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Salud

Qué es el virus de Marburgo y qué se sabe del posible brote que habría causado ocho muertes en Tanzania

Esta región ya fue en 2023 escenario de otro brote de Marburgo, el primero experimentado por Tanzania, con al menos nueve casos (ocho confirmados y uno probable) y seis muertos.

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Ocho personas murieron en un posible brote de la enfermedad del virus de Marburgo en la región de Kagera, noroeste de Tanzania, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En un comunicado emitido el martes, la OMS) alertó de que el riesgo de una mayor expansión de la enfermedad mortal por el país y la región es alto, pero el Gobierno tanzano no comentó aún el comunicado de la citada entidad.

La agencia de salud de la ONU dijo que había informado este lunes a sus Estados miembros de un posible brote de la enfermedad del virus de Marburgo en la región de Kagera, Tanzania.

“Estamos al tanto de nueve casos hasta el momento, incluidas ocho personas que han muerto. Esperamos más casos en los próximos días conforme mejora el monitoreo de la enfermedad”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, mediante una publicación en redes sociales y añadió: “La OMS ha ofrecido asistencia total al Gobierno de Tanzania ya las comunidades afectadas”.

En marzo de 2023, las autoridades sanitarias de Tanzania anunciaron que un brote de la enfermedad del virus de Marburgo que había matado a cinco personas en la región de Kagera estaba bajo control.

Según la OMS, la enfermedad zoonótica hemorrágica altamente mortal está causada por el virus de Marburgo, cuya transmisión entre humanos se produce a través del contacto directo con fluidos corporales de personas infectadas o tocando equipos y otros materiales con sangre o tejidos infecciosos, fluidos corporales de personas infectadas y superficies o materiales contaminados.

El virus de Marburgo

Datos y cifras

  • La enfermedad por el virus de Marburgo (EVM), anteriormente conocida como fiebre hemorrágica de Marburgo, es una enfermedad grave y a menudo mortal que afecta a los seres humanos.
  • La tasa media de letalidad de la EVM ronda el 50%. En brotes anteriores, esta tasa ha oscilado entre el 24% y el 88%.
  • La atención de apoyo con rehidratación y un tratamiento sintomático mejoran la supervivencia.
  • Actualmente no existen vacunas ni tratamientos antivíricos aprobados para la EVM; sin embargo, distintas vacunas y tratamientos farmacológicos se encuentran en fase de desarrollo.
  • Se considera que el huésped natural del virus de Marburgo es el Rousettus aegyptiacus, un murciélago frugívoro de la familia Pteropodidae. El virus se transmite de estos murciélagos al ser humano y se propaga a través de la transmisión de persona a persona.
  • La implicación comunitaria es fundamental para controlar con éxito los brotes.

Panorama general

El virus de Marburgo y el virus Ravn, que pertenecen a la especie Orthomarburgvirus marburgense, son los agentes causantes de la enfermedad por el virus de Marburgo, una enfermedad con una tasa de letalidad de hasta el 88% que, sin embargo, puede disminuir notablemente si el paciente recibe la debida atención de manera temprana.

Ambos virus forman parte de la familia Filoviridae (filovirus), a la que pertenece el género Orthoebolavirus. Aunque los virus que las causan son diferentes, las enfermedades del Ébola y por el virus de Marburgo son clínicamente similares. Ambas enfermedades, consideradas raras, pueden provocar brotes con altas tasas de letalidad.

La EVM se identificó por vez primera en 1967, después de que se produjeran dos brotes simultáneamente en Marburgo y Fráncfort (Alemania) y en Belgrado (Serbia). Esos brotes se asociaron al trabajo en laboratorios con monos verdes africanos (Cercopithecus aethiops) importados de Uganda. Posteriormente, se han notificado brotes y casos esporádicos en Angola, la República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Ghana, Guinea, Kenya, Sudáfrica (en una persona que recientemente había viajado a Zimbabwe), Tanzanía y Uganda. En 2008, se notificaron dos casos independientes en viajeros que habían visitado una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus aegyptiacus en Uganda.

Transmisión

Inicialmente, la infección por la EVM en personas es el resultado de una exposición prolongada a minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos frugívoros Rousettus.

Una vez el virus ha pasado a la población humana, la transmisión se produce por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos orgánicos de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.

Es frecuente que trabajadores de la atención de la salud que tratan a pacientes que se sospecha o se ha confirmado que han contraído esta enfermedad también se infecten con la EVM como consecuencia del contacto estrecho sin las debidas precauciones en materia de control de las infecciones. La transmisión a través de equipos de inyección contaminados o de lesiones ocasionadas por pinchazos con agujas se asocia a una forma más grave de la enfermedad, un deterioro rápido y, posiblemente, una mayor tasa de letalidad.

También pueden contribuir a la transmisión del virus las ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto.

Las personas no transmiten la enfermedad mientras no sean sintomáticas, y seguirán siendo infecciosas mientras el virus continúe estando presente en la sangre.

Síntomas de la EVM

El periodo de incubación (es decir, el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días.

La EVM empieza bruscamente, con fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar, así como con frecuentes dolores musculares. Al tercer día pueden aparecer diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. Se han notificado erupciones cutáneas que no producen picor en pacientes entre dos y siete días después del inicio de los síntomas.

A partir del quinto día de la enfermedad, los pacientes pueden presentar manifestaciones hemorrágicas, incluida la presencia de sangre fresca en los vómitos y las heces o hemorragias en la nariz, las encías y la vagina. También puede haber sangrado en los puntos de venopunción (a través de los cuales se obtiene acceso intravenoso para administrar líquidos u obtener muestras de sangre). La afectación del sistema nervioso central puede provocar confusión, irritabilidad y agresividad. Se han descrito asimismo casos ocasionales de orquitis (inflamación de uno o ambos testículos) en la fase tardía de la enfermedad.

En los casos mortales, el óbito suele producirse entre ocho y nueve días después del inicio de los síntomas, generalmente precedido de grandes pérdidas de sangre y de choque.

Diagnóstico

Desde un punto de vista clínico, puede resultar difícil distinguir la EVM de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la sigelosis, la meningitis u otras fiebres hemorrágicas víricas. Para confirmar que la causa de los síntomas es el virus de Marburgo se emplean los siguientes métodos de diagnóstico:

  • ensayo de inmunoadsorción enzimática (ELISA) para la detección de anticuerpos
  • pruebas de detección de antígenos
  • reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR)
  • aislamiento del virus por cultivo celular en laboratorios de máxima contención.

El manejo de muestras obtenidas de los pacientes entraña un peligro biológico extremo; las pruebas analíticas con muestras no inactivadas deben realizarse en condiciones de máxima contención biológica. Todas las muestras biológicas no inactivadas deben empaquetarse utilizando el sistema de triple envasado para su transporte nacional o internacional.

Tratamientos y vacunas

Un tratamiento de apoyo temprano e intensivo, en particular la rehidratación y el tratamiento de síntomas concretos, puede mejorar la supervivencia.

Actualmente, no hay vacunas o tratamientos antivíricos aprobados para la EVM.

Existen anticuerpos monoclonales y antivíricos candidatos, así como vacunas candidatas que pueden evaluarse en ensayos clínicos.

El virus de Marburgo en los animales

Se considera que los huéspedes naturales del virus de Marburgo son los murciélagos Rousettus aegyptiacus. Estos murciélagos frugívoros no padecen una forma detectable de la enfermedad; en consecuencia, la distribución geográfica del virus de Marburgo podría coincidir con la de estos animales.

Los monos verdes africanos (Cercopithecus aethiops), importados de Uganda, fueron la fuente de infección humana durante el primer brote de EVM.

La inoculación experimental en cerdos con diferentes especies de Orthoebolavirus reveló que estos pueden infectarse por filovirus y eliminar el virus de su organismo. Por ese motivo, debería considerarse a los cerdos como un huésped con capacidad para amplificar los brotes de EVM. En las explotaciones porcinas de África deben adoptarse medidas preventivas para evitar que los cerdos se infecten a través del contacto con murciélagos frugívoros.

Prevención y control

La implicación comunitaria es fundamental para controlar cualquier brote. Las actividades de control de brotes se basan en la aplicación de una serie de medidas relacionadas, entre otros aspectos, con el manejo de los casos, la vigilancia y el rastreo de contactos, unos buenos servicios de laboratorio, la prevención y el control de las infecciones en los establecimientos de salud, unas inhumaciones seguras y dignas y la movilización social.

Se puede reducir eficazmente la infección humana creando conciencia acerca de los factores de riesgo de la EVM y de las medidas que se pueden adoptar a título individual.

Los mensajes orientados a la reducción del riesgo deberían centrarse en distintos factores:

  • La reducción del riesgo de transmisión del murciélago al ser humano como consecuencia de una presencia prolongada en minas o cuevas que albergan colonias de murciélagos frugívoros. Las personas que visitan estos lugares o trabajan en ellos deberían usar guantes y vestir otras prendas de protección adecuadas, incluidas mascarillas. Durante los brotes, deben cocinarse bien todos los productos animales, como la sangre y la carne, antes de consumirlos.
  • La reducción del riesgo de transmisión de persona a persona en la comunidad por contacto directo o estrecho con pacientes infectados, especialmente con sus líquidos orgánicos. Hay que evitar el contacto físico estrecho con pacientes con la EVM. Debe aislarse en un centro de tratamiento designado a tal efecto a los pacientes que se sospeche han contraído la EVM o se haya confirmado que la han contraído para que reciban atención temprana y se evite la transmisión en el hogar.
  • Las comunidades afectadas por la EVM deben hacer lo posible por informar debidamente a la población acerca de la naturaleza de la enfermedad y de las medidas necesarias en materia de contención de los brotes.
  • Las medidas de contención de los brotes incluyen la inhumación segura y digna de los fallecidos, la identificación de las personas que puedan haber estado en contacto con una persona infectada por la EVM y su seguimiento durante 21 días, las medidas para separar a las personas enfermas y evitar que la enfermedad se siga propagando y la atención de los enfermos confirmados y el mantenimiento de una buena higiene y limpieza del entorno.

Control de las infecciones en los entornos de atención de la salud

Los trabajadores de la atención de la salud deben siempre adoptar precauciones generales al atender a los pacientes, con independencia del posible diagnóstico. Estas precauciones incluyen la higiene de las manos, la higiene respiratoria, el uso de equipos de protección personal (para evitar salpicaduras y el contacto con material infectado), las prácticas de inyección seguras y unas inhumaciones seguras y dignas.

Los profesionales de la salud que atiendan a pacientes que han contraído o podrían haber contraído la EVM deben aplicar medidas adicionales de control de las infecciones para evitar el contacto con la sangre y los líquidos orgánicos del paciente y con superficies o materiales contaminados, como ropa de vestir y de cama.

El personal de laboratorio también se encuentra en situación de riesgo. Las muestras tomadas de personas y animales para investigar la infección por la EVM deben ser manipuladas por personal capacitado y procesadas en laboratorios debidamente equipados.

Atención a los supervivientes de la EVM 

Todos los supervivientes, sus parejas y sus familias merecen ser tratados con respeto, dignidad y compasión. La OMS no recomienda aislar a los convalecientes cuyos análisis de sangre hayan dado negativo para el virus de Marburgo. Los supervivientes de la EVM podrían sufrir secuelas tanto clínicas como psicológicas. La OMS anima a los países afectados a que consideren la posibilidad de establecer un programa de atención a los supervivientes a fin de aliviar las secuelas, apoyar la reintegración en la comunidad y ofrecer asesoramiento y pruebas biológicas.

Se sabe que, en el caso de algunas personas que se han recuperado, el virus de Marburgo pervive en emplazamientos inmunoprivilegiados, como los testículos o el interior del ojo. Si extrapolamos los datos relativos a otros filovirus, el virus puede pervivir en la placenta, el líquido amniótico y el feto de las mujeres infectadas durante el embarazo y en la leche materna de las mujeres infectadas durante la lactancia. Aunque la enfermedad sintomática recurrente en ausencia de reinfección en las personas que se han recuperado de la EVM es un evento raro, hay casos documentados. Los motivos de este fenómeno siguen siendo objeto de estudio.

Se ha documentado transmisión del virus de Marburgo a través de esperma infectado hasta siete semanas después de la recuperación clínica. Para mitigar el riesgo de una posible transmisión por exposición a esperma infectado, debería ponerse en marcha un programa de análisis del esperma con el objetivo de:

  • ofrecer asesoramiento a los hombres supervivientes de la EVM y a sus parejas sexuales, según sea necesario, para informarles de los posibles riesgos y prestarles apoyo a fin de que adopten prácticas sexuales más seguras (incluida la distribución de preservativos y una buena higiene personal y de manos); y
  • ofrecer análisis mensuales de esperma hasta que se obtengan dos resultados negativos consecutivos.

Tras dos resultados negativos consecutivos, los supervivientes de la EVM pueden reanudar sus prácticas sexuales normales de manera segura con un riesgo mínimo de transmitir el virus de Marburgo. En ausencia de un programa de análisis del esperma, los supervivientes masculinos deberían optar por unas prácticas sexuales más seguras durante 12 meses.

Respuesta de la OMS

La OMS tiene como objetivo prevenir los brotes de EVM, para lo cual mantiene la vigilancia de la enfermedad y presta apoyo a los países en situación de riesgo para que formulen planes de preparación. El siguiente documento contiene una serie de orientaciones generales para el control de los brotes de las enfermedades por los virus del Ébola y de Marburgo:

Cuando se detecta un brote, la OMS responde prestando apoyo en materia de vigilancia, implicación comunitaria, manejo de los casos, servicios de laboratorio, prevención y control de las infecciones, apoyo logístico y capacitación, así como proporcionando asistencia para unas prácticas de inhumación seguras.

Con información de agencias y la OMS.

IG

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