El papa Francisco, un “muy mal paciente” cuya salud tiene en vilo al Vaticano
![Una estatua del papa Juan Pablo II delante del hospital Agostino Gemelli, en Roma.](https://static.eldiario.es/clip/849346d7-e710-452f-8f96-1a5da598c6ef_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
“Tiene una mala salud de hierro, es cabezón y muy mal paciente”. Así resume una de las personas que pudo hablar con el Papa Francisco esta semana la situación de Bergoglio, que este viernes ingresó en el hospital Gemelli de Roma para, tal y como resalta el breve comunicado de la Sala Stampa, “someterse a algunas pruebas diagnósticas necesarias y continuar en un entorno hospitalario el tratamiento de la bronquitis que aún padece”.
Un párrafo que hizo saltar todas las alarmas mediáticas. Unas alarmas que se sumaban a las que, desde hace algún tiempo, mantienen vivos los sectores tradicionalistas, que llevan meses trabajando en la hipótesis de un cónclave que cierre la etapa de Bergoglio al frente de la Iglesia.
Sin embargo, y salvo sorpresas –que no se descartan, y que se suman al bloqueo informativo en lo tocante a la salud papal–, todo parece indicar que el ingreso se hace por precaución y, especialmente, para frenar el ritmo del Papa, que no quería, bajo ningún concepto, dejar de cumplir sus compromisos.
Fuentes vaticanas explicaron en la tarde del viernes que “tras la exacerbación de una bronquitis en los últimos días, el Santo Padre se sometió a exámenes especializados e inició una terapia farmacológica hospitalaria. Los primeros exámenes realizados muestran una infección de las vías respiratorias. Su estado clínico es discreto; tiene un poco de fiebre”.
Así, se estaría repitiendo el escenario vivido hace justo dos años, cuando Francisco también debió ingresar durante tres días debido a una infección respiratoria que requirió tratamiento con antibióticos. Una de las diferencias con aquel episodio es que en aquella ocasión el Papa fue ingresado de urgencia, mientras que este viernes Francisco aceptó el ingreso después de concluir, con éxito, las audiencias previstas en Casa Santa Marta, donde se lo vio con mucha mejor cara que en días anteriores.
“La bronquitis no se me va nunca”, apuntaba ayer el pontífice a uno de sus colaboradores. A los 88 años, y con un historial de problemas pulmonares –la falta de un trozo de este órgano fue utilizado por sus oponentes durante el cónclave anterior para tratar de obstaculizar su elección–, Francisco lleva tiempo arrastrando varios resfriados sucesivos.
En cualquier otra persona de su edad, el reposo hubiera sido inmediato. Sin embargo, en el caso del Papa de Roma el descanso está prohibido. Todo el mundo quiere ver a Bergoglio, quien además se esfuerza por mantener un ritmo de trabajo frenético. Solo esta semana, además de las audiencias previstas, Francisco escribió una histórica carta a los obispos de EEUU contra la política de deportaciones de Trump, se presentó (virtualmente) al Festival de San Remo y quiso entrar en el debate sobre la Inteligencia Artificial en la cumbre de París.
Todo ello, sumado a los actos del Jubileo de 2025 hacen que el ritmo de Bergoglio sea agotador: el domingo recibió a representantes de policías de todo el mundo y este fin de semana estaba previsto celebrar el Jubileo de los Artistas, que ya fue cancelado, así como el resto de actos previstos de aquí al lunes, incluyendo la histórica visita de Francisco a los estudios de Cinecitta.
El Papa lleva arrastrando síntomas de bronquitis desde al menos el domingo 2 de febrero, aunque hasta este jueves no suspendió su agenda, ausentándose a última hora de un acto sobre justicia fiscal en el que intervinieron, entre otros, Pedro Sánchez y Lula Da Silva. Desde entonces, la política comunicativa vaticana optó por el silencio, aunque en la mañana de este viernes no tuvo más remedio que informar del ingreso, y de la anulación de la agenda más inmediata.
Este jueves se decidió que Francisco descansara en su residencia de Casa Santa Marta y, al comprobar que no mejoraba de su dolencia, se optó por el ingreso. Entre otras razones, para “frenar en seco” el trabajo del Papa, quien en un principio no parecía dispuesto a parar. De hecho, tal y como apuntan fuentes vaticanas, Bergoglio sólo concedió acudir al Gemelli al terminar sus audiencias de este viernes. El Papa recibió en Santa Marta al Primer Ministro de la República Eslovaca y posteriormente dirigió un saludo a los miembros de la Fundación Gaudium et Spes. También saludó, entre otros, al cardenal Tagle o al presidente de la comunidad de Sant Egidio.
Un largo historial de enfermedades
El Papa arrastra un largo historial de enfermedades. Junto a la bronquitis recurrente, que ya le afectó en febrero de 2023, Bergoglio fue sometido en julio de 2021 a una operación para extirpar 33 centímetros de su intestino grueso debido a una estenosis diverticular sintomática, una afección que provoca el estrechamiento del colon.
En junio de 2023, el Pontífice fue operado nuevamente para reparar una hernia abdominal, procedimiento que también se llevó a cabo en el Policlínico Gemelli.
Junto a ello, Francisco experimentó dolores en la rodilla derecha, debido a una distensión de los ligamentos, lo que le ha obligado a utilizar bastón o silla de ruedas en diversas ocasiones para facilitar su movilidad. Aunque recibió tratamientos, el dolor persistió, limitando su capacidad para caminar largas distancias.
A los 21 años, mientras estaba en el seminario en Buenos Aires, Francisco sufrió una grave infección pulmonar que requirió la extirpación de una parte de su pulmón derecho. A pesar de los desafíos, Bergoglio mantuvo una agenda activa, continuando con sus deberes pastorales, frenándose solo en contadas ocasiones. La última, por el momento, este viernes.
Toda la información, en www.religiondigital.org
0