Avanzan en la expropiación del boliche Cromañón y buscan convertirlo en espacio de memoria
La tragedia de Cromañón aún sigue doliendo, a casi 18 años de aquel fatídico 30 de diciembre de 2004 en el que murieron 194 jóvenes durante un incendio en el recital de la banda Callejeros. Hoy podría ser una jornada clave para el recuerdo de las víctimas, cuando se avance en el Congreso en la expropiación por parte del Estado del local, mientras sobrevivientes y familiares buscan convertirlo en un espacio de memoria colectiva.
Será uno de los temas principales en la sesión especial que este miércoles habrá en la Cámara de Diputados. Hay acuerdo político entre el oficialismo y la oposición para que la Cámara baja le dé media sanción a la expropiación del edificio ubicado en el barrio porteño de Once. Hay expectativa para que el Senado vote la sanción definitiva pronto: se espera que ocurra antes del fin de las sesiones ordinarias, el 30 de noviembre.
En su redacción, el proyecto parlamentario tiene por objeto “declarar de utilidad pública y sujeto a expropiación el inmueble sito en la calle Bartolomé Mitre número 3038/3078, entre Ecuador y Jean Jaures, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, predio popularmente conocido como ‘República Cromañón’”, que está ubicado en las inmediaciones de la Estación Once del ferrocarril Sarmiento. Por pedido de los familiares, también se sumó a la expropiación la parcela lindera a Cromañón sobre Jean Jaures número 51, lo que motivó la decisión de llamar a una convocatoria conjunta con la comisión de Presupuesto para contar con los informes de dominio incluidos.
Ese derrotero parlamentario se allanó ayer, con la presentación de los informes correspondientes y la posterior firma de despacho conjunto de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Presupuesto. La semana pasada, la propia titular de Diputados, Cecilia Moreau, había recibido a sobrevivientes y familiares de las víctimas como muestra del compromiso del Gobierno para que avance la expropiación. Según trascendió, la iniciativa también cuenta con el aval de la propia Cristina Kirchner, por lo que estaría descontado su sanción definitiva en la Cámara alta.
“Hoy Cromañón es un testimonio inerte y frío de lo que fue la corrupción del país. La recuperación del inmueble le ocurre el manto de muerte y oscuridad que tiene encima”, consideró ante elDiarioAR uno de los sobrevivientes de aquella fatídica noche, quien pidió en off. Actualmente hay nueve organizaciones de víctimas y familiares de Cromañón, que una vez definida la expropiación discutirán qué se hará con el edificio.
Un espacio de memoria colectiva
La posibilidad con la expropiación es que lo que fue Cromañón se convierta en un espacio integral para la memoria colectiva similar a la ex ESMA. Podrían entonces convivir un museo y archivo, un centro cultural, un espacio de acompañamiento para víctimas y hasta un centro de alojamiento. Pero aún es un debate abierto. Desde las agrupaciones consideran que lo que ocurra en el Parlamento será un paso importante, ya que luego tendrán que batallar ante la ciudad de Buenos Aires por las distintas habilitaciones. “Esto es un poquito de la mínima deuda que tiene el Estado argentino con lo que ocurrió en Cromañón”, opinó la voz consultada.
Una de las dificultades que enfrentarán los familiares y sobrevivientes será el vaciamiento y reacondicionamiento del local dispuesto por Rafael Levy, quien era dueño del local, luego de que recuperara las llaves por parte de la Justicia. Según denuncian, el lugar fue vaciado y limpiado, luego de 14 años de abandono desde el 2004. Hasta entonces allí dentro se podían encontrar zapatillas y ropa de las víctimas, elementos personales y hasta huellas de los cuerpos sobre las paredes y el piso. Además de las 194 víctimas fatales, aquella noche hubo cientos de heridos. En total se estiman 4.500 los sobrevivientes.
“Cromañón era una escena de crimen, una escena donde sucedió una tragedia y estaba detenido en el tiempo”, dijo el sobreviviente que habló con este medio. Su intención es “por lo menos tener la oportunidad de contar la historia para las nuevas generaciones, para que no vuelva a suceder”.
En los fundamentos del texto de expropiación se argumenta que la necesidad de “conservar el predio como refugio de la memoria de lo ocurrido el 30 de diciembre del 2004, un espacio social donde circule la memoria colectiva y ayude a que las víctimas no se aíslen en un reclamo individual”. Además, destaca que se trata de una acción “para poder transformar el dolor en lucha, y a sembrar una memoria como pueblo, para que hechos como estos no ocurran nunca más”. La iniciativa fue impulsada principalmente por Paula Penacca, diputada de La Cámpora, de extrema confianza de Máximo Kirchner, y segunda en el bloque del Frente de Todos.
El proyecto del Congreso repite la propuesta presentada en varias oportunidades en la Legislatura porteña, donde nunca prosperó debido a la falta de acompañamiento del bloque oficialista de PRO. Con la expropiación, el Tribunal de Tasaciones de la Nación deberá fijar el valor de los bienes, mientras el Ejecutivo incluiría dicha partida en el Presupuesto.
MC
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