Negocian para que 87 intendentes bonaerenses del Frente de Todos y Juntos puedan reelegir en 2023
Figura en la letra chica del acuerdo preelectoral que Cristina Kirchner selló con Martín Insaurralde, antes de que el ex intendente de Lomas de Zamora, jurara como jefe de Gabinete de Axel Kicillof luego del sablazo electoral de las Paso 12-S. Avanzó un casillero, en el que Insaurralde expresó la postura de los intendentes peronistas, pero falta todavía que se corone con otro proceso: que Juntos por el Cambio (JxC) aporte los votos en la Legislatura para que la ley se modifique.
Se trata de una mini Moncloa bonaerense y apunta a permitir que 87 de los 136 intendentes de la provincia de Buenos Aires, que hoy tienen prohibido por ley volver a competir por ese cargo en el 2023, finalmente puedan hacerlo. Para eso es necesario una reforma que debe aprobar el parlamento provincial pero, sobre todo, que los principales referentes de las dos frentes políticos, Juntos y el FdT, logren ponerse de acuerdo.
Ese acuerdo, que necesita de ambos sectores, beneficia a los dos frentes: de los 90 alcaldes que fueron electos en el 2015 y reelectos en el 2019, que según la ley 14-836 no podrán volver a presentarse para ese cargo en el 2023. El texto, que impulsaron María Eugenia Vidal y Sergio Massa, contó con el apoyo de los diputados que respondían a una parte de los intendentes del PJ bonaerense que impulsan, ahora, una reforma de esa norma.
Tienen, explican, razones jurídicas. La ley fijó un mecanismo que no es del todo convencional. “Legisló para atrás”, según explican algunos detractores porque en el apartado “Disposiciones transitorias”, en el artículo 7, indicó que “el período de los Intendentes, Concejales, Consejeros Escolares, Diputados y Senadores a la entrada en vigencia de la presente Ley será considerado como primer período”. Es decir: al limitar la función a dos mandatos, empezó a contar el primero el mandato en curso.
Ese planteo estuvo, casi desde el principio, en discusión porque “no se puede legislar para atrás”. Por lo pronto, quedó validado y está vigente. Hubo, incluso, algunos intentos para introducir cambios por la vía legal: que se haga una presentación y que un juez considere irregular esa disposición. Pero nunca ocurrió. Ahí jugaron otros factores. Axel Kicillof no quiso avanzar más de la cuenta, los intendentes no hicieron la presentación en la Justicia, Massa mandó a decir que sus diputados no votarían en contra de una ley que aprobaron hace 4 años y La Cámpora, que aparecía como beneficiaria ante la hipótesis de que muchos alcaldes no puedan reelegir, dijo que sus diputados en su momento se abstuvieron de votar esa norma. En criollo: que el tema lo arreglen los que lo crearon.
Opositores
Aunque el peronismo es endogámico y las internas del FdT suele copar todo el ring, el rechazo a la reelección de intendentes en el 2023 también está presente en Juntos por el Cambio (JXC) que, de hecho, numéricamente tiene más “víctimas” de la ley que el peronismo. De los 87 que con la ley de hoy no pueden volver a competir en el 2023, 47 son de Juntos por el Cambio (JxC), entre los que aparecen dirigentes de la UCR del interior como Miguel Lunghi de Tandil pero también todos los alcaldes del PRO del conurbano: de Jorge Macri -que asumió el cargo por primera vez en el 2011 y reeligió en 2015 y 2019- como Gustavo Valenzuela (Tres de Febrero), Julio Garro (La Plata) o Néstor Grindetti (Lanús) que asumieron sus cargos en el 2015 y volvieron a ganar en el 2019. Algunos, como Grindetti, avisaron que no irán por otro mandato y hasta preparararon a sus sucesores.
El dato tiene un condimento político: aunque mayoritariamente, los intendentes de Juntos y del FdT quieren reformar la norma para poder competir por otro mandato, hay una guerra sorda para ver quien lo dice por el costo político que puede implicar esa decisión.
Hace una semana, durante una cena en Olivos, Kicillof le planteó a los alcaldes del FdT frente a Alberto Fernández, que estaba la decisión política de avanzar con una reforma y precisó que Máximo Kirchner estaba al tanto y de acuerdo, y que las negociaciones las llevaba adelante Insaurralde. Cuando lo dijo, Alejandro Granados -que fue electo intendente de Ezeiza en 1995 y fue reelecto cada cuatro años- arengó: “Esto se merece un aplauso”.
Granados está en el podio de los que tuvieron más reelecciones, seguido por Gustavo Posse (San Isidro), que ganó por primera vez en 1999 y reeligió desde entonces. La particularidad extra es que Posse fue heredero de otro Posse, su padre Melchor, que gobernó el distrito desde 1983 a 1999. La ley que impide otra reelección instaló en San Isidro la presunción de que Posse impulsará como su sucesora a Macarena, su hija.
En el FdT hay algunos matices, sobre todo el que expresa Massa -en parte por su interna doméstica con Julio Zamora en Tigre- pero en general hay posiciones uniformes. Algunos, incluso, tomaron un atajo para que aun sin modificación de la ley podrían volver a competir: son aquellos que asumieron en otros cargos antes de cumplir dos años de mandato como intendente, lo cual les permitiría volver a competir en el 2023.
En el FdT son casi diez. Entre otros, en ese pelotón figuran Insaurralde que juró como jefe de Gabinete bonaerense, Leo Nardini de Malvinas que lo hizo como Ministro de Insfraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Jorge Ferraresi (Avellaneda), que son ministros de Alberto Fernández. Jorge Macri se prepara para jurar como ministro porteño antes del 10 de diciembre para quedar, a su vez, a tiro de ese recurso.
Macri y Maximiliano Abad, por la UCR, aparecen como los negociadores por parte de Juntos para encarrilar la reforma que permita la reelección de los intendentes. Lo que no está claro, todavía, es el formato: podría haber una presentación judicial pero, todo indica, tarde o temprano deberá ser refrendado por la legislatura. ¿De qué manera? Una ley que derogue el artículo 7 de la ley 14.836, el renglón que establece que el mandato 2015-2019 cuenta como primer mandato con una disposición de una sola reelección posible.
PI
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