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Reclamo de más reformas

El FMI negocia con el Gobierno nuevas medidas fiscales y cambiarias para que crezca la economía

La vocera del FMI, Julie Kozack.

Alejandro Rebossio

6 de febrero de 2025 15:57 h

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No basta para el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la motosierra fiscal que aplicó Javier Milei en el primer año de gobierno. Hay que darle sustentabilidad a largo plazo. Ni le conforma demasiado la política de altas tasas de interés que permite la bicicleta financiera. Menos le satisface que el dólar oficial esté casi fijo, subiendo al 1% mensual. Aspira a más reformas económicas para que la economía argentina vuelva a crecer, tras hundirse en 2023 y 2024 y a pesar de que vaya a rebotar en 2025. No siempre esas reformas funcionan. El FMI siempre pide más flexibilidad laboral y cambios jubilatorios —suele sugerir atrasar la edad del retiro—. Por eso, este jueves en Washington en la conferencia de prensa de la vocera del Fondo, Julie Kozack, no dio detalles de la misión que hizo el organismo a Buenos Aires en enero ni de las negociaciones para un nuevo préstamo pero adelantó: “Puedo agregar que, para sostener los avances iniciales (del gobierno de Milei), existe un reconocimiento compartido entre el personal del Fondo y las autoridades argentinas sobre la necesidad de continuar adoptando un conjunto consistente de políticas fiscales, monetarias y cambiarias y al mismo tiempo impulsar reformas que mejoren el crecimiento”. Fue la primera rueda de prensa tras la misión que siguió al encuentro de mediados de enero entre la directoria gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, y Milei en la capital norteamericana.

Sobre los avances del gobierno libertario, Kozack precisó cuáles serían: “Como destacó la directora gerenta después de su reunión con el presidente Milei el mes pasado, reconocemos el tremendo progreso de Argentina en la reducción de la inflación, la estabilización de la economía y el regreso al crecimiento”. El PBI cayó en 2024, pero a fin de año comenzó a recuperarse. “Y ahora que la pobreza finalmente comienza a disminuir, continuamos interactuando de manera constructiva con las autoridades y el personal argentino”, destacó la vocera que el índice de pobreza, después del salto inicial en el gobierno de Milei, haya bajado al aún elevado nivel que lo dejó la administración peronista.

“La misión visitó recientemente Buenos Aires para avanzar en las discusiones sobre un nuevo programa”, contó Kozack. Esta semana, el ministro de Economía, Luis Caputo, aclaró que el futuro acuerdo no implica una liberación inmediata del cepo ni la consiguiente devaluación brusca del peso y por algo Milei prometió que el control cambiario terminará seguro para el 1° de enero de 2026, aunque no destacó que sea antes si el FMI presta fondos. Pero el staff del organismo no está dispuesto a financiar todo el dinero pretendido, unos US$11.000 millones, de una sola vez si la Argentina pretende salir de forma gradual del cepo, por lo que los desembolsos podrían ser también de a poco, en cuotas. Claro que los técnicos puede opinar una cosa y Georgieva, otra; el principal socio del FMI, EE UU, bajo el gobierno del aliado Donald Trump, una; y las otras potencias que dominan el directorio del organismo, como Japón, Alemania, Francia y Reino Unido, otra.

“El nuevo programa tendrá como objetivo aprovechar los logros alcanzados hasta ahora y, al mismo tiempo, abordar los desafíos restantes que enfrenta el país. Continúan los debates constructivos y frecuentes y proporcionaremos más detalles sobre los próximos pasos cuando los tengamos”, se hizo la misteriosa Kozack. Estas conversaciones suelen ser a espaldas de la gente, gobierne quien gobierne. “Las discusiones continúan y ha habido buenos avances hasta ahora, queremos asegurarnos de que haya espacio para que el personal y las autoridades continúen estas discusiones constructivas. Y, por supuesto, nos comunicaremos más cuando tengamos más detalles”, completó la vocera. A diferencia del gobierno anterior, que solía comprometerse con el FMI en objetivos que incumplía, el actual está dispuesto a ajustar más de lo que le piden, a desregular todo lo que sea posible, pero no por ahora el tipo de cambio porque teme que hacerlo le arruine su plan antiinflacionario, clave para ganar las elecciones legislativas de octubre.

AR/JJD

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