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De las redes al territorio

Con Las Fuerzas del Cielo, Milei intenta combinar provocación virtual con evangelización política de cara a 2025

El evento generó polémica por una puesta en escena que recordó a la de los actos de regímenes autoritarios.

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El tan provocador como calculado lanzamiento de la agrupación Las Fuerzas del Cielo no deja de dar que hablar en la opinión pública. El acto, celebrado el fin de semana pasado en un salón de la Sociedad Italiana de San Miguel, y que llevó el sello distintivo del asesor presidencial Santiago Caputo, sigue en boca de todos: tanto las referencias al “brazo armado” de Javier Milei como su estética desafiante alusiva al Imperio Romano, desataron críticas inmediatas y una polémica que tuvo en el centro de la escena al influencer libertario Daniel Parisini, mejor conocido como Gordo Dan.

A lo largo de la última semana, fueron varias las figuras del oficialismo que salieron a intentar minimizar la controversia, que hasta derivó en una denuncia penal contra el conductor de La Misa por “incitación al odio” presentada por el diputado socialista Esteban Paulón. Entre ellos estuvo el politólogo y gurú de la derecha vernácula Agustín Laje, uno de los oradores del evento, quien calificó la puesta en escena como un simple “baiteo”, diseñado para provocar y manipular la atención mediática.

“Hemos conseguido el objetivo, que era que se conozca nacionalmente este grupo de jóvenes”, apuntó Laje en una entrevista con TN. Y agregó: “Los medios de comunicación tomaron la frase de 'somos el brazo armado' de Milei, pero cuando se escucha el discurso entero del Gordo Dan, él también dice 'el arma más poderosa del siglo XXI es esta, el celular'”. ¿Malabares discursivos o táctica deliberada para escandalizar?

Más allá de cuál haya sido la intención original del acto, nadie duda de que detrás estuvo la mano de Santiago Caputo. Con el correr de los días, su conocida cercanía con el Gordo Dan quedó en evidencia: el influencer fue visto más de una vez en la Casa Rosada, entrando y saliendo del Salón Martín Fierro, lugar que oficia de despacho del asesor estrella del Presidente. También se descartó el rumor que ubicaba a Karina Milei, la otra integrante del “triángulo de hierro”, molesta con las repercusiones de la presentación en sociedad de la autodenominada “guardia pretoriana” libertaria. “Nada se hace sin su aval”, sentenció una fuente oficialista a elDiarioAR, aunque no sin desmentir cierta incomodidad.

Es que el punto geográfico en que se realizó el lanzamiento de Las Fuerzas del Cielo no fue elegido al azar. Reveló una estrategia que apunta, sobre todo, a consolidar el desembarco de las huestes de Caputo en la provincia de Buenos Aires, con el diputado bonaerense Agustín Romo como su punta de lanza. El objetivo de fondo del asesor no es solo posicionar al espacio de cara a las legislativas de 2025, sino también instalar una narrativa, con una consecuencia concreta: presionar internamente para redistribuir el poder puertas adentro de La Libertad Avanza bonaerense, cuyo referente es Sebastián Pareja, un alfil de Karina.

A esa hoja de ruta pareció circunscribirse rápidamente el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien salió este viernes a ponderar la figura del Gordo Dan. “Sería un buen candidato”, concedió en diálogo con Urbana Play, en refencia a uno de las principales espadas del oficialismo en la red X. Francos describió a Parisini como “un profesional equilibrado, un médico que cree en la libertad y está en contra del sistema tradicional”. Y, al igual que Laje, le bajó el tono a la polémica en torno a sus dichos sobre el “brazo armado” al aclarar que se trató de “una metáfora”.

De la “batalla cultural” al territorio

Las Fuerzas del Cielo representa el salto a la política de un esquema ya aceitado en el plano virtual. A partir de perfiles falsos que se esconden detrás seudónimos, cuyos mensajes son constantemente replicados por el propio Milei en su cuenta de X, la institucionalización de esa tropa dedicada al hostigamiento en redes sociales hace tiempo que es un dato insoslayable de la realidad. Ahora, muchos eslabones de ese engranaje aparecen en las filas de la nueva agrupación, como el director de Comunicación Digital, Juan Pablo Carreira (alias Juan Doe), o el presidente del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados de la Legislatura bonaerense, Agustín Romo, con fuertes lazos con la “casta” conurbana de su distrito natal, San Miguel.

De hecho, no es casual que el lanzamiento de la organización que tiene al Gordo Dan a la cabeza haya coincidido con el de la Fundación Faro, el nuevo think tank libertario inspirado en las psicografías de Benjamin Solari Parravicini, considerado el “Nostradamus argentino”. O el trascendido de otro ambicioso proyecto: el primer volumen de Las Epístolas del Cielo, un manual doctrinario que compilaría los intercambios entre Caputo y el tuitero oficialista Lucas “Sagaz” Luna, a publicarse próximamente. Con una estética que imita libros antiguos y un contenido cargado de máximas libertarias, el texto busca oficiar de pieza central para la formación de cuadros, con el fin de convertir a cada militante en un evangelizador del mensaje de La Libertad Avanza.

En el oficialismo aseguran que esta combinación de formación doctrinaria y expansión territorial es clave para consolidar el “movimiento”. Un horizonte que se hizo explícito la semana pasada, cuando figuras como el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, llamaron a “ganar la batalla cultural” para superar lo que el funcionario describió como la “hegemonía” de la izquierda representada en iniciativas como la Agenda 2030. O cuando Laje reforzó la importancia de construir un “espacio ideológico sólido” que pueda sostener las “transformaciones” llevadas adelante por el Gobierno.

Un dato es inobjetable: el campo de batalla diagramado por la Casa Rosada trasciende lo electoral. Con la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, los libertarios están convencidos de que son tiempos en los que se debe ir “a fondo”, con el objetivo de redefinir las reglas del juego político. En un país acostumbrado a la pirotecnia verbal, el proyecto de Milei no solo busca romper los moldes: quiere diseñar uno nuevo. Y lo está haciendo sin pedir permiso, aunque tampoco esté garantizado que el desenlace sea exitoso.

PL/JJD

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