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El gobernador en el “barro político”

Se encienden alarmas en el tablero de Kicillof: el impacto del caso D’Onofrio y la alianza con el “Chiqui” Tapia

Kicillof y Tapia, en diciembre pasado, cuando firmaron un acuerdo entre la Provincia y la AFA sobre el Estadio Único de La Plata.
8 de enero de 2025 06:55 h

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Axel Kicillof no solo tiene que surfear la interna desatada con Cristina Fernández de Kirchner y los problemas derivados del rechazo de la oposición al Presupuesto 2025. También debe lidiar con algunos conflictos políticos derivados de su propia gestión. La salida del ministro Jorge D’Onofrio, salpicado por el escándalo de las fotomultas, y la alianza con Claudio “Chiqui” Tapia, el controvertido titular de la AFA, fueron decisiones que dan cuenta de la incursión a fondo del gobernador en el “barro” de la política y pueden marcar el tono de un año electoral clave para su futuro. 

D’Onofrio resistió en el Ministerio de Transporte hasta que se vio obligado a renunciar, acorralado por las denuncias sobre una supuesta estructura de recaudación clandestina en torno a los trámites de las fotomultas y la Verificación Técnica Vehicular (VTV). Si bien el funcionario había sido puesto por Sergio Massa, lo cierto es que en la gestión se acercó mucho a Kicillof, que le brindó su apoyo. En rigor, el gobierno bonaerense sostuvo en un comunicado que la salida fue por “motivos personales” y Kicillof destacó su desempeño. 

“En la denuncia contra D’Onofrio por el momento la Justicia no pudo encontrar nada que lo incrimine. Ni con las fotomultas ni con la VTV. Entonces no podemos prejuzgar”, se defendieron ante elDiarioAR desde la mesa chica del gobernador. 

También minimizaron la seguidilla de escándalos que fueron publicados por distintos medios, que denunciaron que el saliente funcionario contaba con familiares directos contratados por el Estado a nivel provincial y municipal, de la mano de su socia y amiga Claudia Pombo, concejal de Pilar por Unión por la Patria, también investigada como partícipe central del esquema de coimas. “No hay nada ilegal en esas contrataciones de familiares”, afirmó la misma fuente a este medio, con el objetivo de separar ese tema de la denuncia principal que es investigada por la Justicia. 

En el oficialismo bonaerense conviven distintas miradas sobre el impacto que puede tener el caso D’Onofrio en la gestión de Kicillof. La mayoría lo minimiza y espera que sea un tema “encapsulado”, sin impacto real en la valoración del gobierno; pero algunos admiten que fue un golpe en el arranque de un año electoral. 

El valor de Kicillof, la “marca” que lo diferencia en la disputa interna del peronismo, tiene que ver con un activo moral. Desde el inicio de su gestión, el gobernador trabajó en sostener su imagen de integridad y austeridad, por eso lo puede lastimar más que al resto tener un caso de presunta corrupción en su propio gabinete. 

Sin embargo, hay quienes de todas formas lo relativizan: al igual que cuando sucedió el escándalo de Martín Insaurralde –que no tuvo ningún impacto electoral–, D’Onofrio no era, en definitiva, un hombre “propio”, sino un dirigente del riñón de Massa. El tema parece no haber dañado ese acuerdo político: el gobernador preservó su alianza con el exministro de Economía y eligió como reemplazo de D’Onofrio a Martín Marinucci, expresidente de Trenes Argentinos y uno de los principales cuadros del Frente Renovador. 

Massa no se hizo cargo de D’Onofrio, quien supo ser uno de sus hombres más cercanos. No lo apoyó públicamente en su salida y algunos se animan a decir que incluso le soltó la mano antes de que se efectivizara la renuncia a su cargo, un indicador de un quiebre en la relación entre ambos. En el cristinismo también reaccionaron a la noticia en silencio. Eligieron no opinar sobre su salida, ya que no lo reconocen como un dirigente propio. Desde el Instituto Patria se desentendieron y aseguraron que era un tema que debían resolver entre Kicillof y Massa. 

La alianza con Tapia

Kicillof selló un acuerdo con el “Chiqui” Tapia al darle la presidencia del directorio de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), el organismo que se encarga de la recolección de basura en el Área Metropolitana de Buenos Aires, cuya gestión comparten la Ciudad y la Provincia. Poco tiene que ver con el manejo del fútbol en la AFA.

La decisión implicó una mojada de oreja a Jorge Macri, que lo había desplazado hace dos meses de su cargo como vice. Aquella salida ocurrió mientras el titular de AFA iniciaba una guerra abierta contra Mauricio Macri por la posible llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) al fútbol. 

El primer acercamiento Kicillof-Tapia se dio a través del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, uno de los máximos operadores del gobernador en la provincia. El acuerdo excede la Ceamse: un mes atrás, el gobernador anunció que el Estado Único de La Plata será nombrado como “la nueva casa de todo el fútbol argentino” y Tapia decidió mudar la sede de la AFA de Capital a provincia, instalándose en Ezeiza. Ahora, lo volvió a rescatar en medio de la tensión con Macri. 

La foto de ambos refleja una alianza que aún genera escozor en algunos sectores del progresismo reactivos a figuras asociadas a la vieja política. Para Kicillof tiene que ver con un camino que arrancó hace años, cuando se metió en el “barro” del peronismo bonaerense. Ahora enfrenta un año de inflexión en su carrera, donde cada uno de sus movimientos puede tener un fuerte impacto interno. 

LA/MC

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