Qué puede significar para Ucrania la pausa del apoyo militar y de los datos de inteligencia ordenada por Trump

Donald Trump decidió sacarse un as que se guardaba en la manga en su giro abrupto sobre la guerra de Ucrania y su acercamiento a Rusia. El presidente estadounidense ordenó el lunes una pausa en la ayuda militar a Kiev, paralizando el suministro de armas y munición que en algunos casos ya estaba listo para ser trasladado desde países como Polonia. La Casa Blanca aún no dio detalles públicos acerca de la suspensión, sobre la que la prensa estuvo informando a través de fuentes del Gobierno, que apuntan a que están “pausando y revisando” la asistencia a la espera de que Trump considere que Volodímir Zelenski “está haciendo un esfuerzo de buena fe hacia las negociaciones de paz con Rusia”, sin aclarar qué condiciones espera que cumpla para reanudar la asistencia.
Como es la tónica habitual bajo la Administración Trump, muchas cuestiones sobre la interrupción de los últimos hilos de apoyo militar a Ucrania aún no están claras. El presidente ucraniano pidió a EEUU que aclare de forma oficial si decidió interrumpir el envío de armamento y un asesor presidencial aseguró que están evaluando los programas de envíos de armas podrían dejar de funcionar. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, dijo este martes que la suspensión ya se estaba sintiendo en un centro del este de su país.
También está por ver si hay cambios después de que Zelenski tendiera este martes la mano a su homólogo estadounidense y mostrara su disposición a “sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible”. El mensaje pareció complacer a Trump, que rebajó el tono en su discurso en el Congreso tras haber recibido una carta de su homólogo ucraniano en la que este se ofreció a firmar el acuerdo con Washington sobre la explotación de los minerales. Este miércoles, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, ha dejado abierta la posibilidad de reanudar la ayuda militar, pero supeditada a progresos en las negociaciones y a “medidas de fomento de la confianza” entre Moscú y Kiev, sin detallar cuáles.
Casi paralelamente, y pese al mensaje conciliador de Zelenski, se conoció que Trump asestó otro duro revés a Kiev. El director de la CIA confirmó que EEUU ha dejado de compartir información de inteligencia con Ucrania, algo que hasta ahora no estaba claro que fuera a suceder. Tampoco se sabe hasta qué punto se ha reducido el intercambio de información, con fuentes apuntando a que solo se ha cortado “parcialmente”. Durante la invasión rusa, Washington proporcionó a Kiev información crítica para que sus fuerzas armadas identifiquen y ataquen objetivos rusos.
Un golpe importante
Por lo pronto, la decisión del presidente de EEUU de poner en pausa el flujo de armamento y equipos causó alarma en Ucrania, mientras que, como era previsible, fue aplaudida en Moscú. El Kremlin aseguró que la medida “puede empujar” a Kiev a participar “en un proceso de paz”. En su rueda de prensa diaria, Dmitri Peskov, portavoz presidencial, dijo que el anuncio “es el mayor aporte a la causa de la paz”. Peskov se quejó en una entrevista de que Estados Unidos proporciona a Ucrania datos de inteligencia, “sobre todo lo de los satélites”.
Algunas voces apuntaron a que, en lugar de acelerar el final de la guerra, la medida podría dar a Moscú aún más incentivos para seguir luchando. Vladímir Putin no dio ningún indicio públicamente de estar dispuesto a desescalar el conflicto antes de obtener concesiones importantes de Occidente y Ucrania. Según la prensa, la administración estadounidense también está elaborando un plan para aliviar las restricciones impuestas a Moscú.
De continuar adelante, la pausa en el apoyo militar, a priori, no provocará un derrumbe rápido y total del frente ucraniano. Pero es un golpe importante para Kiev del que hasta ahora ha sido su mayor aliado y complicará aún más su lucha contra las tropas de Putin. Un ejemplo son los sistemas de defensa aérea Patriot de fabricación estadounidense, con los que Ucrania protege sus territorios de los ataques con misiles y que pueden agotarse.
El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, afirmó este martes que Ucrania todavía tiene los medios para abastecer a sus fuerzas de primera línea. “Nuestro ejército y el Gobierno tienen las capacidades, las herramientas, para mantener la situación en la línea del frente”, dijo. Entretanto, un alto representante ucraniano contó al Financial Times que Kiev probablemente se quedará sin ayuda militar estadounidense en “dos o tres meses”. “Después de eso, será muy difícil para nosotros. No será un colapso total, pero nos veremos obligados a retirarnos de las zonas más rápidamente”.
Shmyhal aseguró que Kiev hará “todo lo posible” para mantener las relaciones con Washington y dijo confiar en que el apoyo se mantenga. También indicó que espera llegar a un acuerdo sobre el suministro de municiones de los sistemas de defensa Patriot, que definió como “los únicos capaces de derribar los misiles balísticos rusos”.
La decisión es la resaca del tenso episodio del viernes pasado en el Despacho Oval, en el que Trump abroncó a su homólogo ucraniano ante las cámaras, antes de echarlo de la Casa Blanca. El choque dialéctico, que el mundo entero pudo ver en directo, evidenció el que es el peor momento en las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania desde el inicio de la invasión rusa hace tres años. Y había añadido grandes dosis de incertidumbre sobre el futuro del respaldo de Washington a Kiev, ya que Trump ha sido durante mucho tiempo escéptico de la ayuda al país invadido por Rusia.
La medida ha aumentado aún más la presión sobre Zelenski para que firme un acuerdo económico con Estados Unidos sobre los depósitos minerales críticos en suelo ucraniano y acepte entablar conversaciones de paz. Hasta ahora, Kiev ha demandado garantías de seguridad de Occidente con vistas a impedir un nuevo ataque ruso en el futuro, algo que todavía no se ha resuelto.
Emil Kastehelmi, analista de inteligencia de fuentes abiertas y experto en historia militar, cree que, ahora que Trump ha apuntado a una firma del acuerdo sobre los minerales, “es probable que pronto continúe también la ayuda militar”. “Parece que Zelenski ha sido presionado para disculparse, a pesar de que no ha hecho nada significativamente malo”, dice a elDiario.es. A su juicio, el líder ucraniano “tenía una elección muy difícil: si hubiera decidido no buscar una solución diplomática apaciguadora, habría significado la muerte de aún más ucranianos”.

Según el think tank alemán Kiel Institute for the World Economy, que hace seguimiento de la asistencia a Kiev desde el inicio del conflicto, EEUU es el principal apoyo militar de Ucrania, a la que ha entregado ayuda por valor de 64.000 millones de dólares en esta área, ligeramente por encima de los 62.000 millones que ha destinado Europa. Esta cifra no incluye los miles de millones invertidos en asistencia humanitaria y financiera por ambas partes. EEUU ha suministrado a Ucrania munición de artillería, vehículos blindados, obuses, baterías de defensa aérea Patriot y sistemas de misiles y cohetes de largo alcance como HIMARS y ATACMS, muchos de los cuales son sistemas sofisticados.
Zelenski ha advertido en numerosas ocasiones de que cualquier interrupción del apoyo militar estadounidense podría tener consecuencias fatales para la lucha de su ejército contra las tropas de Putin.
En una entrevista a principios de febrero con el británico Piers Morgan, Zelenski dijo que alrededor del 40% de las armas y equipos que su país utiliza en el campo de batalla son de fabricación ucraniana, mientras que Washington aporta aproximadamente el 30%.
“La contribución de Estados Unidos a la capacidad defensiva y a la seguridad de Ucrania ronda ahora el 30%. Pueden imaginarse lo que nos pasaría sin este crucial 30%”, dijo entonces el presidente ucraniano.
El apoyo estadounidense a Kiev ha sufrido previamente retrasos debido a la oposición de los republicanos del Congreso y a las preocupaciones dentro de la Administración de Joe Biden por una potencial escalada. El año pasado, un enorme paquete de asistencia militar estuvo estancado durante meses en el Congreso después de que Trump presionara a sus aliados republicanos.
En ese momento, Zelenski avisó de que, si no se aprobaba, Kiev no iba a tener “ninguna posibilidad de ganar” la guerra.
Durante el retraso de la aprobación del paquete en el Congreso de EEUU, se resintieron los sistemas de defensa antiaérea que derriban los misiles que Rusia lanza sobre Ucrania y, en el frente, los comandantes ucranianos dijeron que se habían visto obligados a racionar la munición.
Puede llevar tiempo
Los expertos militares creen que puede pasar tiempo hasta que el impacto de la falta de ayuda estadounidense se sienta en el campo de batalla, donde Ucrania sigue perdiendo terreno –en el este– mientras continúa la ofensiva rusa a un alto coste. De continuar la medida, Kastehelmi cree que “algunas capacidades ucranianas clave se deteriorarían en los meses siguientes, lo que probablemente permitiría a los rusos avanzar más rápidamente”.
La medida añade presión sobre los países europeos, con los que Ucrania está manteniendo conversaciones para buscar nuevas opciones. Pero EEUU deja un vacío que puede ser difícil de llenar. “Ucrania podría continuar la lucha sin el apoyo de Estados Unidos durante cierto tiempo, pero en lo que respecta a algunos sistemas de armamento, sustituirlos por variantes europeas no sería posible, al menos no rápidamente”.
Actualmente, es probable que Ucrania pueda soportar un parón estadounidense durante unos meses debido a su propia producción de armamento y a las entregas de armas procedentes de Europa, explica en X Michael Kofman, investigador principal del centro Carnegie Endowment for International Peace. “Mucho depende del grado en que Ucrania haya estado almacenando municiones/partes y de dónde puedan intervenir los europeos, aunque en algunos casos sus inventarios son bajos y en otros EEUU conserva la capacidad de denegar cualquier transferencia. El impacto será probablemente mucho más visible dentro de unos meses”.
Para el analista militar Franz-Stefan Gady, los efectos también “se dejarán sentir gradualmente en la línea del frente en los próximos meses, en lugar de causar una conmoción inmediata”. “Para 2025, Ucrania dependerá menos de la ayuda militar estadounidense que en años anteriores, porque ha progresado la autosuficiencia”, dice en X el experto del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).
Muy similar es el análisis de Kofman, que sostiene que, aunque la decisión de Trump es significativa, Ucrania dependerá mucho menos este año de Washington “para sus necesidades cotidianas en el campo de batalla” que en periodos anteriores de la guerra. En las operaciones defensivas, explica, “la mayoría de las bajas se infligen ahora con minas y drones, que se fabrican en Ucrania”, mientras que “los tradicionales disparos de artillería son menos relevantes en este momento”. “En combinación con las municiones entregadas recientemente por EEUU en los últimos meses, que adelantó los suministros, los europeos podrían sostener a Ucrania durante este año”, opina Kofman. “Sin embargo, es probable que Ucrania comience a dosificar los disparos en este momento, dada la incertidumbre”.
Kofman espera que el impacto sí sea pronunciado, con el tiempo, en los ataques de largo alcance (más allá de 30 kilómetros) y que afecte también a cuestiones como el mantenimiento, las piezas y el apoyo técnico. Los posibles efectos dominó, no obstante, dependerán en última instancia de si solo se detienen los envíos de municiones y equipos o todas las formas de apoyo estadounidense.
A juicio de Franz-Stefan Gady, el impacto táctico inmediato de la medida de Trump se dejará sentir en el racionamiento de la artillería, la munición de defensa aérea de largo alcance y una mayor disminución de los ataques contra objetivos situados detrás de la línea del frente rusa.
“Aunque no es catastrófica”, concluye Gady, la decisión del Gobierno de Washington “refuerza” la “tendencia negativa” de las fuerzas armadas ucranianas. “En última instancia, costará más vidas ucranianas”.
El analista cree que, aunque las entregas de munición y armamento estadounidenses “son importantes”, el apoyo de Washington “es posiblemente aún más crítico en otras áreas, como la inteligencia”.
Dara Massicot, también del Carnegie, coincide en que la estabilidad en primera línea para el Ejército ucraniano depende del uso eficaz de los drones y la artillería, pero apunta a que la suspensión y el acercamiento a Rusia sí puede agravar otras dificultades como la moral de los soldados en unas fuerzas armadas ya mermadas y con problemas de reclutamiento y deserciones. También está por ver si afecta a la voluntad de luchar del Ejército. En última instancia, cree la experta, “son los soldados ucranianos en trincheras y búnkeres, y los civiles, quienes pagarán el precio de las disputas presidenciales. A falta de un alto el fuego, si se corta su apoyo, morirán más”.
El think tank Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), con sede en Washington, también cree que es probable que la suspensión de la asistencia de EEUU tarde “de semanas a meses” en afectar la línea del frente. A su juicio, la línea del frente en Ucrania no corre el riesgo de derrumbarse por completo de manera inminente, “pero los efectos de la pausa de la ayuda estadounidense se agravarán con el tiempo” pero afectará a la capacidad de Ucrania para defenderse y llevar a cabo operaciones ofensivas al ritmo actual.
A juicio de estos expertos, que hacen un seguimiento diario de la guerra, tal medida puede aumentar la probabilidad de una victoria de Rusia en Ucrania. A corto plazo, ven probable que Rusia intensifique su campaña militar. “Es probable que las fuerzas rusas aprovechen la previsible escasez de material ucraniano si persiste la suspensión de la ayuda militar estadounidense, como hicieron durante la anterior suspensión de la ayuda militar estadounidense a principios de 2024”, dicen. A su juicio, las fuerzas rusas probablemente intentarán “seguir ganando terreno en el este y el sur de Ucrania y justificar así sus reivindicaciones territoriales sobre la totalidad de las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón”.
En su último informe, el ISW también remarca que Kiev “ha ampliado significativamente sus capacidades de producción industrial de defensa a lo largo de la guerra, en un esfuerzo por llegar a cubrir sus necesidades militares de forma independiente”, pero subraya que su capacidad “para llegar a ser autosuficiente a largo plazo depende del apoyo (económico) continuado de los países socios a corto y medio plazo”. El primer ministro ucraniano ha atribuido a las inversiones europeas gran parte del crecimiento industrial de defensa de Ucrania y ha dicho que, este año, podrán cubrir el 100% de sus necesidades de artillería con su propia producción.
0