La surrealista “biopic” de Céline Dion que no tiene su aprobación pero sí sus canciones
Imaginen que se anunciara una película sobre los Beatles y que, cuando el espectador fuera a verla, descubriera que su banda favorita se llama en el filme los Seatles y que John Lennon responde al nombre de Sohn Mennon. Los ojos de los fans se volverían del revés y la cabeza les daría vueltas. Pues eso es lo que ha ocurrido con el primer biopic sobre Céline Dion, la cantante canadiense que reventó las listas de discos más vendidos y hasta ganó un Oscar y el Festival de Eurovisión por Suiza. Dion no ha autorizado ninguna película sobre su vida, pero la cómica y directora francesa Valérie Lemercier tenía claro que quería contarla en una película, así que cambió el nombre de Céline Dion por el de 'Aline Dieu' y solucionado.
Por lo demás todo es igual, su vida: su infancia, su historia de amor, sus éxitos, su tragedia… ¡hasta sus canciones! En Aline, así se llama esta biopic no autorizada, suenan los hits de la cantante hasta aquel My heart will go on que arrasó gracias al éxito de Titanic. El truco para poder usar sus canciones es fácil. No fue Céline la que las compuso, así que pudieron conseguir sus derechos para introducirlas en el filme y que quede claro que Aline no es más que un trampantojo de Céline. Para cantarlas, además, usan una voz (de Victoria Sio) que es igual que la de la cantante.
El truco para poder usar sus canciones es fácil. No fue Céline la que las compuso, así que pudieron conseguir sus derechos para introducirlas en el filme
La responsable de esta biopic surrealista, y casi suicida, es Valérie Lemercier: cómica, actriz y una estrella en Francia desde que protagonizara la saga de Los visitantes. Lemercier entrega su torrente cómico a una película que nunca sabes si se ríe de los cuentos de hadas o está cegada por ellos. Varias decisiones apuntan a la parodia, entre ellas la de la propia Lemercier de interpretar a Céline… perdón, a Aline, en todas las etapas de su vida. Sí, en todas. Hasta cuando es una niña. Mediante efectos especiales y una reducción de cuerpo digital, Lemercier hace de la artista cuando empezaba a dar sus primeros pasos como cantante. Otras escenas remarcan el carácter cómico de su visión —Aline casi se atraganta con un anillo de compromiso que le colocan en un helado—, pero la directora subraya una y otra vez que este filme que se centra en su relación romántica con el que fuera su marido, René Angélil, no es una parodia.
“No, no, es una película que hay que tomarla en serio. No es mi tono habitual, y aunque sí que hay humor no hay burla y no hay parodia. Hay cosas que son divertidas, porque eso está bien, pero hay que ser sinceros y los personajes quería que fueran sinceros y verídicos, por eso busqué a actores de Quebec, porque ellos son de allí y eso les daba un aspecto más verídico y estoy orgullosa de ello”, cuenta Lemercier, que ganó el Cesar (el Goya de la Academia francesa) a la Mejor actriz protagonista por su Aline Dieu.
Mientras que el público ha respondido de forma formidable, convirtiéndose en número uno en su estreno y recaudando 10 millones de euros, la familia de Céline Dion no se ha mostrado nada a favor del filme. “No reconozco el lenguaje, no reconozco a mi familia, no reconozco mis raíces”, dijo Claudette Dion en una radio de Quebec junto a su hermano Michel. Ambos aseguraron que el tono humorístico no les gustó y que varias escenas “van demasiado lejos”. “Mi madre nunca le habló así a Rene. Nos retrata como a una panda de cascarrabias sin clase”, contaron al programa radiofónico.
Lemercier es consciente de las reticencias de la familia Dion, y sabe que la artista ni siquiera la ha visto, pero asegura que le “encantaría que ella viera la película” aunque afronte un hecho traumático para ella, la muerte de su marido. “Creo que es complicado, porque ella está en un momento en el que no le apetece mucho pensar en eso, no debe ser fácil. Yo creo que en su lugar tampoco la vería, pero quiero que quede claro que la he hecho para ella, y espero que algún día la vea”, explica y confiesa que prefirió no conocerla: “Podría haberla conocido, quizás tener una entrevista de cinco minutos con ella… pero para qué, no me hubiera servido de mucho y creo que tener distancia del modelo es bueno. Se ha escrito mucho sobre ella, sobre su pareja y sobre su relación y creo que esto ha hecho que no fuera necesario que la conociera en persona”.
¿Para qué me hubiera servido conocer a Céline Dion? No me hubiera servido de mucho y creo que tener distancia del modelo es bueno
Es consciente de que muchos se acercarán a la película atraídos por la marca de Céline Dion, aunque asegura que en Francia muchos no querían ir a verla por “esnobismo”. “A mí me encanta la cultura popular, ya había hecho Palacio Real, que hablaba de la vida íntima de la princesa Diana. Me gusta mostrar la intimidad de los famosos, me interesa para poder mostrar otros aspectos de su vida. Estoy muy contenta porque Céline tiene un club de fans enorme y los fans han entendido que yo iba a favor de Céline, no en contra. Los fans lo han entendido perfectamente. La gente no conocía su historia de amor, y esta al fin y al cabo es una película de amor y también de admiración, es importante saber admirar”.
Lemercier decidió hacer esta película tras emocionarse cuando la cantante reapareció dando “sus primeros pasos sin su marido” tras su fallecimiento. “Empecé a pensar en ella como mujer y no como cantante. He querido hablar de lo que supone ser mujer y artista, y de cómo no todo el mundo está tan bien acompañado como estuvo ella. Muchos artistas desearían alguien como René a su lado, porque muchos han tenido relaciones tóxicas, y creo que la fuerza de Céline Dion radica en esas personas que la rodean, su marido y su madre”, zanja sin ceder y manteniendo que su Aline no es una parodia, sino una carta de amor a una mujer y cantante inspiradora.
JZ
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