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Terra incognita

Con Francos convaleciente, el Gobierno abre el paraguas a las puertas de una semana caliente en el Congreso

Guillermo Francos durante la presentación de su informe de gestión ante el Congreso.

Pedro Lacour

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Javier Milei comienza a ingresar en terra incognita. La sucesión de traspiés en el Congreso dejaron al descubierto que, más allá del agenda de X, la Casa Rosada necesita volver al camino de la negociación política. El encargado hasta ahora de ponerse al hombro esas tratativas había sido Guillermo Francos, que el miércoles brindó su primer informe de gestión ante la Cámara de Diputados. Sin embargo, la abierta desautorización sufrida por el jefe de Gabinete en manos del asesor presidencial Santiago Caputo, en el marco del decreto que modificó la ley de acceso a la información pública, atizó una vez más el fuego de la discordia al interior del oficialismo.

“Me preocupa que no nos hagamos entender con el resto de los sectores políticos sobre el rumbo del Gobierno”, concedió recientemente Francos durante una entrevista con Radio Mitre. La falta de claridad en la discusión es la principal inquietud que por estas horas aqueja a la espada política de La Libertad Avanza, convaleciente por un cuadro de gastroenteritis que lo obligó ausentarse de la reunión que mantuvo este lunes su mano derecha, Lisandro Catalán, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, junto a los diputados aliados del PRO.

Francos fue dado de alta a última hora de ayer, pero nadie confirmó que vaya a asistir a la flamante reunión de gabinete “reducido” de los martes encabezada por el “triángulo de hierro” y a la que también se suman algunos ministros y colaboradores. Con el fin de aceitar más puntillosamente los lineamientos generales de la gestión, Milei sorprendió hace dos semanas al ponerse al frente de un encuentro con diputados propios y aliados, similar al que tuvo lugar este lunes, en un intento por volver a intercambiar con el PRO y aplacar la polémica que cruzó en el último tiempo a los bloques de La Libertad Avanza en el Congreso.

Con el debate del Presupuesto 2025 a la vuelta de la esquina, el Gobierno busca volver a reconducir su agenda legislativa. Pero la polémica por la intención oficial de restringir información de funcionarios considerada “privada” agitó las aguas al interior del oficialismo. Durante su exposición ante los diputados, Francos había dejado abierta la puerta a una posible marcha atrás. Sin embargo, pocas horas después, Santiago Caputo se comunicó con la radical Karina Banfi para aclarar que la letra de la normativa no se tocaba. “Es la posición del Gobierno”, desdijo el asesor todoterreno al jefe de Gabinete, una posición intransigente que este lunes, ante los aliados amarillos, Karina Milei se habría comprometido a revisar.

Cruzada por las intrigas palaciegas, la dinámica puertas adentro del Gobierno se parece cada vez más a una pelea de tribus sin caciques. Sin embargo, en Balcarce 50 nadie duda de que Francos sigue siendo una pieza clave para llevar adelante el diálogo político, sobre todo con los gobernadores, con quienes supo estrechar vínculos a partir de las negociaciones por la ley Bases. La trabajosa sanción de ese proyecto, a fines de junio, había puesto a Milei ante una disyuntiva: consolidar los puentes con su denostada “casta política” o, por el contrario, acelerar a fondo en su cruzada refundacional. El camino elegido por la Casa Rosada fue más el segundo que el primero, aunque sin contemplar que la extrema debilidad legislativa podría jugarle una mala pasada.

Hace dos meses que el Gobierno intenta avanzar infructuosamente con la discusión de la reforma electoral, que tiene como eje principal la implementación de la boleta única de papel, en reemplazo de la tradicional boleta partidaria. Francos delegó esas negociaciones con el Congreso en sus dos funcionarios de mayor confianza, José Rolandi y Lisandro Catalán. Pero fue la oposición la que no tardó en contraatacar con iniciativas propias y dejó al oficialismo en offside. Un escenario adverso que podría terminar de coronarse esta semana, si Diputados alcanza el miércoles los votos para revertir el veto de Milei al aumento jubilatorio y si, al día siguiente, el Senado rechaza definitivamente el DNU de fondos reservados para la SIDE.

PL/JJD

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