Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Opinión

Memoria y presente: detrás de la represión siempre hay un proyecto colonial

El embajador de EEUU, Robert C. Hill (extremo izquierdo) en un acto junto a Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera
23 de marzo de 2025 18:14 h

0

Hay algo circular en la historia de la dependencia que debemos recordar en fechas como esta… Detrás de las guerras fratricidas del siglo diecinueve, del horror y la tortura de la dictadura genocida, detrás de la represión y el hostigamiento de hoy, existió siempre un proyecto político-económico. Hemos denominado semejante proyecto de distintas formas durante los últimos tres siglos porque, lógicamente, han cambiado las circunstancias y los actores.

Mucho tiempo hablamos, acertadamente, de modelo librecambista, oligárquico, neoliberal. Aunque aún nos falta un término adecuado para describir la monstruosidad económica plutocrática del régimen anarcocapitalista, sigue en la misma línea. Hay un núcleo doctrinal detrás de todas estas nominalizaciones que implica la supremacía del dinero sobre la sociedad.

Sin embargo, existe una capa más profunda que las definiciones que describen determinada política económica no necesariamente reflejan. Me refiero al carácter colonial de todos esos proyectos. En todos los casos, nuestras élites locales aceptaban obscenamente actuar como peones de poderes internacionales para conservar sus privilegios.

La subordinación de las élites locales —económicas, militares, políticas y judiciales— al poder internacional —representado por las acciones imperialistas angloamericanas, estrechamente relacionadas con la desposesión económica que practican los monopolios internacionales— es la nota fundamental de los proyectos antipopulares. Esto sucedió antes, esto sucede ahora.

La violación a los derechos humanos, los golpes de Estado y la persecución de los dirigentes populares nunca han sido un fin en sí mismo, sino el medio para imponer un proyecto. Desde luego, se trata de procedimientos sádicos e inhumanos que ofenden la conciencia humana por sí mismos, pero han sido siempre medios. No debemos olvidar esto.

Walsh lo decía con claridad: “Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.”

Estas políticas económicas —dice Walsh—, “dictadas por el Fondo Monetario Internacional [...] sólo reconocen como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales”. El Fondo Monetario Internacional es el instrumento “moderno” para la aplicación de la Doctrina Monroe, que establece que nuestra patria grande debe ser el patio trasero de los Estados Unidos. Tal doctrina se actualiza con los reiterados momentos de división de “esferas de influencia” entre las grandes potencias. Pasó en Yalta, está pasando hoy.

La geopolítica terrorista que el Estado norteamericano promovió tantas veces en la historia siempre giró en torno a un eje estratégico: mantener a Latinoamérica en situación permanente de dependencia y dominación. Los métodos fueron variando, pero el objetivo ha sido el mismo.

El desarrollo táctico y la ejecución operativa de tal agenda están demostrados por la historia: el rol de la Foreign Office y Lord Ponsonby, Truman y Braden, Kissinger y el Plan Cóndor, Bush y el ALCA, Trump y el FMI… todo eso está ampliamente probado por los propios documentos desclasificados en EE.UU. y los diversos leaks de los últimos años.

Todos los períodos en los que las masas populares y sus líderes lograron encarar proyectos patrióticos de soberanía política e independencia económica fueron fieramente atacados por estos poderes: Manuel Dorrego, Rosas, Yrigoyen, Perón y Evita, Néstor y Cristina Kirchner; también, aunque en mucha menor medida, Frondizi, Illia y Alfonsín.

Naturalmente, la reciente prohibición de ingreso a los EE.UU. a Cristina Fernández de Kirchner se inscribe en esta constante histórica. Es, como describió acertadamente un periodista del diario Clarín, una ayuda al gobierno colonial de Javier Milei contra su principal enemiga, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El próximo gesto será menos simbólico: un nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional. El Sísifo argentino tendrá que cargar varias toneladas más que el imperialismo pone sobre nuestras espaldas para que, al igual que Macri, Milei tenga un tiempito más para entregar nuestros recursos estratégicos y engrosar las cadenas de la dominación.

En efecto, todos estos favores a los gobiernos proimperialistas no son gratuitos, no son devoluciones de cortesía, no son muestra de simpatía: son mecanismos de entrega y dominación político-económica. El imperialismo —estatal y corporativo— viene a imponer un nuevo ciclo de endeudamiento, extracción y descapitalización de nuestro país que, por sus siglas, podemos denominar un Nuevo ALCA:

  • Alimentos y productos primarios
  • Litio, minerales y tierras raras
  • Combustibles y fuentes de energía
  • Agua, recursos marítimos y acceso a la Antártida

Lo han expresado sin tapujos distintos diplomáticos y militares norteamericanos en actos con Javier Milei, donde se anunció la entrega de nuestros pasos al continente antártico o nuestras vías fluviales estratégicas. En actos de este estilo, además de aprobar abiertamente un nuevo estatuto del coloniaje, el alineamiento automático de nuestro país con Estados Unidos en las Naciones Unidas nos coloca como un enclave diplomático de la gran potencia.

Es dable destacar que los múltiples viajes de Milei a los EE.UU. lo colocan, además, como bufón de la corte imperial. Nunca un argentino humilló de tal forma la investidura presidencial, lamiendo en infinidad de viajes las botas de plutócratas y autoridades políticas. Se trata de una traición a la patria tan evidente que algún fiscal debería actuar de oficio. No va a suceder… lo que sí sucederá es otra constante histórica: Roma no paga traidores. Lo van a usar, lo van a tirar. Para un ejemplo contemporáneo, véase lo ocurrido con Zelensky.

Es coherente con esta historia de dominación que las instituciones que supervisan el cumplimiento de la doctrina de subordinación del patio trasero y primacía de los intereses geopolíticos y económicos imperiales incentiven la aplicación de mecanismos represivos y persecución político-mediático-judicial contra quienes sostenemos un proyecto independiente, soberano, justo y humano; diplomáticamente multipolar, geopolíticamente latinoamericanista y económicamente autónomo.

Nuestra tarea, en un día de lucha por la memoria, la verdad y la justicia, es recordar junto a Walsh quiénes son las verdaderas víctimas del peor crimen de los entreguistas: el pueblo, entregado a las peores calamidades y sufrimientos —la miseria planificada, la destrucción de sus niños, la creciente exclusión, el caos permanente, el avance de narcoestructuras. La tarea, entonces, es sostener las banderas de los que nos precedieron en la lucha con unidad y coherencia, para reconstruir una Argentina Humana.

Etiquetas
stats