Sin mayoría y con futuro incierto, el oficialismo quiere apurar la agenda del Gobierno en el Congreso
Germán Martínez le mandó un WhatsApp a Juan Manzur para felicitarlo por su maratónica exposición frente al Senado de principios de mes –en la que no se movió de la silla durante siete horas–, y el jefe de Gabinete le devolvió la gentileza. Lo invitó a compartir un café en la Casa Rosada para analizar la agenda parlamentaria.
La reunión se concretó el martes 7 de junio y tuvo una continuación el jueves pasado, ya con el presidente del bloque en Diputados visitando Alberto Fernández en su despacho, en la previa al feriado XXL, y posterior a que el oficialismo lograra sacar por unanimidad el alivio fiscal a monotributistas y autónomos, entre otras iniciativas que no despertaron mayores polémicas.
Frente a una fuerza que cuenta con 118 bancas y que necesita sí o sí acordar con la oposición cualquier ley, las visitas de Martínez a Balcarce 50 reflejan el apuro que tiene el Gobierno por avanzar en el Parlamento. La oposición –donde domina Juntos por el Cambio con 116 bancas– ya le demostró tener poder de fuego y su posibilidad de imponer cualquier tema si logra acuerdo de antemano: la Boleta Única de Papel (BUP) salió con 132 votos, con JxC, el Interbloque Federal, los cuatro libertarios y fuerzas provinciales unidos.
Frente a ese complejo panorama, Martínez comenzará este martes una semana corta en la que buscará lograr acuerdos con la oposición –“apoyos transversales”, los llama– para sacar propuestas orientadas hacia “la producción, el trabajo y los ingresos”.
Espera firmar dictamen sobre la ley de promoción de la bio y nanotecnología, así como de la industria automotriz. También hay expectativa por la visita en comisión del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con agenda abierta, pero sobre todo para explicar la demorada nueva ley de agroindustria.
Pero la agenda más política es la que genera las diferencias reales con la oposición. Martínez sabe que tiene que mostrar cintura para atraer al menos 11 apoyos y lograr el ansiado quórum de 129 votos. Valen oro los ocho del Interbloque Federal de Alejandro “Topo” Rodríguez y Graciela Camaño –con quienes Sergio Massa gestó el alivio fiscal– y el cuarteto de Provincias Unidas.
Pese a que lo impone la Constitución, y lo reclama la oposición, no está prevista la visita próxima de Manzur a exponer como ya hizo en el Senado.
Renta inesperada y jugadas políticas
En ese temario aparece el flamante proyecto de renta inesperada, que Martínez dialogó con el Presidente en la Rosada para girarlo a comisiones recién en la última semana del mes. Consciente de que no genera simpatía en la oposición, el legislador se debate si lo envía solo a la comisión de Presupuesto y Hacienda, o también a las de Finanzas y Legislación General. Se aventura con invitar a defender la iniciativa al ministro Martín Guzmán. “Si sabés que un proyecto no va a salir, pero querés conformar a los jefes, lo mandas a varias comisiones y listo”, explicó a elDiarioAR una voz con despacho propio en los anexos de la Cámara.
Esa inmovilidad es la que ya amenaza a la reforma del Consejo de la Magistratura, que hace tres semanas no se discute en las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales, luego de varias rondas con invitados. Está trabado, como también lo parece estar el fondo para pagarle al FMI, que aún no comenzó a discutirse.
Ambos son proyectos que Cristina Kirchner sacó en el Senado gracias a la ajustada mayoría absoluta de 37 frente a 72, número que consigue gracias a los aliados de Río Negro y Misiones. Esa realidad le da a la vicepresidenta en la Cámara alta gozar de mayor tranquilidad política, aunque ahora tiene el desafío de bloquear el intento de JxC de quebrar la voluntad de tres senadores peronistas que estarían a favor de la BUP y que podrían habilitarle el quórum a la media sanción que se giró desde Diputados. La agenda cristinista pasa por avanzar en la ampliación de la Corte Suprema, aún en debate en comisiones.
Otro tema candente para el oficialismo en la Cámara baja es el reparto de subsidios al transporte en el interior del país, que el martes pasado la comisión de Transporte comenzó a debatir el tema, con el faltazo del ministro Alexis Guerrera, para no exponerse a ser cuestionado por el caso del avión venezolano-iraní. Apenas fue una reunión informativa con segundas líneas de la cartera.
“En Diputados todavía no tengo nada asegurado. Voy despacito”, han escuchado decir a Martínez interlocutores suyos. Pero el miércoles jugó rápido antes de la sesión que comenzó al mediodía: una hora antes se confirmó un plenario de Presupuesto y Hacienda, y Legislación General para discutir la ley de Alquileres el miércoles próximo a partir de las 13. El oficialismo temía que la oposición –que ya le había exigido con una nota a Massa debatir “en el menor tiempo posible”– vuelva a unirse dentro del recinto para sacar un emplazamiento –como en la BUP– que obligue a la Cámara a discutir los tres dictámenes distintos que hay.
Lo de Martínez fue una jugada política, por lo que habrá que ver si finalmente el plenario de los cuerpos de trabajo, a cargo del kirchnerista Carlos Heller y la massista Cecilia Moreau, se concreta. “Siempre se puede cancelar”, se escuchó entre semana en un pasillo de la Cámara baja. Aunque otra vez amenaza al oficialismo un acuerdo opositor para unificar proyectos, llamar al emplazamiento y darle media sanción con la mayoría que ya logró hace dos semanas.
Los desafíos de Martínez también contemplan reforzar el frente interno, consciente de la impotencia de ser una primera minoría a la que le cuesta juntar votos inclinar la balanza. Además, están las figuras de peso de Massa y Máximo Kirchner, ausentes en la diaria pero preponderantes porque son los socios mayoritarios del bloque. De hecho, al santafecino lo secundan en la conducción de la bancada, y también se sientan muy cerca suyo en el recinto, Moreau –referida en el tigrense– y Paula Penacca –de La Cámpora–.
Hace dos semanas –como ya publicó elDiarioAR– hubo una reunión de bloque polémica, con el diputado por La Rioja Sergio Casas cuestionando las conversaciones que hay con el Interbloque Federal para sacar distintas leyes, justo cuando Camaño y compañía se disponían a darle media sanción a la BUP. El miércoles pasado, con una temario de sesión amigable para el FdT y que terminó con todas victorias, las aguas se calmaron y “fue todo paz”, confiaron dos diputados consultados. “Los compañeros saben entender –comentó un tercero, muy encumbrado, tratando de cerrar definitivamente la herida–. Hoy no se puede prescindir de los bloques chicos”.
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