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Interna peronista

Kicillof esquiva las provocaciones de Máximo, pero en su entorno crece el malestar con La Cámpora

Aferrarse a la gestión es la única salida que encuentran en el entorno de Axel Kicillof ante una interna endogámica e incomprensible.

Lucía Aisicoff

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Axel Kicillof evitó responder a las provocaciones que lanzó Máximo Kirchner el último viernes durante su acto en La Plata. La decisión de la mesa chica bonaerense fue concentrarse en la gestión, aunque la mayoría ya no oculta su malestar con La Cámpora y algunos cuestionan la decisión de Cristina Fernández de Kirchner de inclinarse a favor de su hijo en la interna

La estrategia fue bajarle el precio a la muestra de fuerza de La Cámpora y responder con anuncios de gestión. El gobernador encabezó el lunes una conferencia de prensa, con una foto elocuente: se mostró rodeado por cuatro ministros muy identificados con el avance de su construcción política autónoma: Carlos Bianco (Gobierno), Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad), Gabriel Katopodis (Infraestructura) y Javier Alonso (Seguridad).

“A Máximo lo vimos demasiado enfocado en la cuestión interna. Fue un discurso a la defensiva, de contención de los propios”, sostuvo a elDiarioAR un dirigente que trabaja para el gobernador. También aseguró que Kicillof se aferrará a la línea discursiva que bajó en el plenario de Mar Chiquita: “Insistirá en que a él lo eligieron para gobernador, dirá que la Provincia es constantemente agredida por Milei y que, pese a las dificultades, volcará sus esfuerzos en ayudar a otras”. En esa línea anunció el envío de brigadistas y helicópteros a Córdoba, ante los incendios que azotan a la provincia. 

El gobernador anunció la reactivación de obras que había dejado paralizadas el Gobierno nacional, entre las que hay 86 centros de desarrollo infantil, 38 obras de infraestructura universitaria y más de 200 de agua y saneamiento. También informó un incremento en becas y otros convenios firmados con municipios y universidades. Aferrarse a la gestión es la única salida que encuentran en la Provincia ante una interna endogámica e incomprensible, que admiten que podría resultar muy nociva para su propio electorado. 

El malestar con Máximo quedó en un segundo plano, pero igual se reflejó en la conferencia cuando Kicillof afirmó que participará de todos los actos a los que lo inviten, en un reconocimiento tácito a que nadie lo llamó para que participe del plenario en La Plata. La canción que La Cámpora estrenó contra el gobernador circuló de modo inmediato entre grupos de WhatsApp de funcionarios, intendentes y dirigentes bonaerenses. “Si querés otra canción, vení, te presto la mía”, dice la estrofa dirigida a confrontar con sus dichos de hace un año, cuando sugirió que el peronismo necesitaba “nuevas canciones”. 

Máximo interpretó ese pedido como un intento de jubilar a Cristina. El kicillofismo, en cambio, sostiene que lo sacaron de contexto, ya que eran tiempos donde la propia expresidenta desafiaba a su tropa pidiéndoles que “sacaran el bastón de mariscal” y con una orden concreta: “No le pidan permiso a nadie para sacarlo. Si se equivocan, pidan perdón. Pero permiso, a nadie”. 

La primera cristalización del nivel de bronca entre Kicillof y La Cámpora ocurrió en mayo, cuando la organización de Máximo Kirchner le vació un plenario en Florencio Varela. Intendentes, legisladores, concejales y funcionarios se ausentaron, pese a que el cierre estuvo a cargo del gobernador. La misma situación se dio hace diez días en Mar Chiquita. Hay quienes esperan que tome alguna represalia. Los intendentes Jorge Ferraresi y Mario Secco se animan a decir en público que la lapicera en 2025 la tendrá Kicillof. Él estirará al máximo su silencio, aunque también empezará a recibir presiones. Parte de su grupo le demanda, al menos, darle algún tipo de “organicidad” a su construcción política. 

Recientemente, otro referente de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro, dijo aludiendo directamente a Kicillof: “Nosotros hasta 2015 no teníamos vínculo con el sector productivo”. Y remató después: “Nos faltó esa visión productiva, teníamos un ministro de Economía que no hablaba con los empresarios”.

El truco de Cristina

Desde un sector que responde al gobernador consideran que Cristina ensaya un equilibrio “bastante tendencioso”. Si el objetivo de la expresidenta es liderar a todos, hasta ahora se inclinó siempre para el lado de La Cámpora, aunque lo hizo sin cortar lazos con Kicillof, a quien hace algunas semanas subió junto a ella al escenario al finalizar su “clase magistral” en Merlo. Fue un gesto pequeño para lo que supo ser una relación de extrema confianza. 

Es un vínculo que quedó resentido, primero con la intervención de Cristina en el gabinete bonaerense luego de la derrota en las primarias de 2021, cuando desplazó a Carlos Bianco para poner a Martín Insaurralde como jefe de Gabinete. En 2023 el malestar se profundizó cuando Kicillof decidió no ser candidato presidencial, pese a que muchos repetían que esa era la verdadera voluntad de Cristina. 

Durante su conferencia de prensa del lunes, el gobernador dijo que la expresidenta “tiene un papel protagónico” en la discusión política. Hay quienes consideran que la posibilidad de que Cristina encabece la boleta por la Provincia en 2025 sería la única forma de evitar una confrontación directa entre Máximo y Kicillof, ya que el gobernador la aceptaría, a diferencia de cualquier otra figura que intente imponer La Cámpora. 

Sin embargo, no todos coinciden en que es conveniente seguir postergando esa discusión. Los intendentes que construyen para Kicillof creen que Cristina no será candidata a diputada e incluso consideran que agitar su candidatura es parte de una estrategia de La Cámpora para frenar al gobernador. Así lo expresó uno de ellos a elDiarioAR: “La situación es como en el truco: ellos cantan ‘falta envido’. Puede que tengan 33 -la certeza de que Cristina sea candidata- o puede que no. ¿Cuál es el problema si le creés a tu contrincante que le da el número? Que te paraliza, te deja quieto”. Según esa lectura, la posibilidad de una Cristina candidata lo único que hace es dilatar la construcción autónoma de Kicillof. 

La primera instancia para medirse iba a ser la elección del PJ Bonaerense a la que el propio Máximo había anticipado que convocaría para el 17 de noviembre, pero quedó en stand-by. “Es una derrota política: no llamó a elecciones porque no tenía asegurado el triunfo”, dijeron desde el entorno de un intendente peronista. En el contenido del discurso de Kirchner, el kicillofismo también leyó la advertencia de que, si en 2025 no hay un candidato de consenso, La Cámpora podría abrir una interna o incluso ir por afuera. Hasta ahora son solo advertencias: en ambos bandos saben que una interna dura en la Provincia no beneficiaría a nadie y desgastaría las chances electorales de ambos bandos para 2027.

LA/JJD

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