Clasificaron River, Racing, Independiente y Talleres, quedó afuera San Lorenzo y en Cuartos de Final habrá Superclásico
La Copa de la Liga pareció comprimir toda su oferta emocional en la última fecha de la fase de grupos. El extrañamiento que pudo generar el fútbol en plena pandemia se convirtió en atractivo cuando varios de los equipos, entre ellos Racing, River y San Lorenzo, todavía no tenían asegurados un lugar. Es que, al llegar este fin de semana, la competencia contaba con cuatro clasificados (Colón y Estudiantes, por el grupo A; Vélez y Boca, por el grupo B) pero restaba saber la suerte de los otros cuatro, como así también las posiciones definitivas, que dependían de una exasperante combinación de resultados.
En principio, Banfield cumplió y ganó 1 a 0 a Godoy Cruz, en un partido que tal vez debió empatar o perder. La goleada 5 a 0 de Vélez Sarsfield sobre Gimnasia significó una cachetada en el pecho para los de La Plata, sin la carga afectiva de Timoteo Griguol, que partió esta semana (con él un pedazo de un fútbol argentino que no se volverá a ver). Vélez ganó 31 de los 39 puntos en juego. Perdió, en un desastre excepcional, 1-7 con Boca, pero en general demostró una suficiencia destacable que ni siquiera los vaivenes de la Libertadores pudieron arruinar. Atlético Tucumán, para no ser menos, y competitivo hasta el final, también ganó 5 a 0, pero a Defensa y Justicia.
Boca, ya clasificado, perdió ante Patronato de Paraná, equipo que hasta ese momento ocupaba la última posición del grupo B y nunca le había ganado en la historia. Fue 1 a 0, con gol de Lautaro Torres. La derrota representa un anticlímax inesperado, en un contexto en el que Boca demostraba una evolución, gracias al protagonismo cedido a los juveniles, en lo que parece querer convertirse en un sello de la gestión de Jorge Amor Ameal y Juan Román Riquelme: el respaldo en las Inferiores del Club como hace tiempo no se veía.
En la semana había caído, también sin los titulares, con Barcelona de Guayaquil por la Libertadores. Se trata de dos malos resultados que, en teoría, no afectan a corto plazo pero que se podrían haber evitado. En cuanto a la Copa local, cubre con un pequeño manto de dudas un desempeño que fue más irregular que los últimos encuentros con victorias. Hubo un Boca confuso post semifinal con Santos y otro que encontró una fórmula de juego en el eje Medina/Varela/Almendra. Curiosamente ahora vuelve a medirse con Santos de visitante. Es verdad que debutaron muchos jugadores, volvieron otros y faltaron las figuras. En todo caso, la derrota señala los altibajos generales de la mayor parte de los equipos argentinos: son demasiado bipolares como para equilibrarse, cambian, involuntariamente, a pesar de estar en un buen momento.
Para las 14:30 del domingo, el horario de la triple función superpuesta que definía el grupo A, Central Córdoba se había despedido de la remota chance de clasificación al empatar con Arsenal, y Argentinos Juniors le había ganado 2 a 0 a Estudiantes, resultado que lo mantuvo en pelea hasta las tres menos cuarto. Rosario Central no aprovechó el mundo de sensaciones que le deparó el clásico ganado por goleada, y perdió 4 a 1 con Platense. Un ejemplo del zigzag de la mayoría de los equipos antes señalado. Racing, alicaído por no haber aprovechado el tren una semana atrás, dio una muestra de carácter y quedó cuarto. Juan Antonio Pizzi fue muy cuestionado y el 2 a 0, con goles de Tomás Chancalay, se puede interpretar como una revancha implícita ante las críticas. Por el lado de San Lorenzo, en la semana se supo que Ángel Romero tenía covid. Fue un golpe previo del que el equipo no se pudo reponer, aunque estuvo cerca del descuento. Terminado el partido, Diego Dabove presentó la renuncia, corolario de un principio de año olvidable para un equipo con muy buenas individualidades como para irse tan pronto.
River salió obsesionado con sacar una ventaja rápida. Los primeros minutos los jugó como una final (la famosa presión alta en todo su esplendor) y parecía más cerca del segundo que del primero, que llegó tras un penal bien pateado por Gonzalo Montiel. Pero Aldosivi no era un rival inofensivo, y aunque el empate de Malcom Braida le duró muy poco, el desarrollo del partido, antes, durante y después del gol de Rafael Santos Borré, no indicaba un predominio claro. Este dato en otros equipos sería superfluo pero es interesante que Aldosivi haya superado a River en la posesión de pelota. Para el segundo tiempo ingresó José Paradela por Jorge Carrascal, dos jugadores que parecen estar disputándose el control creativo del equipo de Marcelo Gallardo, y alternan muy buenas con fallas propias de los que arriesgan. Que el tercer gol lo haya marcado el ex Gimnasia es una buena noticia para un River que suele merecer los partidos pero no siempre capitaliza esos merecimientos. Por eso terminó clasificando tarde. El 4 a 1 de Matías Suárez (que volvía de una lesión y cuya falta se sufrió) lo dejó en la tercera posición, después de Colón y Estudiantes. Aldosivi se sumó a los equipos que, al quedar eliminados, y sin Libertadores ni Sudamericana, quedan sin competición alguna.
El desenlace del grupo B, la segunda triple función superpuesta de las 18:00, como un relato policial bien armado, tuvo suspenso hasta último momento. El resultado de cada uno de los tres partidos estaba atado al de los demás. El empate ante Colón, puntero y primer clasificado, no le sirvió a Unión. Lanús le ganó a Talleres pero quedó afuera, no así los cordobeses, que completaron una buena campaña. Independiente, por su parte, se la tenía que jugar porque empezó ganando bien, pero antes de que terminara el primer tiempo Huracán le empató. Silvio Romero, de tiro libre, y Domingo Blanco cerraron un 3 a 1 que terminó de configurar el mapa de los Cuartos de Final. Vélez se cruzará con Racing, Estudiantes con Independiente y Colón con Talleres. Claro que la gran noticia es que hay una final anticipada: Boca enfrenta a River, en la Bombonera. Será el tercer Superclásico del año, con otro pendiente por Copa Argentina.
MZ
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