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Salud

Cómo lavar bien las frutillas para un consumo seguro

Las fresas, una fruta dulce y saludable, rica en vitaminas y antioxidantes.

Edu Molina

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Las frutillas son una fruta muy apreciada. Su versatilidad las convierte en un ingrediente ideal para postres, batidos o simplemente para disfrutarlas al natural. Sin embargo, al tratarse de un alimento que suele consumirse crudo, es fundamental extremar las precauciones en su manipulación y lavado para evitar riesgos para la salud.

Al ser un producto de cultivo delicado y altamente perecedero, las frutillas están expuestas a distintos agentes externos antes de llegar a la mesa del consumidor. Durante su producción, pueden entrar en contacto con restos de tierra, bacterias e incluso residuos de pesticidas utilizados para protegerlas de plagas.

Además, su superficie porosa y su fragilidad dificultan una limpieza rápida y efectiva, lo que hace aún más importante conocer los métodos adecuados para lavarlas correctamente.

A esto se suma que, en muchas ocasiones, las frutillas se comercializan en envases plásticos o cestas sin protección adicional, lo que incrementa el riesgo de contaminación cruzada durante su almacenamiento y venta.

En los supermercados y mercados locales es común que los consumidores manipulen la fruta con las manos antes de comprarla, lo que puede dejar residuos y microorganismos en la superficie. Por ello, garantizar un buen lavado en casa es esencial para disfrutar de este alimento con total tranquilidad.

Recomendaciones de la AESAN

En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) enfatiza la necesidad de lavar todas las frutas y verduras antes de su preparación o consumo. Asegura que este proceso debe realizarse manteniendo la piel intacta, incluso si se planea pelarlas posteriormente, con el fin de evitar la transferencia de contaminantes desde la superficie al interior al cortarlas.

Para aquellas frutas y verduras con cáscaras duras, como melón, sandía, pepino o calabacín, se recomienda utilizar un cepillo específico que permita eliminar posibles residuos adheridos a la superficie.

Una vez lavadas, es importante secarlas con papel de cocina o un paño limpio y seco. En caso de optar por el uso de productos químicos, como soluciones de lejía aptas para alimentos, se debe consultar siempre la etiqueta del producto y seguir las indicaciones de uso correcto.

La importancia de una limpieza minuciosa

La presencia de pesticidas en las frutillas es un tema que preocupa a muchos consumidores. Las frutillas, al ser una fruta de piel fina y sin cáscara protectora, pueden retener residuos de fitosanitarios utilizados en su cultivo. Aunque los controles de seguridad alimentaria buscan garantizar que los niveles de estas sustancias sean seguros para el consumo, el lavado adecuado en casa es una medida complementaria que ayuda a reducir cualquier posible resto de estos compuestos.

Además de los pesticidas, la manipulación de las frutillas a lo largo de la cadena de distribución puede hacer que acumulen suciedad y microorganismos. Desde el campo hasta la tienda, estas frutas pueden pasar por diferentes manos y superficies, lo que hace imprescindible higienizarlas correctamente antes de ingerirlas.

Las condiciones de almacenamiento también juegan un papel clave: el calor y la humedad favorecen la proliferación de bacterias y hongos, que podrían afectar la seguridad del alimento si no se toman las medidas adecuadas.

Consejos para una correcta limpieza y conservación

Para limpiar las frutillas de manera eficaz, se recomienda sumergirlas en un recipiente con agua durante unos minutos. Algunas personas optan por añadir vinagre blanco o bicarbonato de sodio al agua, ya que estos ingredientes ayudan a eliminar impurezas y microorganismos de la superficie sin alterar el sabor de la fruta. Tras este proceso, es fundamental enjuagarlas con abundante agua corriente para retirar cualquier residuo.

Otro aspecto clave es la conservación. Se recomienda lavar solo la cantidad que se va a consumir de inmediato, ya que la humedad puede acelerar su deterioro. Almacenarlas en un recipiente con buena ventilación dentro del frigorífico ayuda a mantenerlas frescas por más tiempo y a evitar la proliferación de moho.

Para quienes buscan minimizar la exposición a productos químicos, una alternativa es optar por frutillas de cultivo ecológico. Sin embargo, incluso en estos casos, el lavado sigue siendo imprescindible para eliminar restos de tierra, polvo y microorganismos que puedan estar presentes en la fruta.

Alternativas para reducir la exposición a pesticidas

Para quienes buscan minimizar la exposición a productos químicos, una alternativa es optar por frutillas de cultivo ecológico. Sin embargo, incluso en estos casos, el lavado sigue siendo imprescindible para eliminar restos de tierra, polvo y microorganismos que puedan estar presentes en la fruta.

Otra opción es adquirir frutillas en mercados de proximidad o directamente de productores que garanticen una menor aplicación de pesticidas. Aunque esto no elimina por completo la posibilidad de residuos, suele reducir significativamente su presencia.

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