Así pueden disparar la desinformación los recortes de Trump
![El freno a los bulos y a la desinformación ha entrado de lleno en la actualidad política, y son varias las iniciativas vinculadas al derecho a la información presentadas en los últimos años.](https://static.eldiario.es/clip/9b69b1e9-3ac7-415d-9264-08f71b8598c0_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Organizaciones periodísticas de todo el mundo advierten que el desmantelamiento de la ayuda exterior ejecutado por Donald Trump provocará una disminución en el número de medios independientes, lo que conllevará un aumento de la desinformación y favorecerá a los propagandistas estatales.
El presidente de Estados Unidos suspendió miles de millones de dólares en proyectos respaldados por la agencia de desarrollo internacional USAid, incluidos más de US$268 millones destinados a apoyar los “medios independientes y el libre flujo de información”.
Un documento informativo de USAid al que Reporteros Sin Fronteras (RSF) pudo acceder antes de que fuera retirado de la web muestra que en 2023 la agencia estadounidense financió programas de capacitación y apoyo de 6.200 periodistas, asistió a 707 medios de comunicación no estatales y apoyó a 279 ONG dedicadas a fortalecer los medios independientes en más de 30 países, incluidos Irán, Afganistán y Rusia.
La decisión de Trump sembró “caos y confusión”, según RSF. “Las ONG de medios ya han tenido que cesar operaciones y despedir personal. Lo más probable es que, después de estos 90 días de pausa en la financiación, desaparezcan para siempre”, afirma Clayton Weimers, director ejecutivo de RSF en Estados Unidos.
Según RSF, en Ucrania, donde los medios estaban hasta hace poco controlados en su mayoría por oligarcas, nueve de cada diez cabeceras dependen de subsidios y USAid es el principal donante. “Es un momento muy peligroso”, dice Anna Babinets, directora ejecutiva y cofundadora de la plataforma investigativa con sede en Kiev Slidstvo.Info, que ha perdido el 80% de su financiación, proveniente de grupos que recibían dinero de USAid. “Ahora tenemos que plantearnos un recorte en nuestra cobertura en el frente y nuestros reportajes sobre crímenes de guerra. Esto significa que los ucranianos, y el resto del mundo, sabrán menos sobre lo que está ocurriendo aquí”.
Acusaciones sin fundamento de Trump
Trump ha vertido acusaciones infundadas sobre que se financiaron coberturas mediáticas favorables a sus oponentes con miles de millones robados de USAid en lo que él llama los “medios de noticias falsas”. Por su parte, Elon Musk ha calificado a USAid de “organización criminal” y ha afirmado que la agencia pagó a medios para “publicar su propaganda”.
Valerii Garmash, director de Make Sense, promotora de medios independientes en Ucrania que recibió de parte de USAid casi el 50% de sus fondos para su sitio web 6262.com.ua, con sede en la ciudad de Slóviansk, comentó que habían comenzado a suspender y cerrar proyectos. “Estamos a 24 kilómetros del frente y proporcionamos espacios para que los periodistas se preparen antes de ir. Esos espacios se han tenido que cerrar. Sin el dinero, tenemos que trabajar como voluntarios”.
Weimers advierte de que la disminución de medios independientes podría provocar un aumento de la desinformación: “El caos crea un vacío y, eliminadas las fuentes fiables de información, ese vacío se llena con fuentes menos fiables, como la propaganda estatal”. Y añade: “Basta con ver quiénes elogian esta medida: son los líderes de China, Rusia, Hungría o El Salvador, países conocidos por sus terribles violaciones de derechos humanos, en especial contra la prensa”.
Babinets explica que, desde que se anunciaron los recortes y congelaciones de fondos, han surgido canales anónimos de Telegram y sitios web no identificados que intentan desacreditar a los medios ucranianos que recibían fondos de USAID. “Hemos visto muchas historias falsas sobre nuestras organizaciones: que no somos periodistas, que solo somos espías. Todo esto juega a favor de la narrativa rusa”, sostiene.
En la vecina Bielorrusia, Natalia Belikova, de Press Club Belarus, dice que el 70% de la financiación de su organización provenía de distintas fuentes federales de EEUU, y que los recortes y suspensiones han puesto a la organización “al borde de la desaparición”. Bielorrusia ha llevado a cabo campañas de persecución contra periodistas, lo que obligó a cientos de reporteros a exiliarse a lo largo de los últimos años. Press Club Belarus preguntó a 20 medios del país a principios de febrero y calculó que el 60% de sus fondos provenían de EEUU. Según Belikova, “corren riesgo de languidecer y desaparecer”.
Belikova subraya que el periodismo independiente ha sido clave para mantener informados a los bielorrusos sobre la invasión rusa de Ucrania y advierte: “Esta decisión favorece directamente a los regímenes autoritarios. Si los medios independientes bielorrusos dejan de existir, la gente solo tendrá la propaganda estatal. Sin alternativa, esa propaganda se irá apoderando de sus mentes y podríamos acabar teniendo una sociedad muy diferente en apenas unos años”.
El periodismo de investigación, en peligro
Los expertos temen que el periodismo de investigación, que puede tardar años en materializarse y requiere grandes recursos, sea el más afectado por los recortes de USAID. El consorcio de periodismo de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), que ha producido investigaciones de gran impacto, como los Papeles de Panamá, informa que el 29% de su financiación ha sido congelada y ha tenido que despedir al 20% de su personal. “Sin el periodismo de investigación, la gente no se entera de lo que ocurre en el inframundo del crimen y la corrupción”, alerta un portavoz.
Drew Sullivan, cofundador y editor de OCCRP, señala que otras organizaciones tienen miedo de asumir el relevo. “Hay entidades reputadas que observan estos ataques de desinformación amplificados por Elon Musk contra gente como nosotros, ataques que asustan a la gente buena, que no está actuando. No se puede tener miedo de los matones si no se quiere que ganen”, advierte.
En Colombia, Dora Montero Carvajal, presidenta de Consejo de Redacción, una organización que trabaja para fortalecer el periodismo investigativo en Colombia y América Latina, dice que muchas de las principales investigaciones nacionales y transnacionales pudieron llevarse a cabo “gracias a los recursos proporcionados por USAid”. “Sé que varios proyectos que estaban a punto de salir, en especial los relacionados con la investigación de temas políticos para las próximas elecciones, han sido suspendidos o cancelados”, relata.
Alain Rafael Dueñas Estévez, un fotógrafo cubano que trabaja en Argentina, ha sentido en carne propia el impacto de los recortes: “Muchos de los trabajadores de medios independientes cubanos dependen de becas y financiamiento, y han perdido sus empleos de la noche a la mañana”.
La decisión también ha detenido el trabajo de medios africanos. La plataforma de investigación DataCameroon informó a RSF de que ha tenido que suspender varios proyectos, entre ellos uno sobre la seguridad de los periodistas y otro sobre las próximas elecciones presidenciales en Camerún. Rawan Damen, directora de Arab Reporters for Investigative Journalism, una organización que trabaja en Oriente Próximo y el norte de África, dice que su organización ha perdido 400.000 dólares por la congelación de los fondos de USAid.
En Irán, un colaborador de Mamlekate, un colectivo de periodistas ciudadanos, indica que la financiación ha sido crucial para documentar abusos a los derechos humanos y apoyar a la sociedad civil durante las protestas de los últimos años. “Esta ayuda permitía a los periodistas ciudadanos contar con herramientas de comunicación seguras, como las VPN (redes privadas virtuales). Eliminarla no mejora la eficiencia, sino que debilita iniciativas esenciales provenientes del extranjero que sirven de apoyo a la gente de Irán”, añade.
En el vecino Afganistán, donde las restricciones a la libertad de prensa bajo el régimen talibán son draconianas, los periodistas independientes han trabajado en reportajes para medios afganos fuera del país. Shafi Karimi, fundador de la Afghan Journalists in Exile Network (Red de Periodistas Afganos en el Exilio), dice: “Muchos de mis amigos periodistas de dentro del país han perdido sus puestos de trabajo, y varios medios de comunicación corren el riesgo de cerrar. Estas organizaciones dependían de la financiación de diversas instituciones estadounidenses. Sin este apoyo, es posible que tengan que cerrar”.
Sueldos de subsistencia en Myanmar
Los medios que cubren Myanmar, uno de los países más peligrosos para los periodistas, dependen en gran medida de la financiación de los donantes, especialmente de Estados Unidos. Muchos periodistas tuvieron que exiliarse después de que en 2021 el Ejército tomara el poder en un golpe de estado, lo que despertó una oposición generalizada y una insurrección armada. Los periodistas que documentan el conflicto y los abusos a los derechos humanos por parte del Ejército han sido objeto de una “campaña de terror”. Toe Zaw Latt, del Independent Press Council Myanmar (Consejo de Prensa Independiente de Myanmar), cree que alrededor de 200 periodistas se verán afectados por la congelación de los fondos. “Sus sueldos de por sí ya eran muy bajos, apenas sobrevivían con ellos. No puedo imaginar cómo [se las arreglarán] sin un salario para pagar el alquiler”, agrega. Los periodistas que forma, muchos de ellos jóvenes, “quieren sacar a relucir lo que está sucediendo en Birmania [Myanmar]”. El año pasado, dos de sus estudiantes, Htet Myat Thu, de 28 años, y Win Htut Oo, de 26, fueron asesinados por la junta militar.
Varias organizaciones consultadas para este artículo prefirieron no hacer declaraciones sobre el impacto de la congelación de fondos por temor a poner en riesgo su financiación a largo plazo o ser blanco de ataques políticos.
Kiran Nazish, directora fundadora de la Coalition for Women in Journalism, concluye: “Las pequeñas redacciones independientes, que a menudo enfrentan amenazas reales por parte de dirigentes populistas y de las poblaciones locales, ahora están ansiosas, no solo por el cierre inminente y la paralización de operaciones, sino también por las posibles represalias en los territorios donde llevan a cabo su trabajo”.
Para algunos responsables de redacciones europeas, el cierre de USAID reabre el debate sobre cómo la UE financia el periodismo en el continente.
Peter Erdelyi, director del Centre for Sustainable Media de Budapest y exempresario del sector en Hungría, plantea: “La UE debería flexibilizar sus presupuestos y adelantar fondos asignados para más adelante, además de reducir la burocracia necesaria para acceder a ellos”. Según Erdelyi, la congelación de los fondos supone “una cuestión de vida o muerte” para muchas publicaciones.
Con el apoyo de theguardian.org.
Traducción de Julián Cnochaert.
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