Ucrania se sienta otra vez a negociar con Rusia mientras continúan los bombardeos de Putin
Ucrania se enfrenta a una crisis humanitaria creciente, según han advertido expertos sanitarios internacionales, a medida que los incesantes ataques rusos con misiles contra zonas residenciales en varias ciudades han matado a civiles y han obligado a casi 900.000 personas a huir del país.
Mientras Moscú, desafiando la condena mundial y el abrumador aislamiento político y económico, afirmaba este miércoles haber tomado la primera gran ciudad de su campaña y el presidente ucraniano lo acusaba de intentar “borrar” su país, la Organización Mundial de la Salud decía que algunos suministros sanitarios ya empiezan a agotarse.
“Nos estamos acercando a una crisis humanitaria”, dice Jarno Hubicht, representante de la OMS en Ucrania, a The Guardian. “Esto se está desarrollando muy rápido. Las provisiones de los servicios sanitarios se están trasladando a los refugios y sótanos. Nos preocupa el suministro de electricidad, oxígeno y medicamentos”.
El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, asegura que la agencia está trabajando para verificar las múltiples informaciones sobre “ataques a las instalaciones sanitarias y a los trabajadores sanitarios”, y ha recordado que los ataques a la asistencia sanitaria serán considerados “una violación del derecho internacional humanitario”.
Condena de la ONU
En Nueva York, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó este miércoles por abrumadora mayoría una resolución que condena la invasión de Rusia “en los términos más enérgicos posibles” y exige la retirada inmediata de las fuerzas de Putin. Antes, el embajador de Ucrania ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, comparó al presidente ruso, Vladímir Putin, con Adolf Hitler.
Kyslytsya dijo que la invasión pretende “privar a Ucrania de su propio derecho a existir”. “Han venido a resolver la cuestión ucraniana. Hace más de 80 años, otro dictador intentó resolver definitivamente la cuestión de otro pueblo. Fracasó”.
Está previsto que este jueves se inicie una segunda ronda de negociaciones entre ambas partes, según han informado los negociadores rusos, que han dicho que “en la agenda” está un alto al fuego. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, ha asegurado que las exigencias de Moscú son inaceptables y que Rusia debe dejar de bombardear ciudades si quiere que haya algún avance.
Vladímir Medinsky, jefe de la delegación rusa, dijo que las conversaciones se han programado para este jueves en la región bielorrusa de Brest, fronteriza con Polonia, según la agencia Associated Press. La presidencia de Ucrania confirmó el miércoles a AP que su delegación estaba en camino, sin dar detalles sobre la hora de llegada.
Más de 350 civiles, entre ellos 14 niños, han muerto y más de 2.000 han resultado heridos desde el inicio de la invasión, según las autoridades ucranianas. El servicio de emergencias del país ha dicho que cientos de edificios –instalaciones de transporte, hospitales, guarderías, casas– han sido destruidos. “Están muriendo niños, mujeres y fuerzas de combate cada hora”.
Casi 900.000 refugiados
Según la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), casi 900.000 han huido ya de Ucrania, en su mayoría mujeres y niños, pero también muchos estudiantes extranjeros y trabajadores migrantes. El número aumenta con rapidez. Cerca de la mitad ha cruzado la frontera con Polonia, y también han llegado a Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Moldavia.
La Comisión Europea propuso este miércoles conceder protección temporal a los refugiados del conflicto ucraniano, incluyendo un permiso de residencia y acceso al empleo y la seguridad social en todos los Estados miembros.
Tras siete días de combates, el Ministerio de Defensa ruso en Moscú aseguró que sus fuerzas han tomado el control de Jersón, una ciudad estratégicamente importante en el Mar Negro. Las autoridades locales han dicho que el puerto y la estación de tren han sido capturados, pero han negado que la ciudad haya sido ocupada.
Ataque contra Járkov
Después de repetidos ataques con misiles sobre Járkov, la segunda ciudad más importante de Ucrania, que han afectado a edificios no militares –entre ellos un hospital y una universidad–, y han matado a una veintena de civiles, tropas aéreas rusas aterrizaron en la ciudad hacia las 3:00 horas de la madrugada de este miércoles, según las autoridades, y se produjeron duros combates.
El alcalde de Járkov, Igor Terejov, ha dicho que una de cada cuatro personas de la ciudad tiene parientes en Rusia, pero que la actitud de la ciudad hacia el país ahora es “completamente diferente”. “Nunca esperamos que esto pudiera ocurrir: destrucción total, aniquilación, genocidio contra el pueblo ucraniano, esto es imperdonable”.
“Para ser sincero, es un infierno”, dice a The Guardian Oleksiy Demchenko, un programador informático de 27 años de la ciudad. “Están atacando las casas de la gente, los centros de salud, los parques. Creo que su objetivo es destrozarnos psicológicamente porque quieren que nos vayamos. Pero nuestro Ejército nos protegerá. La gente no se rendirá”, afirma confiado.
La ciudad de Mariúpol, en el sureste del país, también ha sufrido un bombardeo cada vez más intenso desde el martes por la noche y ni siquiera ha podido evacuar a los heridos, según su alcalde, Vadym Boichenko. “Las fuerzas rusas nos están bombardeando sin parar desde hace 12 horas”.
El ejército ruso también parece estar preparándose para un avance decisivo sobre la capital, Kiev. “El enemigo está acercando sus fuerzas a la capital”, ha dicho el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko. “Kiev resiste y resistirá. Vamos a luchar”.
En su primera declaración sobre bajas este miércoles, el Ministerio de Defensa ruso ha dicho que 498 soldados rusos han muerto en Ucrania desde el comienzo de su invasión, y 1.597 han resultado heridos. Un asesor militar ucraniano ha dicho que más de 7.000 rusos han muerto y cientos han sido apresados, incluyendo oficiales de alto rango. Los datos aportados por ambas partes son difíciles de verificar.
“Borrar Ucrania”
El presidente ucraniano ha asegurado que el objetivo de Rusia es borrar Ucrania, su historia y su gente, por lo que, en una corta declaración en vídeo, llamó a Occidente a hacer más por ayudar a su país. Volodímir Zelenski denunció que un ataque con misiles en Kiev alcanzó el memorial de Babi Yar, donde las tropas de ocupación nazis en la Segunda Guerra Mundial masacraron a casi toda la población judía de la capital, demostrando, a su juicio, lo poco que Rusia sabe sobre Ucrania.
“No saben nada sobre Kiev, sobre nuestra historia”, dijo Zelenski. “Pero tienen órdenes de borrar nuestra historia, de borrar nuestro país, de borrarnos a todos”. Zelenski urgió a los gobiernos de la UE a apoyar la entrada inmediata de Ucrania en el bloque.
El avance ruso se ha encontrado con una resistencia más feroz de lo que Moscú parecía esperar. Observadores de EEUU señalan que el largo convoy ruso que se dirige a Kiev por el norte parece haberse estancado, obstaculizado por problemas logísticos que incluyen escasez de alimentos y combustible. Varias fuentes apuntan a que algunos efectivos tienen la moral baja.
Pero expertos militares se han mostrado preocupados por la posibilidad de que Rusia esté cambiando sus tácticas, confiando en artillería pesada y bombardeos aéreos como los que desplegó en Chechenia y Siria para pulverizar los centros urbanos y aplastar las fuerzas de la resistencia. El primer ministro británico, Boris Johnson, calificó de “crímenes de guerra” las acciones de los rusos.
Con su fuerza aérea muy superada numéricamente, Ucrania ha pedido a la OTAN establecer una zona de exclusión aérea sobre el país, una petición que los gobiernos occidentales se muestran reacios a considerar debido al riesgo que supondría llevar a la alianza a un conflicto armado con la mayor potencia nuclear del mundo.
No a la zona de exclusión aérea
El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, descartó este miércoles establecer una zona de exclusión aérea, asegurando que “esto llevaría a una guerra contra Rusia en toda Europa”, pero también evitaría que los pilotos ucranianos puedan tener como objetivo a las fuerzas rusas desde el aire, lo que daría ventaja a las tropas terrestres y los tanques rusos.
El presidente ruso provocó una condena global al ordenar la invasión de Ucrania el pasado jueves 24 de febrero, y Occidente ha respondido con sanciones destinadas a expulsar a la economía rusa del sistema financiero global y forzar a las compañías internacionales a cortar sus lazos con el país agresor.
Las medidas han provocado que el rublo caiga a mínimos históricos y hacen que crezca la perspectiva de que se produzca una fuerte recesión en Rusia. China, sin embargo, afirmó este miércoles que no se uniría a las sanciones económicas impuestas por Occidente. Guo Shuqing, presidente de la Comisión Reguladora de Bancos y Seguros de China, aseguró que Pekín mantendría “intercambios financieros y económicos regulares” con todas las partes.
Estados Unidos se ha sumado a la decisión de la UE y Canadá de cerrar el espacio aéreo a los aviones rusos y el Departamento de Justicia se ha puesto como objetivo confiscar yates, apartamentos de lujo y jets privados a millonarios rusos vinculados a Putin. Mientras, el gigante logístico alemán DHL anunció que suspendía los envíos a Rusia y se sumaba a la larga lista de multinacionales, entre las que se encuentran Exxon Mobil, BP, Shell, Boeing, Ford, Apple y Google, que han abandonado el mercado ruso.
Las sanciones ya están causando problemas a las compañías rusas. Sberbank, el mayor banco ruso, ha anunciado que se retira del mercado europeo porque filiales del grupo se enfrentan a una salida anormal de fondos.
Los diplomáticos de la UE también han aprobado nuevas sanciones contra Bielorrusia por su apoyo a Rusia en la invasión, con el objetivo “de golpear algunos sectores, particularmente el de la madera, el acero y el de productos de cloruro de potasio.
Traducción de elDiario.es
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