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Segundo mandato en EE.UU.

Trump asumió con un duro discurso contra la inmigración, China y la diversidad sexual: “Terminó el declive de Estados Unidos”

Trump, este lunes en el Capitolio de EE.UU., al asumir su segundo mandato.
20 de enero de 2025 14:46 h

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Un Donald Trump mesiánico, con el gesto sobrador hablando hacia sus costados y el ceño fruncido, lanzó su primer discurso como nuevamente presidente de Estados Unidos. “Dios me salvó la vida para que seamos grandes de nuevo”, dijo convencido en el interior del Capitolio de Washington y obligó a que los asistentes que eran testigos en el acto –entre ellos Javier Milei, junto a otros líderes de la derecha mundial, expresidentes norteamericanos, parlamentarios, empresarios tecnológicos y multimillonarios como Elon Musk y Mark Zuckerberg– se pongan de pie para aplaudirlo por primera vez. En su intervención inaugural de su segundo mandato, Trump preparó el terreno de lo que presentó como una gestión de mano dura hacia la migración, incentivo a la actividad petrolera y un fuerte arancelamiento a las importaciones –sobre todo a partir de su guerra comercial con China–. 

Entre otras medidas llamativas, Trump formalizó el ministerio de Departamento de Eficiencia Gubernamental que conducirá el líder de X, anunció que oficialmente se reconocerán solo dos géneros – “masculino y femenino”–, dijo que renombrará el Golfo de México como “Golfo de Estados Unidos”, adelantó que buscará “tomar de vuelta” el Canal de Panamá –a partir de su disputa comercial con el gigante asiático– y prometió una nueva carrera espacial hacia el planeta rojo: “Nuestros astronautas llevarán nuestra bandera al planeta Marte”.

Trump se ubicó como padre de una refundación del país del norte. “La época dorada de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de este día, nuestro país prosperará y será respetado de nuevo en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones, y no permitiremos que se aprovechen de nosotros ni un solo día durante toda la administración de Trump. Sencillamente, antepondré EE.UU. a todo lo demás”. Prometió equilibrar “la balanza de la justicia” y poner fin al “violento e injusto uso como arma del Departamento de Justicia y de nuestro gobierno”. “Terminó el declive de EE.UU.”, agregó.

Al mejor estilo anti-casta de Milei, Trump arremetió contra lo que llama un “establishment radical y corrupto que extrajo poder y riqueza” de EE.UU. Minutos antes de que terminará su presidencia, Joe Biden firmó indultos para toda su familia, acusados en el ataque al Capitolio hace cuatro años, ante el miedo de las promesas de venganza por parte del republicano. 

Trump dejó bien claro apenas arrancó su discurso cuáles son sus prioridades. Como primera medida anunció la firma de un decreto para declarar una “emergencia nacional en la frontera sur” que el país comparte con México, puntualmente sobre el río Bravo. Conta una audiencia de fieles aplaudiéndolo, solo se mantuvieron sentados y sin hacer gestos de aprobación el demócrata saliente Joe Biden y Kamala Harris, que se ubicaron a una muy corta distancia del atril del republicano.

“Todas las entradas ilegalas se detendrán y devolveremos a millones de delincuentes a los países de donde vinieron. Vamos a restaurar la politica de Quédate en México”, desafió Trump, en un mensaje dedicado a la presidenta vecina, Claudia Sheinbaum, y la medida que activó en su primer mandato. Reforzó así su retórica antiinmigratoria que ya fue polémica entre 2017-2021. En esa línea buscó dar un golpe de efecto. Dijo que renombrará el Golfo de México, que baña las costa sur norteamericana y el oeste de Florida, el este de México y el oriente de Cuba, como el “Golfo de Estados Unidos”.

El único momento en que el presidente y la vice saliente se pusieron de pie para aplaudir al nuevo mandatario fue cuando se refirió a la liberación de rehenes en Gaza, tras el acuerdo que propició EE.UU. y Qatar entre Israel y Hamas. “Seré un presidente de la unión y la paz”, afirmó Trump.

Muy lejos de Medio Oriente, Trump sí adelantó que usará el territorio latinoamericano para su disputa comercial a escala global con China. “Vamos a tomar de vuelta el Canal de Panamá”, prometió, a partir de que el gigante asiático tiene injerencia en ese paso comercial que une el océano Pacífico con el Atlántico, pese a que EE.UU. lo devolvió al país centramericano tras cien años de explotación. “No se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá”, se quejó Trump.

En su discurso, no hizo relación a Cuba, Venezuela o Nicaragua, otros países americanos con los que EE.UU. tiene pésimas relaciones internacionales. Tampoco habló de Argentina, pese a que invitó especialmente a Milei a la asunción, un gesto inédito porque mandatarios extranjeros no suelen participar de la asunción norteamericana. El libertario encabezó una comitiva de presidentes de ultraderecha que también tuvo al salvadoreño Nayib Bukele o el húngaro Viktor Orbán.

En una abierta disputa con China, Trump dijo que cobrará aranceles, tarifas e ingresos a los productos importados. “Muchísimo dinero entrará en nuestros tesoro y el sueño americano volverá a ser real”, prometió. A nivel económico también adelantó que este mismo lunes firmará una “declaración de emergencia enérgica” para reicentivar la explotación petrolera. Cuestionó los “tratados verdes” que buscan mitigar los efectos del cambio climático. “Seremos un país rico con el oro líquido que tenemos”, adelantó.

A partir de hoy solo hay dos géneros, masculino y femenino

Anunció medidas llamativas, de un claro corte consevador, en línea con la disputa que la ultraderecha busca llevar contra la llamada “agenda woke”. “Se acabó el temas de raza y vamos a forjar una sociedad que no tenga color y basada en el mérito. A partir de hoy solo hay dos géneros, masculino y femenino”.

Además dijo que quiere plantar una bandera estadounidense en Marte, mientras la transmisión mostró a Musk, dueño de Space X, levantar las manos a modo de celebración. “Perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas”, aseguró. “Plantaremos las barras y estrellas (el apodo que recibe la bandera) en el planeta Marte”.

El primer discurso de Trump terminó con el tradicional guiño yanqui de “Dios bendiga a América” y su dedo índice derecho señalando a su auditorio. Se convirtió así en el 47mo. presidente de EE.UU.

MC

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