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Opinión

Caso Brieger: una cobertura mediática a fuego lento

Pedro Brieger, periodista acusado de acoso sexual.

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Hay algunos fuegos que no se prenden enseguida. Van encendiéndose de a poco y en silencio hasta que estallan. El caso del periodista de internacionales Pedro Brieger, denunciado por acoso sexual, tuvo un comienzo de estas características. No se volvió inmediatamente una llamarada como suele pasar con algunos temas que rápidamente se amplifican en las redes sociales y los medios de mayor alcance. Necesitó antes ganar un volumen suficiente para que no quedara otra opción más que mirar. 

Empezó con un tuit. En octubre de 2023, el periodista de Clarín Alejandro Alfie publicó en X una nota que involucraba a Brieger por otro asunto. La periodista Cecilia Guardati le respondió, contándole que había sido acosada por él. Ocho meses después, Alfie eligió la misma red social para dar a conocer los casos de otras cuatro mujeres que se animaron, como ella, a contar que también fueron acosadas sexualmente por él. Días antes, Alfie había usado esa red para anticipar la información y dejar en suspenso el nombre del denunciado. 

Así, el canal de publicación de la noticia fue una red social y no el diario en el que trabaja hace más de 15 años Alfie, que tomó la decisión de no hacerse eco de esa información hasta que el tema escaló y fue tomado por sus competidores. Según explicó el periodista en declaraciones a otro medio, el motivo de la no publicación en Clarín fue la inexistencia de una denuncia judicial contra Brieger y su amenaza de iniciar acciones legales, más allá de que ese no suele ser un criterio de publicación consistente al interior del propio medio. Alfie eligió entonces subirlo a su cuenta personal en la que tiene más de 20.000 seguidores.  

Esta red no es una de las más populares en el país, en comparación con otras como Facebook, Instagram y, cada vez más, TikTok. Pero los mensajes que ahí se amplifican pueden posicionar un tema en la conversación pública dado que los medios y las redes se retroalimentan entre sí. En este caso, aunque las repercusiones del mensaje inicial no fueron inmediatas, en los últimos días, “Pedro Brieger” fue tendencia en X. La viralización permitió, en lo concreto, que más mujeres sumaran sus testimonios para pasar de 5 a 19 casos, un número que hoy sigue en aumento. Como explica Natalia Aruguete, especialista en medios y redes: “X es una red muy efectiva por su impacto político-comunicacional y también por la capacidad de viralización que tiene este tipo de mensajes, a diferencia de la que podría tener en un formato más institucionalizado”.

Los medios de mayor alcance esperaron para salir. Esto no suele ser muy usual en la práctica periodística digital, sobre todo en tiempos en los que las métricas tienen cada vez más peso. El día en que se publicó el hilo con los primeros cinco casos, solo dos medios dieron la noticia: el portal de la revista Pronto y elDiarioAR, que siguió la evolución del tema de cerca . Pasaron  algunos días hasta que el tema comenzó a ser reflejado en algunas radios como Radio con vos y Neura, y en portales como Perfil (también en Revista Noticias y Exitoina, del mismo medio). Más tarde, lo publicaron: El Destape Web, Radio Continental, Tiempo, Futurock, Filo news, Corta, La Nueva Mañana (Córdoba) y Rosario3.com (Santa Fe), entre otros.  

La viralización tuvo como primer correlato concreto que Brieger fuera apartado de C5N y Radio 10 y después, de Radio La Red. Recién el 27 de julio, La Nación, el tercer medio digital de mayor alcance en el país publicó la noticia. Más tarde, su apartamiento de la UBA, donde era docente, también fue publicado por ese medio. 

El punto que terminó de encender la cobertura fue la presentación que hizo Periodistas Argentinas en el Senado el martes de esta semana. El colectivo reunió 19 testimonios y difundió un informe que fue comunicado por sus protagonistas. Esto resultó un parteaguas a nivel comunicacional. Los medios más consumidos salieron de la espera. Entre ellos, Infobae y, recién casi 10 días después del primer tuit, el propio diario Clarín. Alfie, que hasta ese momento había posteado de manera individual en su perfil de X, escribió finalmente una nota nombrando al medio en el seguimiento del caso, en términos más institucionales. El tema ya era trending en las redes y había marcado un pico en las búsquedas de Google. 

Medios nuevos, problemas viejos

Las denuncias presentadas se refieren a un período que va desde 1994 hasta 2019. En ese lapso, se transformó de manera radical la producción, la circulación y el consumo de las noticias. Sin embargo, las desigualdades continúan vigentes. La última encuesta de SiPreBA mostró que casi el 60% de puestos de trabajo en prensa están ocupados por varones, las mujeres son menos en los sectores con mejores condiciones laborales y el 23% tiene salarios inferiores a los de sus compañeros. Sobre esto, la periodista e investigadora Lorena Retegui explica: “Quienes ingresaban a una redacción de diario hace 20, 25 años podían observar que no había prácticamente mujeres. Si había estaban en sectores administrativos, o como redactoras en algunas secciones ‘blandas’ o de ‘nichos feminizados’, pocas a cargo de asuntos públicos, y pocas o ninguna en puestos directivos. Hoy la presencia de mujeres ha crecido cuantitativamente en las redacciones, pero sobrevive una cultura androcéntrica, con brechas de género en las relaciones sociolaborales”.

La precarización agudiza las desigualdades de género. Al miedo por denunciar, a que no se crea o se minimice el testimonio (que en algunos de los casos, de hecho, es lo que pasó), se suma el miedo a perder el trabajo y, sobre todo, a ser atacada en las redes, algo que en el último tiempo ha escalado en todo el mundo.

¿Y la justicia?

En el informe, las periodistas piden una serie de medidas reparatorias por fuera del ámbito judicial. “Se parte de una premisa de que la justicia es patriarcal, idea que se agudiza en el contexto actual. Entonces, se está apuntando mucho más a una condena pública y social que a un tipo de condena más tradicional, porque, en definitiva, es más rápida y provoca, al menos, un efecto esperado”, explica la investigadora en estudios de género Paola Ingrassia.

Frente a la embestida contra las políticas de género, la deslegitimación del periodismo en general y de los movimientos de mujeres, en particular, “El desafío, entonces, es cómo hacer justicia para estos casos”, dicen las periodistas. No elegir un ámbito que se dice sin política de género parece haber sido acá una alternativa posible para ser escuchadas. Sin embargo, sigue siendo fundamental preservar los logros conseguidos en materia de género y profundizar en la búsqueda de políticas públicas que apunten a erradicar las violencias, sin que tengamos que ser cada vez más para que sea inevitable ver.

La autora es investigadora del Centro ICEP-UNQ

CGW/DTC

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