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DESDE LEJOS, CERCA

¿El calor nos vuelve peores personas?

Cuando hace mucho calor, nos demoramos mucho más en hacer cualquier cosa, el cerebro parece ir lento y nos cuesta más procesar la información.
17 de febrero de 2025 06:19 h

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Si en esos días de calor de la semana pasada tuviste la sensación que el mundo se movía en cámara lenta y que tenías que hacer 10 veces el esfuerzo normal para concentrarte y hacer las cosas, sabé que no es una sensación, es una realidad: el calor nos afecta mucho más de lo que imaginamos. Hay bastante evidencia que prueba que estos calores intensos pueden influir en la manera en que tomamos decisiones, y que nos vuelven más irracionales y agresivos.

Cuando hace mucho calor, nos demoramos mucho más en hacer cualquier cosa, el cerebro parece ir lento y nos cuesta más procesar la información. Así lo demostraron un grupo de investigadores en un experimento en donde diferentes grupos tomaban exámenes en distintas condiciones: algunos en una habitación con temperatura ideal y otros en una calurosa. Les pidieron hacer diferentes cosas, una de ellas era identificar errores de tipeo en un texto. Quienes estaban en la sala más fresca lograban detectar más errores. Otra prueba, era elegir qué plan de teléfono celular les convenía más. Los más acalorados tendían a ir por la peor opción. Así que ya sabés, evita tomar decisiones esos días.

“El calor puede afectar nuestro rendimiento cognitivo”, explica Cora Luguercho, presidenta de la Asociación de Psiquiatras de Argentina, que trabaja temas de salud mental ambiental. Y agrega, “además, genera mayor irritabilidad y malestar psicológico, entre otras cosas”. Y es que tener calor hace que estemos molestos por algo, y esa molestia nos quita ancho de banda mental de lo que estamos haciendo. Pero no es la única manera en la que afecta nuestra capacidad de razonar, también influye en la calidad de nuestro sueño y eso tampoco nos ayuda.

Un estudio que se hizo en Indonesia analizó la relación entre el calor nocturno y la toma de decisiones. Los investigadores seleccionaron zonas con climas parecidos pero que habían tenido diferentes temperaturas durante la noche anterior. A través de una serie de encuestas, vieron que las personas que habían pasado una noche más calurosa -lo que generalmente implica un peor descanso- mostraban patrones de decisión más irracionales. Por ejemplo, eran más impacientes y preferían recompensas inmediatas, aunque fueran más pequeñas, en vez de esperar y tener mayores beneficios. Preferían algo más chico mientras fuera más rápido. El calor, la falta de sueño, todo influye para ponernos irritables, queremos resolver rápido para pasar a otra cosa.

Esa irritabilidad tiene otros efectos también, uno muy común es volvernos más agresivos, saltamos más fácil. Dar una vuelta por las redes sociales en uno de esos días de pico de calor histórico nos puede dar una idea del impacto que tiene. Y eso es justamente lo que hizo un grupo de investigadores, que analizaron los datos de X -cuando aún se llamaba Twitter- en la Argentina. Tomaron un gran volumen de datos, alrededor de 80 millones de tweets, posteados entre 2017 y 2022 y analizaron las palabras que se usaban para ver qué tipo de sentimientos expresaban. Al mismo tiempo, tomaron los datos de la temperatura que hacía en cada lugar. Lo que encontraron, es que el calor aumentaba la cantidad de tweets con lenguajes más negativos y agresivos. “El sentimiento negativo promedio expresado en los tweets aumenta los días de calor en Argentina, al igual que las groserías. Por ende, se puede deducir que la gente se siente peor los días de calor extremo y también hay más agresión en las redes sociales en esos días”, explica Mariana Conte Grand, economista senior del Banco Mundial y docente de UCEMA, una de las autoras del estudio, junto con José Daniel Aromi, Mariano Rabassa y Julie Rozenberg.

Los aumentos de la agresividad no son solo virtuales, algunos estudios que se hicieron sobre los delitos violentos también muestran esta tendencia, aumentan cuando hay días de más calor que lo habitual. En la misma línea, un análisis hecho en los Estados Unidos con datos de más de 15 años de distintos delitos violentos, muestra que tienden a aumentar durante el verano.

 Las consecuencias que tiene el calor sobre nosotros son de por sí un problema. Y a eso se suma el proceso de cambio climático, con el aumento de los calores extremos. El 2023 era el año más caluroso del que se tenga registro, hasta que fue superado por el 2024. “No podemos separar los efectos que tiene el calor de la situación que vivimos de crisis climática, con una pérdida de biodiversidad y aumento de la contaminación que vuelven los ambientes menos habitables y tiene efectos sobre nuestra salud mental”, explica Luguercho. Y estos efectos no impactan en todos por igual. Quienes pueden aislarse del calor con aire acondicionado o están cerca de grandes espacios verdes que ayudan a regular la temperatura corren con una gran ventaja.

El calor tiene todo tipo de efectos sobre nuestros cerebros, desde volvernos un poco más lentos e irracionales, hasta irritarnos y volvernos más agresivos. Dado el camino por el que vamos, más vale que desarrollemos más estrategias para adaptarnos y mitigar sus efectos, porque si este verano estuvo intenso quién sabe cómo serán los que vienen.

OS/MF

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