el golpe de Estado de abril de 2022, que derrocó a Omar Bashir, el ex oficial del Ejército que había gobernado Sudán por 30 años hasta que no supo cómo reprimir una protesta por el aumento del precio del pan. 

El Ejército regular guiado por el general Burhan libra batalla en las calles de la capital sudanesa de Jartún contra los milicianos de las Rapid Support Forces (rsf). Estos cien mil hombres son los herederos de la milicia yanyaouid (en árabe, demonios a caballo) protagonista del genocidio en Darfur, y responden a las órdenes del general Dagalo. Segundo en la Junta, este ex camellero se volvió comerciante de oro, 

Con casi 50 millones de habitantes, el Estado más extenso de África y de la Liga Árabe (si se suma Sudán del Sud) tiene un PBI de apenas 35 mil millones de dólares, casi el mismo que Chipre. La guerra civil parece el destino del actual enfrentamiento, otro episodio de la militarización del conflicto entre la OTAN (que apoya a Burhan) y Rusia (que apoya a Dagalo). Las minas de oro del general Dagalo son controladas por, las milicias del ejército mercenario profesional ruso Wagner, el mismo que combate en, y contra, Ucrania. El mismo grupo que es hoy la fuerza militar determinante en Burkina Faso y Mali, en Chad y Libia. Por sí solo,Wagner es la potencia de mayor peso en el África del Sahel, y una de las de mayor proyección en el continente. 

Algunas empresas mineras, como Meroe Gold, son subsidiarias de la Wagner, y actúan con las de las rsf. El 82% de los recursos del país, y todo el oro del Darfur, pasa por las manos de Sagalo. La minería aurífera sudanesa contribuye a financiar la campaña rusa en Ucrania. El mismo Dagalo estaba en Moscú el 24 de febrero en el cual el Kremlin ordenó el comienzo de las operaciones militares especiales en suelo ucraniano. 

8. Sudáfrica, un no-alineado de la vieja escuela

 En el acrónimo BRICS, Sudáfrica fue añadido más tarde, como un remordimiento, para no excluir a África de la promesa emergente. El último añadido no era un imperio, era sólo una ex colonia. Y la Unión Sudafricana se volvió pronto República Sudafricana, incluso antes del fin del apartheid.

Hoy Sudáfrica está alineada con Moscú en el conflicto ucraniano, o caso no de ningún modo. Pero tampoco, en absoluto, contra Rusia. Una auténtica, antigua, genuina posición No Alineada. Como en los buenos viejos tiempos de la Guerra Fría. Neutral, no. Porque, después de todo, como bien se sabía y no se disimulaba antes de la Caída del Muro y del fin de la URSS, neutral, lo que se dice neutral, nunca nadie lo es del todo. De hecho, Sudáfrica y la vecina Botswana, están prestando atención a no disimular que tienen buenas relaciones con la Rusia de Vladimir Putin.

La clase dirigente negra que gobierna en Sudáfrica preocupa a la Casa Blanca. Casi todos sus líderes actuales se formaron en la Universidad Lumumba, en Moscú, en tiempos de la Unión Soviética. Las afinidades ideológicas de la era del racismo pre Nelson Mandela en Pretoria se han trasladado hoy a preferencias económicas. Rusia provee armas, cereales y fertilizantes a Sudáfrica, todos recursos de primera necesidad. Un ejercicio naval ruso-chino se desarrolló en las aguas frente a Ciudad del Cabo. En tiempos de ambigüedad diplomática, la invitación sudafricana es clara. Convida a Occidente a invertir más, y hacerlo pronto, en este país a cuya clase política denuncia rutinariamente como corrupta. 

9. Guatemala, las líneas de una mano de mujer

El 27 de marzo se inició la campaña proselitista en Guatemala luego de una polémica y discrecional primera fase de postulación e inscripción de candidatos a los cargos de elección popular. La segunda fase tiene el declarado propósito de seducir el voto de casi diez millones de votantes que acudirán a las urnas el 25 de junio para votar la sucesión presidencial de Alejandro Giammattei entre 21 candidatos y 2 candidatas definidas por 30 partidos políticos. 

La prolífica oferta electoral, para la que sin embargo no han sido habilitados el binomio presidencial del izquierdista Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) encabezado por la lideresa indígena Thelma Cabrera ni el de Roberto Anzú por el partido de derecha Podemos, refleja de manera proporcional la atomización del electorado cuya confianza en las elecciones y en la institucionalidad en su conjunto es baja, acrecentado por los mecanismos establecidos para impugnaciones y exclusiones de candidaturas que han generado incertidumbre, tensiones, el aumento del descontento de la ciudadanía  y en cierta manera posibilitado las transgresiones de los propios candidatos a la normativa electoral. 

10. Naranjas al Paraguay colorado

El último domingo de abril, el electorado paraguayo acudirá a votar al candidato colorado que gobernará la República bilingüe hasta 2028, como cinco años antes votó en castellano y en guaraní por Mario Abdo Benítez. Como lo ha hecho otras seis veces más desde que en la noche de la Candelaria de febrero de 1989 las FFAA dieron un golpe de Estado que derribó al presidente colorado, general Alfredo Stroessner, y colocó en su lugar a su consuegro, líder de la asonada, el general colorado Andrés Rodríguez. 

Como cada cinco años, entonces, el electorado concurrirá puntual a los centros electorales del Paraguay. Cada quinquenio, en promedio, más joven que el quinquenio anterior. En este país de 7 millones y medio de habitantes, la edad media son 27 años, o menos. No hay balotaje. Sin más vueltas, la presidencia del Paraguay es para aquel candidato que haya ganado la primera vuelta.

Según usos y costumbres, la mayoría sufragará, con ahínco republicano y bicentenario, por el candidato oficial del oficialismo, la Asociación Nacional Republicana (ANR), o Partido Colorado. El 30 de abril, Santiago Peña. Votará Paraguay: es difícil, y ocioso, sopesar cuántos votos serán elegidos. Aunque este año la alianza opositora liderada por el veterano político liberal Efraín Alegre, con apoyo del movimiento de centro-izquierda de Fernando Lugo (obispo católico, dirigente social, cura de los pobres campesinos de San Pedro, el Chiapas paraguayo, el más pobre de los rincones rurales del país rural, único presidente no colorado del siglo, depuesto por impeachment express en 2012), promete hacer una muy buena elección elegida.

“La historia no se repite, pero rima”, repetía el escritor americano Mark Twain. Para interpretar el canto resplandeciente y el voto casi cantado del Paraguay del 30 de abril colorado, nuestra colega la doctora Carla Benisz, eligió un estribillo cantábile: “parafraseando al Piti, acá todo sigue igual / todo sigue igual de mal”, nos escribía días atrás desde Asunción. Para una historia nacional como la paraguaya -tantas veces radiante, tan pocas transparente-, la estudiosa profesional nos entonaba con el ritornelo musical bonaerense de un inspirado homicida amateur.

AGB

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