Monika Hohlmeier, la eurodiputada alemana de la derecha manchada por la corrupción que pone en duda a España
Vivaracha y firme al mismo tiempo, la eurodiputada alemana Monika Hohlmeier del Partido Popular comunitario concedió entrevistas a medios de comunicación de derechas en España durante las últimas semanas. Su intención fue avisar de la misión del Parlamento Europeo que dirige para controlar el despliegue del Plan de Recuperación en España. “No hay mucho entusiasmo en el Gobierno ante nuestra visita [será del 20 al 22 de febrero], pero estamos acostumbrados”, ironizaba entre risas en una de estas intervenciones. Y en otra, directamente: “No sé dónde está el dinero [de las convocatorias de los fondos europeos]”.
Hohlmeier, que junto a otros eurodiputados “interrogará” en España a distintos dirigentes de distintos ministerios, de comunidades autónomas o a representantes de las empresas sobre la gestión del Plan de Recuperación, no presenta el perfil con la trayectoria más intachable para realizar afirmaciones con tanta crudeza, ni ciertas insinuaciones. Durante la pandemia, intermedió en favor de una amiga de la infancia, Andrea Tandler, para facilitarle la venta de mascarillas a instituciones públicas de Alemania, con las que esta última formó una trama de comisionistas y acabó ganando 48 millones de euros, según la investigación judicial que recogen distintos medios en la primera economía de la eurozona.
La política del Partido Popular Europeo y del CSU, la principal formación conservadora en Baviera, confesó que volvería a poner en contacto a su amiga con los compradores por la extraordinaria situación de emergencia. Y como no se ha probado que recibiera ninguna comisión ni que estuviera en conocimiento del dinero público que se repartieron Tandler y otros conocidos suyos, en lo que basósu defensa, sus actos no tuvieron consecuencias por el momento.
Der Spiegel: “Hohlmeier finge no tener ni idea”
Según recoge el Süddeutsche Zeitung, durante la investigación en Baviera, exactamente el 22 de mayo de 2022, Hohlmeier leyó una declaración “con bastante monotonía”, en la que relató que en febrero de 2020 “llegaron a nuestros oídos informes dramáticos, especialmente de Italia. Y la prensa informó de una gran demanda de mascarillas. Andrea Tandler llamó el 28 de febrero. Un amigo suyo [de Tandler] de Suiza podría entregar mascarillas, a un precio supuestamente no demasiado alto, ¿hay alguna necesidad?”.
Después, continúa el Süddeutsche Zeitung, Hohlmeier dijo que informó a la entonces Ministra de Sanidad de Baviera, Melanie Huml (CSU). Y luego le comunicó a Tandler que Baviera estaba interesada y le pasó los datos de contacto del ministerio. Según argumentó, “no tenía más conocimiento sobre el contenido o la finalización de los pedidos”, los precios o la calidad, y “no estaba involucrada”. Y ella ni pidió ni le ofrecieron comisión. “Ella solo me dijo que los suizos la estaban invitando a comer”, cita, por su parte, el canal Tagesschau.
La historia resuena irremediablemente a al chanchullo en la adquisición de material sanitario en la que se vio envuelto el Ayuntamiento de Madrid de José Luis Martínez Almeida, y sobre la que el PP de la capital no ha aclarado todavía al juez del caso su dimensión real.
En Múnich, Andrea Tandler está en prisión preventiva, según recordaba esta semana el Der Spiegel, uno de los periódicos de referencia en Alemania, que en 2021 llegó a titular: “Hohlmeier finge no tener ni idea, pero no se distancia [de su amiga, e hija de un famoso líder del CSU, Gerold Tandler, y fiel compañero de su padre, otro histórico del partido, Franz-Josef Strauss]”.
“Tandler es una de las mayores beneficiarias de la situación de emergencia en la fase inicial de la COVID. Su gran ventaja competitiva fueron sus buenos contactos con la CSU, específicamente: su amistad con la hija de Franz-Josef Strauss, la eurodiputada Monika Hohlmeier. Con su ayuda, la empresaria rápidamente tuvo una línea directa con los ministerios. Junto con un socio, negoció máscaras de Swiss Emix-Trading para agencias gubernamentales por comisiones que ascienden a 48 millones de euros”, resumía recientemente Radio Baviera.
En contra de la Comisión Europea
Las dudas que ha vertido Hohlmeier sobre la gestión del Plan Recuperación en España chocan con las felicitaciones al Gobierno de Pedro Sánchez de la Comisión Europea, la institución que es realmente la encargada de evaluar la ejecución de los proyectos financiados por el dinero comunitario y el cumplimiento de los requisitos (hitos). Y confrontan también con la realidad de que nuestro país es el más avanzado de toda la Unión Europea en su despliegue.
La misión que va a nuestro país ha salido adelante por la mayoría conservadora de la Comisión de control presupuestario del Parlamento Europeo y hasta ha provocado un cruce de cartas entre su presidenta, la propia Monika Hohlmeier, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Paolo Gentiloni, a las que ha tenido acceso elDiario.es.
Mientras Dombrovskis y Gentiloni defienden el éxito del despliegue del Plan de Recuperación en España y aportan un dossier con información sobre las convocatorias y los hitos, la eurodiputada alemana responde que “celebra su buena intención”, pero lamenta “que la información que están brindando no se ajuste a nuestras necesidades desde la perspectiva del control presupuestario”.
Más 'manchas' en el pasado de Hohlmeier
En una de sus informaciones sobre el caso de las mascarillas Hohlmeier y Tandler, Süddeutsche Zeitung rememora que la ahora responsable de la Comisión de control presupuestario de la principal cámara de la UE es eurodiputada desde 2009 y que antes llegó a ser secretaria de estado en el Ministerio bávaro de Educación y Cultura, hasta 2005. “Y algunos en el partido incluso la consideraban apta para puestos aún más altos, si no hubiera habido un 'asunto' en la CSU de Munich, de la que fue presidenta”.
Ese 'asunto' fue la acusación de “un delito de coacción, previsto en el artículo 240 del Código Penal, por un intento de chantaje con expedientes en su propio partido, la CSU”, según describía el Frankfutter Allgemeine en 2004. Hohlmeier renunció como líder de la CSU de Múnich y tuvo que ofrecer disculpas públicas. Dos parlamentarios de ese partido denunciaron que había “creado una situación amenazante” y “chantajeado” a sus opositores internos en una reunión de crisis de la organización.
Hace menos tiempo, en 2019, Der Spiegel informaba de que el Parlamento Europeo había retirado la inmunidad de Monika Hohlmeier para que pueda ser investigada por presunto atropello y fuga.
Y hace todavía menos, en abril de 2022, votó en contra de dar mayor transparencia a las dietas de gastos generales que tienen los eurodiputados y que suponen 40 millones de euros al año del presupuesto público.
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