A cinco semanas de las PASO, el Gobierno flexibiliza restricciones y descarta un cierre aunque aumenten los casos
Con el interrogante sobre cómo y cuándo impactará la variante Delta en el país, el Gobierno nacional definió el escenario pandémico hasta octubre, período que incluye la primera instancia electoral del año, las primarias pautadas para el 12 de septiembre. Con el nuevo DNU, Alberto Fernández modificó los parámetros para evaluar la situación epidemiológica, flexibilizó restricciones y anticipó nuevas aperturas.
A pesar del pronóstico oficial sobre la presencia de la Delta en las próximas cuatro o seis semanas, el Gobierno fijó un esquema que no contempla cierres generales aunque se produzca un aumento de casos. Deja, como último recurso, un “botón rojo” para confinamiento de 9 días, focalizado, en zonas donde un rebrote dispare el único indicador que se analizará desde ahora: la ocupación de las camas UTI con pacientes Covid-19.
Con este marco, el Gobierno proyecta que las elecciones del 12-S se realizarán sin inconvenientes. Aunque no descartan que, para entonces pueda haber un aumento de contagios, la estimación del ala política de Casa Rosada es que no será en un contexto grave respecto a los dos renglones más sensibles: las internaciones críticas y los fallecimientos.
“Puede haber un aumento de contagios pero, como ocurrió en otros países, sería sin casos críticos y con un nivel muy bajo de casos fatales”, explican en Gobierno y citan la estadística del ministerio de Salud que refleja que en Argentina entre los vacunados con una dosis solo se registró un 0,06% de casos fatales, porcentaje que bajó a 0,02% en los que recibieron el esquema completo.
Diagnósticos
La medida supone una mirada optimista sobre lo que viene. De hecho, descarta la posibilidad de que sea necesario disponer nuevamente un confinamiento aunque deja abierta, técnicamente, esa posibilidad. En Casa Rosada plantean que con el nivel de vacunación, más el avance que se logrará hasta septiembre, se llegará a la elección con más del 60% de la población vacunada con una dosis y un 40% con dos dosis.
En Salud, en cambio, son más cautelosos porque entienden que el impacto de la Delta es incierto. Una hipótesis, que circula entre especialistas y funcionarios, es que el ingreso de esa variante no tendrá un comportamiento similar al de Europa porque allí avanzó sobre la variante británica mientras que en Argentina -y América Latina- predomina la variante Manaos. El interrogante es sobre cómo se desarrollará esa “disputa” de variantes.
“Agosto es el mes decisivo para saber qué pasa con la Delta. La Manaos, cuando apareció, entró a circular más rápido. Hasta ahora funcionó el plan para contener su ingreso, y vacunar sirvió para estar preparados”, explican en el gobierno bonaerense, más precavidos que en Nación. De hecho, el ministro de Salud Nicolás Kreplak consideró inevitable una tercera ola producto de la Delta, mismo diagnóstico que hizo Fernán Quirós. “Los gobiernos deben prepararse para los peores escenarios. Si no se dan mucho mejor, pero tenemos que advertir que eso puede pasar”, explicó a elDiarioAR una fuente oficial.
En el Gobierno entienden que aun con circulación comunitaria de la Delta, la situación podría aumentar en cantidad de casos pero no en gravedad, lo que no ejercerá presión sobre el sistema de salud. Con menos riesgo de casos fatales, no sería necesario recurrir a nuevas medidas restrictivas. De hecho, en la hoja de ruta oficial septiembre aparece como el mes donde podrían avanzarse otro escalón en las aperturas con la autorización para concurrencia a eventos masivos, con aforo y dos dosis, como canchas de fútbol y recitales.
En el escenario ideal de la Casa Rosada, la primaria se desarrollará con un nivel de normalidad impensado hace cinco meses: clases presenciales, actividades productiva y comercial abierta, y retorno del público a los eventos recreativos, además de gastronomía y turismo con altos niveles de apertura. Estos dos últimos son los sectores de la economía que todavía se ven afectados por las restricciones, según los datos de actividad.
Escenarios electorales
Las proyecciones sobre la Delta, con un eventual impacto en cantidad de casos pero no de fallecimientos ni ocupación de UTI, aparece en el tablero electoral del Gobierno, que se prepara para una campaña intensa en la que arranca con un piso de 38%, según el análisis que hacen en el equipo de Alberto Fernández.
“Arrancamos 10 puntos abajo de la elección del 2019 pero tenemos tiempo y capacidad para mejorar: un mejor escenario con la economía, vacunación, más apertura, mejor clima social”; dicen en el Gobierno y proyectan una victoria en la provincia de Buenos Aires, definen Córdoba como el territorio más difícil para el Frente de Todos (FdT) y contemplan derrotas en CABA y Mendoza pero, en éste último caso, con una performance mejor que la de hace dos años que podría permitirle al oficialismo sumar un diputado nacional.
“En la provincia, partidos de un piso de 42% y creemos que Victoria Tolosa Paz puede ampliar ese número. La unidad nos da un buen piso electoral pero hay que crecer”, explican en Casa Rosada. Hay, en otros despachos, diagnósticos menos auspiciosos que se preparan para un resultado ajustado, con una diferencia de unos pocos puntos. “Ganar se gana por un punto, o se gana por un voto”, sintetiza una fuente del FdT.
Sobre el paquete de provincias grandes, se consideran inciertos los resultados en en Entre Ríos y Santa Fe, en este último caso, atado a cómo se desarrolle la interna del FdT entre Agustín Rossi y la lista de Omar Perotti, y cómo se ordene ese proceso hacia adelante.
PI
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