Chats frenéticos y amenaza de faltazos, la pelea detrás del acto de Alberto en la CGT
El viernes Alberto Fernández habló con Héctor Daer y acordó compartir, sobre la base del PJ que preside Fernández y de la CGT que co-conduce Daer, un acto por los 48 años de la muerte de Juan Domingo Perón. Horas antes, el sindicalista se había reunido en el Senado con Cristina Kirchner y un rato más tarde estaría en Mar del Plata para participar de la Semana Social que organizó, con el trasfondo de la polémica por los planes sociales, monseñor Jorge Lugones.
Al día siguiente, Fernández estaba rumbo a Alemania y Daer a punto de partir hacia Brasil, para un encuentro de gremios de servicios. Los dos viajaron convencidos de que la charla sobre el acto estaba sobre rieles y que no habría ruidos por delante. El presidente canceló, incluso, una propuesta inicial que le acercó Juan Manuel Olmos para hacer un encuentro con “cuadros” de todo el país en la quinta de San Vicente, donde vivieron Juan y Eva Perón en los '40.
Al final, quizá porque eso suponía pisar el territorio de Máximo Kirchner, que es el jefe del PJ bonaerense, Fernández priorizó lo charlado con Daer pero sin dimensionar un riesgo: que acordar con el dirigente de Sanidad no implica acordar con la CGT. Fue el acto que se dio por suspendido, que Casa Rosada nunca desactivó y que recién este miércoles, luego de mensajes y conversaciones, se reconfirmó aunque falta saber quienes estarán presentes el día viernes. Ceremonial de Presidente circuló invitaciones a gobernadores, ministros, intendentes, dirigentes sindicales y organizaciones sociales pero en Casa Rosada se preparan para eventuales faltazos, un poco por la interna CGT, otro poco porque el acto se armó a las corridas y estuvo cruzado por la polémica sobre si se hacía o no.
El martes, en paralelo a que elDiarioAr, contó el armado de la foto de familia en el salón Felipe Vallese, funcionarios de Presidencia llegaron a la sede cegetista en la calle Azopardo para armar la previa de un acto que ninguno de los presentes en CGT sabía que se haría. Estalló, entonces, el chat del Consejo Directivo de la CGT con quejas por el armado de ese encuentro sin un preaviso. Hubo, sobre todo, reproches por el modo en que Daer manejó el tema pero, de rebote, hubo esquirlas que alcanzaron al presidente.
Charla pendiente
“Hace un mes, la mesa chica estuvo con Alberto y ahí arreglaron hacer un acto por la muerte de Perón pero no se volvió a hablar. Hasta que aparecieron los de Presidencia en la CGT. Nadie entendía nada”, contó un dirigente cegetista que siguió el debate en la cima del consejo cegetista.
Así como primero se instaló el dato del acto que compartía Fernández con la cúpula sindical, gobernadores, intendentes y dirigentes de organizaciones sociales, al atardecer estalló la novedad inversa: que la “mesa chica” de la central, sin Daer -que está en Brasil- resolvió desactivar la convocatoria y rechazó la realización del acto.
Lo que vino después tuvo un poco de thriller y otro poco de novela. Desde Casa Rosada, aun con la versión circulada desde fuentes sindicales, se insistió con que el acto estaba en pie y se realizaría el viernes, a las 18 horas, tal como lo anticipó este medio. Desde Brasil, Daer habló con varios dirigentes para evitar un cisma que genere una crisis que, además, repercuta sobre el presidente. Matemática pura: a pesar de que el acto visibilizó una interna sindical, la víctima política de eso era Fernández.
Un rato antes, para sumar condimentos a la novela, Cristina Kirchner mandó a postergar para el sábado el acto que tenía previsto encabezar el viernes en Ensenada, con Mario Secco como anfitrión, también en el marco del aniversario por la muerte de Perón. La aparición responde a una lógica que contó elDiarioAr: la vice plantea aparición cada 15 días para meter temas en agenda, “decir lo que está mal” y buscar, según lo que dicen en el Patria, que Fernández tome medidas drásticas en el Gobierno.
Juego de roles
La “suspensión” temporal del acto tuvo muchas lecturas. Una fue lineal: un sector de la CGT bajó el acto para mandarle un mensaje de descontento a Fernández y, en paralelo, para hacerle un guiño a Cristina Kirchner. Un dirigente de buena relación con la vice no compra esa versión. “El 80% de los dirigentes de la CGT está mal con Cristina, y un 60% está mal con Alberto”, apuntó para sacar del escenario de hipótesis la variable de operaciones cruzadas. Más simple: es una factura a Daer por “cortarse solo”.
Otros tienen una visión más dura. “Hubo un poco de interna con Daer y otro poco de los muchachos que tienen un pie en el barco y otro en el muelle...”, apuntó una fuente cegetista que planteó que hay movimientos que se deben leer respecto a lo que los dirigentes ven de la interna en el Frente de Todos (FdT)
Pero ¿quiénes fueron los que, enojados con el dirigente de Sanidad, activaron para dar de baja un acto que era una pésima señal para Fernández?. Breve repaso: a la metralla de la vice en Avellaneda, luego se sumó una carta dura de los gobernadores y si, además, se le sumaba el rechazo de la CGT, el contexto era crítico para el Presidente.
La discusión fue casi logística, la idea de que Daer le prestó la CGT a Fernández que, como presidente del PJ, decidió hacer un acto el día del aniversario de la muerte de Perón. Todo, claro, sin consultas cruzadas. Fue por eso que cuando circuló la novedad, en el chat aparecieron quejosos. Se apuntó a Pablo Moyano pero el dirigente de Camioneros estaba, el martes, más enfocado en el conflicto que terminó con la muerte de un camionero en un piquete. Por eso, no se involucró en los chisporroteos por la realización del acto. A Moyano no le agradó lo que hizo Daer pero no estuvo entre los que agitó la versión de la suspensión.
“A nadie le gustó que Daer arme el acto con Alberto sin avisar pero por eso no se puede poner en un problema al Presidente. Las facturas con Daer se resolverán después pero el acto se hace”, apuntó una fuente sindical. En esa tarea, según reconstruyó elDiarioAr, intervinieron Gerardo Martínez de la UOCRA y Andrés Rodríguez de UPCN.
Más activos, en su enojo, estuvieron el otro secretario general de la CGT; Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), Sergio Romero de UDA, Carlos Frigerio de Cerveceros y Argentino Generio de Gastronómicos. Fueron los que hicieron circular su malestar y sobre lo que se montó la versión, luego desactiva, de que el acto no se haría. Hubo una solución si se quiere salomónica: el acto lo convoca el PJ que preside Fernández y se hace en en la sede de la CGT.
PI
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