Christian “Chipi” Castillo: “Milei pudo avanzar porque el peronismo lo está dejando hacer mucho”
El sociólogo Christian “Chipi” Castillo, docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de La Plata y diputado nacional del Frente de Izquierda, desde Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), reflexiona, entre otras cosas, sobre los primeros cien días del Gobierno de Javier Milei y el plan económico que está aplicando, la estrategia de la izquierda para movilizar a los sectores populares contra el ajuste y el papel del peronismo en la llegada del libertario el poder.
-Estamos viendo un gobierno que tiene más de cien días y lleva adelante un ajuste brutal, inédito, sobre salarios, jubilaciones, pone a prueba la paciencia social y, al mismo tiempo, si uno mira las redes de los libertarios, está la idea de que van ganando y hasta hablan de un horizonte de recuperación hacia fin de año. ¿Milei está logrando algo de lo que quiere? ¿No está logrando nada? ¿Cómo lo ves?
-Las dos cosas son ciertas. Está logrando hacer una licuación muy grande del poder de compra, de los salarios y de las jubilaciones. Eso es evidente. Y no está logrando el plan que tenía de máxima, que era apoyarse en el 56% para disciplinar al Parlamento de alguna forma y lograr que le voten la Ley Ómnibus primero y que le aprueben el DNU. Eso no lo logró y ahora está ensayando un nuevo estilo de gobierno, que veremos si lo logra concretar o no. Pero al tener el resorte de la política económica, con la devaluación y la continuidad de las medidas que tomó -la liberación de los precios de los combustibles, los alimentos, los medicamentos, y lo que se ha puesto en vigencia del DNU, la desregulación en ciertas áreas de la economía- todo eso le ha permitido avanzar en parte importante de su plan. En la primera parte del plan. Eso no significa que le alcance para su sueño del rebote en “V”, que tanto estamos leyendo en los medios. Porque si uno hace un paralelo con lo que fue el rebote parecido en el 2002, después de la gran devaluación de Remes, con licuación de salario y todo, y luego que empieza a crecer con Lavagna a partir de junio, más o menos, del 2002, ahora el problema es que tiene un dólar muy bajo. Entonces ese esquema en muchas áreas de la economía es muy duro y de algún modo prepara esta idea de competencia de monedas como base de la dolarización o como forma de la dolarización. Todavía eso no lo podemos saber, salvo estando en la cabeza de Caputo y de Milei, pero que es un esquema que favorece a las petroleras, al negocio minero. Es más contradictorio con los agroexportadores, aunque de conjunto hay un apoyo de la cúpula de la Sociedad Rural muy fuerte al gobierno. Es un esquema que va a complejizar y que ya lo está haciendo la vida a muchísima gente, porque la recesión con la cual intentan contener la inflación galopante que ellos mismos fogonearon en diciembre, en enero, en febrero y en este mismo mes, ya está provocando despidos, cierres de comercios, combinados con suba de tarifas. ¿Cuánto puede durar la paciencia social? Es una pregunta que se hace todo el mundo y que no creo que tengamos una respuesta. Sabemos que se van acumulando cosas, porque al menos una parte de los votantes de Milei, los menos convencidos ideológicamente, los que no venían de haber votado al PRO y que lo hicieron con bronca porque los defraudó el gobierno de Alberto Fernández o por muchos años de postergación, se están topando con la realidad de que no están viviendo mejor. Están viviendo peor y lo votaron a Milei para vivir mejor.
¿Cuánto puede durar la paciencia social? Es una pregunta que se hace todo el mundo y que no creo que tengamos una respuesta
-Milei llegó en tiempo récord a la Casa Rosada. De panelista a presidente en dos años. Con el voto de la mayoría en segunda vuelta. Y está la inevitable comparación con experiencias anteriores. En democracia, Macri y Menem. ¿Cómo lo podemos entender a Milei en la comparación? Porque llegó por el voto popular. También se podría comparar con la dictadura militar el programa económico. ¿Pero ves similitudes de Milei con Macri, con Menem?
-Tiene similitudes desde con el plan de Krieger Vasena de Onganía. Tiene aspectos de Martínez de Hoz, de Macri, de Menem. No es exactamente ninguno. Él tiene menos poder propio. Ahora tiene un momento de apoyo del núcleo central de la clase dominante. Eso se puede ver en las declaraciones de la AEA, la Asociación Empresaria Argentina, de la Amcham, de la UIA, de la Sociedad Rural, incluso de sectores que se ven perjudicados, pero por ahora las declaraciones institucionales han sido favorables al plan, a favor de la Ley Ómnibus. Sobre todo, lo que quieren es ver que no se pierda esta oportunidad. Entonces eso le da alguna fortaleza a un gobierno que tiene poca fortaleza institucional. Pero ese apoyo del capital financiero, los negocios especulativos, las grandes multinacionales que ven ahí una oportunidad para avanzar y para derrotar a la clase trabajadora, sacarle más conquistas, si empiezan a cambiar un poco más los aires, se va a ver que es un gobierno muy débil. Lo dijo Macri: es él, su hermana y las redes sociales. No es tan así porque tiene apoyo de gran capital atrás. Pero, por ejemplo, ahora estamos todos un poco tratando de pensar qué significa que se hayan tirado contra la postulación del juez Lijo la AmCham, IDEA. ¿Qué hay ahí? Será porque es muy trumpista. No creo que sea ese el problema. Pero como él juega con Trump y está Biden, quizá empieza algún chisporroteo por ahí.
Milei ha podido avanzar en esto porque el peronismo lo está dejando hacer mucho. Se opone en el Parlamento, pero no le da batalla en la calle
-Mencionaste el tema de la paciencia social y mencionaste a los votantes de Milei, que en muchos casos se vieron desengañados con el gobierno del Frente de Todos, votantes de clase baja, que además lo distinguen a Milei de Macri porque Macri nunca tuvo ese apoyo popular que logró Milei. Y desde antes de que Milei se presentara como candidato, ya se hablaba de que en un año el Gobierno iba a terminar, si Milei ganaba, con una Asamblea Legislativa. Esa hipótesis que planteaba que Milei no podía ser presidente, que no podía gobernar, todavía sobrevuela. ¿Cuál es la estrategia de la izquierda frente a un gobierno como el de Milei?
-Milei ha podido avanzar en esto porque el peronismo lo está dejando hacer mucho. Se opone en el Parlamento, pero no le da batalla en la calle. Cuando se trató la Ley Ómnibus movilizaron las asambleas barriales, la izquierda, algún otro movimiento social. Pero el peronismo no estuvo. Cuando fue la Asamblea Legislativa, de nuevo, ausentes. Estuvo el paro general del 24 de enero, muy masivo, etcétera, pero después levantaron el pie del acelerador y la estrategia sindical de pelear por sector no te liquida el plan de ajuste de conjunto ni te lo empantana. Te puede permitir que algún sector que pelea acompañe un poco mejor la inflación, pero no te frena todo lo que es un plan de ataque en toda la regla. Y al no haber una respuesta de conjunto, te están metiendo los despidos en el Estado en estos días, recesión en otros lados, despido acá, despido allá y que cada gremio se arregle como pueda. Eso es una estrategia que le conviene a Milei porque puede negociar acá, frena donde no, pero de conjunto te hace avanzar en un plan económico profundamente antipopular. Y políticamente el peronismo dice: 'todavía está muy fuerte, esperemos que se desgaste'. Y eso le da tiempo a Milei. Yo no soy ni optimista ni pesimista con el escenario que puede haber porque hay escenarios alternativos. Efectivamente, la fuerza de Milei se puede licuar rápido o puede estabilizarse relativamente si no hay pelea del otro lado, si no hay fuerza, si no hay movilización, si no hay lucha. Nuestra estrategia ha sido salir a confrontar desde el primer día con la movilización, obviamente con los lugares que tenemos en el Congreso e impulsando toda forma de coordinación, autoorganización, para no permitir que se asiente un plan que es terrible para gran parte de la población. Porque en estos tres meses las familias se han hecho más pobres. Algunos tienen que discutir quién come en la casa, si comen al mediodía o a la noche. No ha enviado ni siquiera la comida a los comedores. Y esta es la realidad que está operando. Para esa familia que perdió un laburo, ¿de qué va a laburar? No es que tenés la economía en expansión ni creo que vayamos a tenerla en las áreas que pueden dar empleo. Estaba leyendo que hay muchas ciudades que ya han perdido el 30% de los negocios. Esa gente, ¿dónde va a laburar? Creo que está creando un caldo de cultivo de una bronca popular mayor. Nuestra estrategia es primero, en el terreno de la lucha, tratar de ver que esta pasividad de los sindicatos sea rota, que pueda haber un verdadero plan de lucha y la autoorganización. Nuestra militancia participa junto con independientes, con sectores, algunos kirchneristas, otros no, en las asambleas barriales.
-Esa relación del peronismo con la izquierda siempre ha sido clave, en especial durante el gobierno de Macri, por decir una experiencia reciente. Y leía un documento en Ideas de Izquierda de Emilio Albamonte, donde plantea justamente el escenario que la izquierda tiene que evitar. Dice: un escenario donde nosotros luchamos ahora y después viene el peronismo para llevar todo nuevamente a un callejón sin salida. ¿Cómo se da esa relación entre peronismo y la izquierda frente al gobierno de Milei pensando que los dos buscan una salida que por ahí es distinta?
-El peronismo está en un momento de... No sé cómo llamarlo... Porque, por un lado tiene una política en bloque y por otro lado está en pleno proceso de ver en qué va a terminar. Hay un proyecto de derechizarse y de hacer una lectura en la que el problema es que ellos no hicieron parte de lo que está haciendo Milei, en el sentido de un ajuste contra el pueblo, que no se fueron más a la derecha antes, o sea, que el plan que hubiese hecho Massa ahora en el gobierno no lo hicieron antes con el gobierno de Alberto lo suficiente. Y en realidad la pérdida de apoyo del gobierno de Alberto Fernández fue por someterse al FMI, no fue por rebelarse. No se animó ni con Vicentín, no se animó a nada.
-No es la lectura hoy dominante en el amplio peronismo, ¿no?
-El propio documento de Cristina en el final, sobre todo en las propuestas, implica 'nos vamos aggiornando'. Hasta Pichetto elogió esa parte. Hagamos entrar al capital privado en el Banco Nación. Pensemos la actualización laboral, pero no en el sentido de una rebaja de la jornada laboral, como plantearíamos nosotros, sino adecuémonos. Juguetean con que ellos pueden ir haciendo parte de este ajuste que es inevitable. Y esa es una lectura que los lleva a tratar de meter a Guillermo Moreno. Hasta a Cúneo llegan algunos. Negocian con Llaryora. Entonces es un peronismo que se va a una línea más del establishment, por decirlo de alguna forma. Pero eso es un ala. Ellos tratan de ahora permitirle a Milei hacer el trabajo sucio y decir: como somos los más grandes, cuando la gente esté descontenta nos va a votar. Esa es una apuesta que tampoco necesariamente les va a salir bien, porque los liderazgos no es tan fácil construirlos. Porque no significa que esa gente que se les fue les va a volver a ellos. Y hay mucha gente de ellos que está descontenta, que lo que quiere es al revés. Dicen: che, ¿por qué no la peleamos más?, ¿qué esperamos que no salimos? Venimos de un gobierno que fue un desastre. Cuatro años de esa estrategia. Entonces, ¿podrán otra vez recauchutar eso mismo? El candidato que ellos llevaron hoy trabaja para un fondo buitre. Después, a lo mejor se recicla, hace otra cosa. Pero en estos 100 días, que han sido muy duros...
-Es la decisión más importante que anunció desde que dejó de ser candidato.
-Trabajar para un fondo buitre. Entonces, ¿qué modelo alternativo de sociedad tienen? Y, más allá de los tiempos, no descarto que esta política de Milei dé lugar a grandes acciones de masas, como han dado frecuentemente los gobiernos de este tipo. Onganía dio el Cordobazo. El plan Martínez de Hoz fue mucho más lerdo en que se vayan acumulando fuerzas. Pero terminó implosionando esa dictadura ya muy desprestigiada aún antes de la guerra de Malvinas. En el gobierno de Menem también terminó dando grandes luchas populares todo el ciclo de la convertibilidad. El de Macri dio la jornada contra la reforma laboral como una gran acción de masas. Y este gobierno, más temprano que tarde, puede ir acumulando fuerzas como para ver 'che, si no los paran arriba, los páramos de abajo con la movilización'. Porque está jugando muy al límite con la vida de mucha gente. ¿Cuáles serán los actores, las actrices de este movimiento? No lo sabemos, pero creo que van incubando mucha rabia y también están atacando a sectores que son sensibles. En las universidades, por ejemplo, están haciendo un ahogo presupuestario muy grande. No sé si después levantarán el pie del acelerador, pero lo que están haciendo ahora, si lo mantienen, sería difícil que no haya una respuesta.
-Milei con un poco más de 100 días todavía tiene, según las encuestas, una parte de la población que lo respalda. En eso coinciden la mayor parte de los sondeos. Sabemos que muchas veces fallan. Pero hay un razonamiento que por ahí se repite en el votante de Milei, que es que todavía culpa más al pasado que a los 100 días de Milei. ¿Tiene razón esa parte de la sociedad que le da crédito a Milei porque piensa que lo anterior estaba agotado? ¿Cómo se le habla a ese sector que quizás lo está sufriendo pero no puede decir: me arrepiento del voto de hace tres meses?
-Es lógico que tarde más ese sector en salir a la pelea, que sea un proceso. Ahora podés 100, 200, mucho más no te va a aguantar si le seguís amargando la vida, se la seguís arruinando, si aparte de hacerle ganar poco, lo dejás sin laburo. Porque en el lugar del ecosistema de la informalidad, quedarte sin laburo ya es un salto. Hubo un tema durante la pandemia que quienes cobrábamos un salario, lo vivíamos de una manera. Yo trabajaba en la universidad a distancia, seguía cobrando mi salario. Pero vos imaginate una pareja de una trabajadora doméstica y un laburante de la construcción que en ese momento llevaban 350 o 400 lucas a su hogar y de golpe se quedaron con 0 $ y a lo sumo cobraron 10.000 de un IFE cada tres meses. Esa base material es parte de lo que trabajó Milei. Ahora, ese sector otra vez está quedando sin ingresos. Recuperó menos ingresos cuando volvió la mejora económica de la pandemia, pero todavía tenía laburo. Ahora, eso se está perdiendo y este gobierno no es que va a poner plata ahí. Entonces ahí se va a incubar algo también. E independientemente del sector que lo votó, hay muchísima gente que no lo votó y que está muy convencida de no haberlo votado, de que lo que está haciendo es un plan terrible para el pueblo. Y esa gente es la primera que se está movilizando. Pero que todavía no se ha desplegado con la suficiente fuerza por una especulación que hay de la dirigencia política y sindical del peronismo, incluso en contradicción con parte de su base, que quiere más firmeza y quiere salir a pelear.
Nosotros tenemos un desafío que es superar la experiencia histórica del peronismo. No solo vernos como un sector que puede ser combativo, luchador, etcétera, sino como la alternativa política de mayor envergadura y que no sea que siempre la gente termina optando por el peronismo como el mal menor. Aún sin mucha convicción. Porque quizá hay también una experiencia: ese mal menor era Scioli en el 2015 y hoy es funcionario de Milei, fue Alberto y mirá como terminó, Massa está en un fondo buitre. Y entonces algún sector puede sacar la conclusión: che, es hora que hagamos algo por lo que valga la pena pelear. Pero dependerá también de lo que haya en el movimiento de la lucha de clases. Si ese sujeto al que apostamos, la clase trabajadora, para dirigir los destinos del país, no lucha es muy difícil que te vean como alternativa. Más allá de que nosotros valoramos mucho que muchísimos que no nos votan nos tienen simpatía, nos respetan y eso es una conquista que ha tenido la izquierda. Nos conocen, opinan que hacemos lo que decimos, que por ahí no están dadas las condiciones para lo que planteamos, pero somos la segunda opción de voto de una gran parte del voto peronista. Myriam (Bregman) tiene un respeto enorme, más allá de que no logramos un gran resultado en la elección presidencial.
Nosotros tenemos una tarea, un desafío que trataremos de hacer lo mejor posible: volver a poner las ideas del socialismo a debate
-El impacto de Milei, ese ascenso fulminante, sorprendió a muchos adentro, afuera. La pregunta es: ¿por qué la izquierda no pudo capitalizar ese gran descontento que fue con el Frente de Todos, pero fue también con Macri ? ¿Y por qué la sociedad va hacia una opción de de extrema derecha cuando tiene una crítica al sistema, al menos al sistema político?
-Me parece que al haber jugado tanto la pasividad durante el gobierno de Alberto, perjudicó para que la conclusiones a sacar del fracaso de esa experiencia, sean por izquierda. Y también porque la identificación de ese gobierno era como un gobierno progresista. Milei lo acusaba de ser de izquierda. Y entonces los descontentos eran más fácilmente capitalizables o el tipo de descontento que se dio con la situación de la pandemia, después con la situación de precariedad, por el discurso que trabajó Milei, obvio, con un gran apoyo del sistema mediático y con una manija también de un sector del peronismo. Los que dijeron que le armaron las listas nunca lo negaron. O una parte de las listas por lo menos. Todo eso favoreció. No hay un único factor que te explique a Milei. Todo esto que te estoy nombrando es una coagulación muy particular que en un momento se puede dar basada en la experiencia de un fracaso, pero de un gobierno que era identificado como progresista. Y en el que no se defendió el salario. Y un argumento para no pelear contra el gobierno de Alberto que te decían las direcciones peronistas era: es nuestro gobierno. Si peleamos le hacemos el juego a la derecha. Y la realidad es que le hicieron el juego a la derecha por permitir que se liquiden los salarios, por permitir que se precarice la vida de las personas, por reprimir en Guernica. Con eso le hacen el juego a la derecha. O subordinándose al FMI, diciendo que es lo único que se podía hacer. Contra el FMI muchos hablaron, pero los únicos que movilizamos fuimos nosotros en la izquierda. Después no movilizó Juan Grabois, no movilizó La Cámpora. Se opusieron en el Congreso, pero a las calles no salieron. Y en última instancia, Milei es un hijo de que el Gobierno del Frente de Todos aplicó todas las políticas del FMI. Y al no haber resistencia, no haber lucha, eso dificultó que la conclusión de ese sector haya sido: bueno, vamos con la izquierda. Ahora, también es cierto que nuestro prestigio político aumentó a pesar de eso, mejoró. Más gente nos ve y nos referencia como algo que podría ser si ese sujeto se pone en movimiento. Es una apuesta. Como toda apuesta puede salir o no. Nosotros no militamos para otra cosa. Para nosotros tiene sentido militar si podemos hacer una sociedad diferente. Y para eso seremos minoría, seremos más, seremos menos, la pelearemos. Depende también de situaciones internacionales. Las tendencias internacionales hacen crecer hasta ahora más fenómenos de derecha que fenómenos de izquierda. Pero a mí me parece que acá tenemos un lugar ganado y que la izquierda es una referencia importante y que ahí nosotros tenemos una tarea, un desafío que trataremos de hacer lo mejor posible: volver a poner las ideas del socialismo a debate. Quizás Milei, al atacar tanto 'che, los zurdos, todo es comunista, todo es socialista' también empiece a generar interés en las ideas del socialismo, en que, aparte del capitalismo puro y duro que quiere, puede haber una salida antagónica al dominio del gran capital que está nuevamente empobreciendo a la población, quitándole derechos, mientras permite que los hipermillonarios se vayan para arriba. Y desocultar eso que Milei ocultó que es la clase dominante. El discurso de Milei pegándole a la casta ocultaba a la dirigencia política tradicional, ocultaba el poder detrás del trono. El poder económico. Ahora, al jugar tanto el poder económico junto a Milei, Rocca en ese lugar central que tiene controlando YPF y controlando la Secretaría de Trabajo, otros grandes empresarios diciendo 'esta es nuestra apuesta' y la gente del otro lado sufriéndola, quizás permita hacer una experiencia distinta y empezar a identificar que si no afectamos el poder económico, no hay ninguna salida progresiva para la clase trabajadora y los sectores populares.
Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).
DG/CRM
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