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Pedofilia y oportunismo

El caso Kiczka siembra dudas en Misiones y expone los peores vicios de la política local

Pedro Puerta y Germán Kiczka, en tiempos en los que nada hacía sospechar lo que sobrevendría.

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El escándalo que tiene como protagonista al todavía legislador provincial misionero Germán Kiczka, imputado en una causa de posesión y tráfico de material de abuso sexual infantil, adquirió ribetes novelescos luego de que la Cámara de Representantes votara su desafuero el pasado 22 de agosto. Lo que parecía un trámite para habilitar un rápido proceder de la Justicia, acabó por dar inicio a una semana plagada de intrigas, con la inexplicable fuga del dirigente y la de su hermano, Sebastián, apresados varios días después de efectuado el pedido de detención. Un cuadro propicio para la emergencia de todo tipo de especulaciones.

La ciudad de Apóstoles, ubicada al sur de la provincia de Misiones, se convirtió en el epicentro de la atención pública nacional. De allí es oriundo Kiczka, pero también quien fuera su principal socio político: el legislador provincial Pedro Puerta. Todos los ojos escrutadores se posaron sobre él y su vínculo con el diputado prófugo, con quien lo unía algo más que el mero compañerismo político. Fue su aparición, en un camping de Loreto, Corrientes, lo que le permitió a Puerta volver a respirar algo aliviado. Hasta ese momento, cada día que pasaba sin rastros de su otrora coequiper representaba una estocada más al corazón de su carrera política, hoy herida de gravedad.

Nadie ignora que al affaire Kiczka lo cruzan los intereses. Desde el primer momento, su expediente, con detalles de lo más aberrantes, fue utilizado por el oficialista Frente Renovador de la Concordia para montar una campaña mediática de desprestigio contra el joven Puerta, en un tiro por elevación a toda la oposición. Es que el caso reavivó una rencilla que marcó a fuego las últimas tres décadas de historia política en Misiones: Pedro es hijo de Ramón Puerta, el dos veces gobernador y fugaz presidente durante las convulsionadas jornadas de diciembre de 2001, además de mentor del líder indiscutido de la provincia, Carlos Rovira. El hombre fuerte de la tierra colorada es el principal interesado en sacar del juego al fundador de Activar —un espacio aliado a La Libertad Avanza a nivel nacional, que cuenta con una diputada que forma parte del tumultuoso bloque libertario de la Cámara baja del Congreso.

Abogado de 36 años, Puerta se posicionaba hasta este mes como una figura ascendente de la política misionera, con abiertas pretensiones de disputar la gobernación en 2027. Ahora, en medio de la conmoción, son los medios nacionales los que se dedican a sembrar dudas acerca de una supuesta implicancia del empresario yerbatero en la causa que involucra a Kiczka. Versiones que se acrecentaron luego de que circulara en redes un video que en el que se lo ve bromeando sobre la utilización de “estimulantes eróticos” en el mate como método de “conquista”. El pez por la boca muere.

“No podíamos saber que estábamos sentados al lado de un asqueroso”, se atajó Puerta en una de sus entrevistas con canales de televisión de Buenos Aires, en un esfuerzo denodado por negar la relación de amistad que compartía con el hoy acusado de pertenecer a una red internacional de pedofilia. Pero a cualquier mínimo conocedor de los entretelones de la política misionera le parecería absurdo ese intento por despegarse de Kiczka: ambos eran mucho más que laderos de bloque en la Legislatura. Se movían en tándem, aunados por la confianza.

Clima enrarecido

Al ser detenido, en una gesto equiparable al oportunismo del oficialismo provincial, Kiczka no dudó en echar mano a la inverosímil carta de la “persecución política”. El diputado buscó escudarse en el clima que por estas horas se respira en Misiones e intentó sacar una tajada a su favor. “¡Esta es la foto que querían!”, vociferó mientras era trasladado a la comisaría de Apóstoles, donde hasta el momento permanece alojado. Un argumento descabellado si se tiene en cuenta el cúmulo de pruebas en su contra que es investigado por el juez a cargo de la causa, Miguel Ángel Faría.

A diferencia de la jugada de su examigo, Pedro Puerta optó por no escalar en la confrontación directa con las usinas propagandísticas de Rovira. “Para nada es una causa política, en absoluto”, afirmó este viernes, en diálogo con A24, tomando distancia de las palabras de Kiczka. El dirigente misionero ponderó el trabajo llevado adelante por el magistrado y destacó que se haya creado una comisión en la Legislatura provincial dedicada a estudiar el caso. Aunque no titubeó en cargó contra los periodistas “disfrazados” que lo único que quieren es embarrar la cancha”.

El 2024 se encamina a ser un punto de inflexión en la placidez que, al menos superficialmente, parecía reinar hace años en la vida pública de Misiones. No son tiempos precisamente fáciles para Rovira y su “misionerista” Frente Renovador de la Concordia. Los reclamos salariales de trabajadores estatales que tuvieron en vilo a la provincia en el mes de mayo, mostraron como nunca antes las fragilidades de ese edificio hegemónico construido en las últimas dos décadas por el ingeniero químico de 68 años.

La situación social y económica de Misiones se agravó a partir de la asunción de Javier Milei y su decisión de pasar la motosierra por casi la totalidad de las transferencias discrecionales. A eso se le sumó a la caída en la coparticipación y la eliminación tanto del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) como de los subsidios al transporte. En ese marco, las manifestaciones de docentes y policías, que se extendieron a lo largo y a lo ancho del territorio, encendieron alarmas en el entorno de Rovira. Una de esas marchas incluso llegó hasta las puertas de su domicilio particular, a la vera del río Paraná, en el exclusivo barrio El Laurel.

La reacción del gobierno provincial no se hizo esperar. Una vez alcanzados los acuerdos salariales, la contraofensiva fue implacable: la Renovación, como es conocida la fuerza política que gobierna Misiones hace más de 20 años, comenzó a culpar a la oposición de los disturbios en las movilizaciones a las puertas de la Legislatura, llegándolos a comparar con lo ocurrido en enero de 2021 en el asalto al Capitolio de los Estados Unidos. Fueron los gremios en lucha por un salario digno los primeros en advertir acerca de un fenómeno tan novedoso como preocupante: la creciente utilización por parte de Rovira de usuarios falsos y fake news para hostigar a voces críticas en redes sociales, al mejor estilo La Libertad Avanza. En tiempos de Milei, la agresividad es una herramienta que no parece distinguir signo partidario.

PL/MG

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