Macron y Le Pen se enfrentarán en la segunda vuelta tras el mejor resultado histórico de la extrema derecha
La primera ronda de las elecciones presidenciales de Francia confirmó los pronósticos. El actual presidente Emmanuel Macron y la líder de extrema derecha Marine Le Pen volverán a enfrentarse en la segunda vuelta de los comicios dentro de dos semanas, de acuerdo con las estimaciones de voto publicadas tras el cierre de los colegios electorales este domingo.
Macron obtuvo la victoria en la primera vuelta con un porcentaje de voto del 28%, según el trabajo de Ipsos para varios medios galos como Le Parisien. La segunda candidata y rival en la ronda final del próximo 24 de abril es la líder de Agrupación Nacional, que alcanzó un 23,2% de los votos. Estas proyecciones, publicadas tras el cierre de los colegios electorales, son estimaciones basadas en votos reales y suelen ser muy precisas.
Tanto Macron como Le Pen mejoran respecto a las elecciones presidenciales de 2017. En el caso de la líder de extrema derecha, no había obtenido nunca un porcentaje de votos tan alto en primera vuelta –en 2017, logró un 21,3% y en 2012, un 17,9%–. Se trata de un nuevo récord.
El tercer puesto es para el candidato de izquierdas Jean-Luc Mélenchon (Francia Insumisa), que quedó fuera de la carrera por el Elíseo en su tercer intento, con un 21,7% de los votos, según las proyecciones de Ipsos. Estas cifran también significan una mejora de los resultados de 2017 de cerca de dos puntos para Melénchon, que había acelerado en los sondeos en el tramo final de la campaña.
El cuarto puesto es para el tertuliano de extrema derecha Éric Zemmour (Reconquista), con un 7%; mientras la conservadora Valérie Pécresse (Los Republicanos) cae con solo un 4,8% de los votos.
Las proyecciones también confirman la debacle del Partido Socialista. La candidata Anne Hidalgo, alcaldesa de París, se queda con un 1,7% de los votos, según Ipsos. El candidato ecologista Yannick Jadot (Europa Ecología Los Verdes), cosechó el 4,7%.
Los candidatos de las fuerzas de extrema derecha –Le Pen, Zemmour y Nicolas Dupont-Aignan– aglutinan casi un tercio de los votos, el 32,3%, según las proyecciones de Ipsos. Mientras, las candidatas de los partidos tradicionales, Hidalgo y Pécresse, no llegan al 7% de los votos, según las proyecciones.
La resistencia de Le Pen
Aunque a día de hoy todas las encuestas dan como ganador a Macron el próximo 24 de abril, la distancia entre ambos candidatos no deja de reducirse. Las últimas encuestas prevén un margen más ajustado de lo previsto. De acuerdo con el último sondeo de Ifop para el canal TF1, publicado este mismo domingo tras las elecciones, el presidente lograría su reelección con el 51% frente a la candidata de la Agrupación Nacional (RN), que obtendría el 49% de los votos en su duelo con Macron.
El margen que pronostica Ipsos en su sondeo es algo más amplio: 54% de los votos para el presidente y el 46% para la líder de extrema derecha.
El cara a cara de 2017 volverá a repetirse tras una campaña atípica, que comenzó marcada por la salida de la pandemia y que ha terminado con la invasión rusa de Ucrania como telón de fondo. Macron –que retrasó al máximo el anuncio de su candidatura oficial– optó por reducir su participación en los debates y celebrar un único gran mitin. En cabeza en los sondeos desde hace meses, en las últimas semanas había perdido puntos en todas las encuestas al tiempo que Le Pen acortaba distancias.
En las encuestas de intención de voto, Macron llegó a situarse en el 30%, pero se considera que sus reticencias a involucrarse en la campaña y el hecho de que haya defendido reformas impopulares –como el retraso de la edad de jubilación a los 65 años– lo han penalizado. Además, en la recta final de la campaña las sospechas de trato de favor del Gobierno respecto a la consultora McKinsey reactivaron su imagen de “presidente de los ricos”. Aun así, mejora los resultados respecto a la primera vuelta de 2017.
En el contexto de esta campaña gris, los sondeos hacían pensar que la abstención batiría el récord histórico. Aunque la participación ha sido una de las más bajas en unas elecciones presidenciales, a las 17:00 horas seguía siendo superior a la de 2002, cuando se registró el nivel más bajo de afluencia a las urnas en una primera vuelta.
En las encuestas para la segunda vuelta, la líder de extrema derecha ha aumentado hasta siete puntos respecto a las estimaciones de hace un mes. Una encuesta de Ipsos pronostica que podría recibir en torno a un 21% de los votantes de Mélenchon y un 25% de los de Pécresse.
Le Pen –debilitada en el otoño de 2021 por la entrada en campaña de Zemmour, que le robó votantes y apoyos— aprovechó estas elecciones para dar un giro a su imagen. Para ello ha utilizado un discurso centrado en cuestiones económicas y sociales, relegando a un segundo plano la inmigración, el islam y la seguridad, aunque sin modificar en lo esencial su programa sobre estas cuestiones. Al mismo tiempo, las salidas de tono de Zemmour han permitido a la candidata de la Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) aparecer, por contraste, como más moderada. Un paso más en su campaña de normalización del partido iniciada en 2011 cuando relevó a su padre en la dirección.
“El pueblo francés se ha expresado y tengo el honor de clasificarme para enfrentarme al actual presidente”, ha dicho Marine Le Pen tras conocerse las primeras proyecciones. “Todos los que no han votado a Macron pueden sumarse a este movimiento. Lo que está en juego el 24 de abril es una elección de la sociedad e incluso de la civilización”, ha añadido en un guiño a los votantes de Francia Insumisa.
Recomposición política
Pese a no haber sorpresas, los resultados de este domingo prolongan el seísmo político que supuso la presidencial de 2017. Con Macron y Le Pen confirmados como las dos principales alternativas, estos comicios han continuado además la caída de los grandes partidos tradicionales.
Este declive de las dos formaciones que se alternaban en el poder hasta 2017 augura un panorama político completamente nuevo de cara a las elecciones legislativas que están previstas en junio. En las fuerzas de izquierda se perfilan dos bloques: por un lado, comunistas y Francia Insumisa —que han estado en conversaciones las pasadas semanas— y, por otro, socialistas y ecologistas.
Precisamente el candidato ecologista, Yannick Jadot, empezó la campaña con la esperanza de convertirse en la referencia de las fuerzas progresistas, después de las elecciones europeas de 2019, en las que Europe Ecología Los Verdes fue el tercer partido con el 13,5% de los votos y las municipales de 2020, en las que ganó en varias grandes ciudades importantes, como Lyon, Grenoble y Burdeos. Pero lo cierto es que Jadot no ha conseguido en ningún momento imponer sus temas en la campaña, pese a que el medioambiente es la tercera preocupación de los franceses, según las encuestas.
Los efectos de la guerra en Ucrania, en especial el aumento de los precios de la energía y los carburantes han eclipsado otros asuntos. Ni la publicación de los dos últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), ni las marchas a favor del clima, ni la cuestión de la soberanía energética y alimentaria que plantea la guerra de Ucrania han conseguido dar visibilidad a las cuestiones ecológicas, ausentes en los debates y discursos de los dos finalistas.
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