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La carrera electoral opositora

Entre el karma de Macri y el fantasma Milei, Juntos por el Cambio se obsesiona por ser “garante de la institucionalidad”

Macri y Larreta, en el cierre de campaña de Vidal para las legislativas 2021 en La Rural. El jefe de Gobierno y la ex ministra Patricia Bullrich son quienes quedaron en pie para competir en PASO presidenciables.

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“¿Queremos ganarle al Frente de Todos o no?”. La frase de la diputada de Juntos por el Cambio retumbó en un amplio salón cerca del Congreso. Era una pregunta retórica que la legisladora se hacía a sí misma y a la que no le encontró la obvia respuesta afirmativa, que podría esperarse, de manera rápida y convincente. El instante de duda que dejó flotando en el aire pareció dejar en evidencia la compleja trama interna –y de interna– en la que vive la coalición opositora. Está entre ese impulso de querer llegar a la Casa Rosada, pero no caer en el intento por el carancheo amigo. El crecimiento de Javier Milei es un fantasma ineludible para llegar a diciembre y el fracaso de la gestión de Mauricio Macri, su karma del pasado.

“Tenemos que encontrar una interna virtuosa”, contestó entonces, a modo de solución, la diputada que milita en el radicalismo. La fórmula de la victoria electoral sería para ella, justamente, que haya fórmulas mixtas entre el PRO y la UCR. Además de que se acuerde un programa de gobierno compartido.

La intención clara del radicalismo es que haya un “co-gobierno”, y no una gestión pura amarilla, como lo fue Cambiemos entre 2015 y 2019. La ficha a la que apuesta la fuente consultada es el acuerdo que hace tiempo tejen Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. Una postal de lo aceitada que está esa alianza sería ver esta noche al jefe de Gobierno en Jujuy, acompañando al gobernador en la elección de su sucesor. 

Aunque es su archirrival en lo discursivo, Patricia Bullrich también está cada vez está más convencida de querer un extrapartidario como compañero de binomio. Otra condición que quiere es que tenga un tinte federal. Lo quería a Rodrigo de Loredo pero el cordobés será candidato a intendente. Por eso está sondeando al grupo de disidentes radicales con los que se mostró en la Vendimia: suena el mendocino Rodolfo Suárez –que dejará de ser gobernador–, el senador formoseño Luis Naidenoff y –más improbable– hasta el correntino Gustavo Valdés. Una sorpresa sería la carta de Facundo Manes, que parece moverse independiente de todos.

Sin un candidato propio competitivo, la UCR estirará la definición todo lo que pueda. El centenario partido agendó su convención nacional para el 12 de junio, dos días antes del cierre de listas. Antes buscará cierto ordenamiento interno: para el 19 y 20 de mayo está previsto un “encuentro doctrinario” en Córdoba Capital.

Menos orgánico, el PRO hace lo suyo para ordenar la interna amarilla. Finalmente María Eugenia Vidal se bajó del ring y causó más ruido el silencio a su alrededor que su argumentación por TV. Solo Macri la “felicitó”. Quedó cristalizada entonces la polarización Larreta-Bullrich a nivel nacional.

Habrá que ver el poder de atracción que tendrá, por un lado, en provincia de Buenos Aires; y por otro, en la Capital Federal. La disputa bonaerense parece encaminarse hacia una interna Santilli versus el bullrichista elegido a dedo. En CABA el candidato único de PRO lo definirán en una mesa Larreta y Macri. Una encuesta de la semana pasada de Federico González y Asociados da como favorito indiscutido a Jorge Macri, no solo sobre Fernán Quirós, sino también habían medido a Vidal. El resultado en la interna de Juntos también da ganador al primo del ex presidente sobre Martín Lousteau.

A nivel macro, JxC aún no resolvió el ingreso definitivo de José Luis Espert al frente. Quien obtura el fichaje es la ex ministra de Seguridad, que quiere asegurarse que no será un competidor más en las PASO nacionales. Su condición para darle el OK es que juegue en la provincia de Buenos Aires. “Que vaya al lugar que más aporta”, dice Bullrich. La reunión entre el diputado libertario y Federico Angelini, titular del PRO, no tiene fecha pactada. “Más adelante”, mantuvo el misterio el también armador bullrichista.

Sí es probable que en los próximos días la oposición vuelva a mostrarse unida. Preparan –una fecha que suena es el viernes– una nueva reunión entre los presidenciables y las autoridades partidarias, luego del encuentro que se organizó con sus economistas. A la cita había faltado Bullrich y a varios de los invitados no les gustó su ausencia. Ahora sería condición sine qua non su presencia.  

La oposición tiene una necesidad imperiosa de mostrarse compacta y sin fisuras. Como estrategia anti-Milei, ya los economistas le dieron a los presidenciables herramientas discursivas para desbaratar la dolarización. “El dólar se iría a 3000 pesos”, advirtió Larreta. En el plano político, buscan venderse como “garante de la institucionalidad”. Lo dicen ante el electorado –por los medios– y también el círculo rojo. Los senadores Cornejo y Humberto Schiavoni (jefe de la bancada del PRO) propalaron la idea en Washington esta semana.

El mendocino explicó en el centro de Diálogo Americano el encuentro con los economistas de JxC. “Esto es bueno porque llegue quien llegue, lo hará con un programa consensuado y con mucho predicamento interno”, aseguró el legislador. El “plan de estabilización” tiene su costado político: Cornejo también se reunió con Ted Cruz, el senador republicano que acusó a Cristina Fernández de Kirchner de corrupción.

El martes la oposición paseará su propuesta en el foro de AmCham, la cámara que reúne a las compañías norteamericanas con intereses en el país. Sin entrar en modo campaña, por el oficialismo expondrá el ministro de Economía, Sergio Massa. También están invitados Daniel Scioli, Wado de Pedro y hasta el presidente Alberto Fernández, sin confirmación.

“Cualquier programa de estabilización necesita tener un apoyo político enorme. Sin liderazgo ni decisión por parte de la conducción política, no hay ninguna posibilidad de que se pueda estabilizar una economía. Así que es vital, tan importante como el buen diseño técnico de ese plan”, aseguró a elDiarioAR Matías Surt, economista que tributa en la Coalición Cívica y uno de los invitados a la reunión del martes pasado en el Hotel Emperador. 

Qué nivel de ajuste tendrá el plan económico opositor si llega a ser oficialismo, es la gran pregunta sin respuesta. “Es difícil poder medir hoy el nivel de desajuste en el que quedará la economía porque depende de qué siga haciendo el Gobierno en los próximos meses y de otras condiciones. Esto no es un slogan, es la realidad: hace tres meses el número de déficit fiscal proyectado era uno y hoy es uno de al menos 1 punto del PBI mayor. Dado lo que se reciba el objetivo es alcanzar el equilibrio fiscal en el menor tiempo posible, para evitarle una nueva crisis a la sociedad”, contestó el técnico del Instituto Hannah Arendt.

Es difícil poder medir hoy el nivel de desajuste en el que quedará la economía porque depende de qué siga haciendo el Gobierno en los próximos meses y de otras condiciones

Matías Surt Economista de la Coalición Cívica

Si Larreta y Bullrich parecen diferenciarse en lo discursivo –“trabajo en equipo” versus “coraje”–, en lo económico hay coincidencias.  La principal distinción no es por el ajuste en sí, sino por la velocidad del ajuste. “En Juntos por el Cambio hay más coincidencias que diferencias, sin dudas”, reconoció Surt. “Las claves pasan por el ordenamiento fiscal, el ordenamiento monetario, el ordenamiento cambiario y el ordenamiento de precios relativos. Solo actuando en esos cuatro planos en conjunto se va a lograr bajar la inflación de manera sostenida que es lo que más está afectando hoy a la sociedad”, planteó el economista lilito.

Mostrarse como los “estabilizadores” o los “garantes de la institucionalización” aleja a JxC de ser quienes echan leña al fuego a la crisis que no logra resolver el Gobierno. ¿Es una estrategia ante el posible escenario de un balotaje contra Milei, teniendo la necesidad de sumar apoyos extra-cambiemitas? 

Bullrich, sin embargo, habla de “dinamitar el régimen kirchnerista”. El libertario argumenta su dolarización con que habrá una hiperinflación hacia las elecciones. La diputada radical consultada en off cree que el que incendie la pradera sería el propio oficialismo si queda tercero en las PASO, y con Milei como el candidato nominal más votado. “Me preocupa el día después de las primarias”, confesó. Y recordó esa fallida conferencia de prensa de Macri el día después de las internas de 2019, cuando esquivó la autocrítica y el dólar saltó un 20% (trepó a $57,3, récord histórico). “No podemos volver al pasado”, culpó al electorado, y dio por sellada la suerte de su reelección. No parecía querer ganarle al Frente de Todos.

MC

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