Una bomba racimo que anula las chances del PJ y potencia su “Milei-dependencia”
Pasada la medianoche, todavía en shock, en la cima de Unión por la Patria (UP) se entregaban, entre llamados y mensajes, a un dramático balance de daños. La histórica paliza que sufrió el peronismo, a esa hora por 40 puntos de diferencia -en la madrugada se acortaría a 36%- forzaba análisis y diagnósticos sobre lo que le espera, en apenas 26 días, al oficialismo en Santa Fe, el tercer padrón más voluminoso del país.
En la previa, la fantasía a la que se abrazaban en UP tenía dos derivadas: que la victoria de la franquicia de JxC, en medio de una interna brutal entre Maximiliano Pullaro y Carolina Losada, no sea por más de 25 puntos sobre el conglomerado oficialista, y que Marcelo Lewandowski, el más taquillero de los candidatos peronistas, logre la magia de terminar como el postulante individualmente más votado.
Ese dibujo no ocurrió: la derrota fue por cerca de 37% y Lewandowski, el candidato que Omar Perotti no quería pero tuvo que aceptar por la presión del PJ territorial, quedó tercero con 17%, detrás de los 34 puntos de Pullaro y los 21 de Losada. Con ese score, el número del exministro de Seguridad, dirigente del ecosistema que comparten Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau, fulminó cualquier hipótesis de repunte peronista. “En las PASO, Pullaro tuvo un resultado de elección general: ya es gobernador”, detalló un peronista que conoce los entresijos de Santa Fe.
La alquimia para imaginar a un peronismo competitivo por la gobernación parecía ignorar datos obvios: la malograda gestión de Perotti, las crisis que estallaron en Santa Fe y fueron un costo para la Casa Rosada -Vicentín y el tema narco- y la versión santafesina de las internas múltiples del peronismo. Sumado a los números rojos de la Economía y al desencanto del FdT ¿sobre qué tesis, en UP tejían variantes de un PJ que, con carambolas enroscadas, pueda ilusionarse con una victoria? Encima ocurrió otra extrañeza: la unidad de las oposiciones en un frente de frentes, logró una suma matemática de votos. Los márgenes de un peronismo competitivo formaban parte de un menú de interrogantes, entre los que estaba además el efecto de la campaña rabiosa de Losada y el impacto sobre las postulaciones de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Los adioses
El 16-J santafesino no solo enterró la chance local sino que, en el mismo movimiento, instaló otra certeza dura: terminó con cualquier expectativa de que UP pueda proyectar un escenario, no de victoria sino al menos de competitividad, en las PASO presidenciales del 13 de agosto. El resultado de la PASO fue una bomba racimo que rompió todo en el peronismo. “La provincia está perdida: lo único que tenemos que tratar es de no perder por 30 puntos como en Córdoba”, confió de madrugada un funcionario.
No es, tampoco, un dato novedoso: en las generales del 2015, Mauricio Macri derrotó por 36 a 31 a Daniel Scioli, y en 2019, el entonces presidente remontó los 10 puntos que le había sacado Alberto Fernández en las primarias y, en octubre, ganó por 1,5 puntos. Con el resultado de este domingo, el peronismo nacional se entregó a hacer cálculos de espanto sobre lo que se puede esperar en agosto próximo. Hay un factor operativo para observar: Perotti, gobernador saliente que va como candidato a diputado, no estará en la campaña de UP nacional que hará eje en los candidatos a diputados nacionales. De hecho, salvo que anule la agenda sobre la hora, el martes Perotti iniciará una gira por la India que lo tendrá lejos de la provincia por más de 10 díez. Otro dato no menor es que Agustín Rossi, compañero de fórmula de Sergio Massa, es de Santa Fe.
Lecturas y matemática
En la explicación de la paliza, el peronismo anuda varios factores. Uno tiene que ver con la elección monumental de Pullaro. En el PJ creen que el exfuncionario de Miguel Lifschitz, se benefició abiertamente de la campaña rabiosa que desplegó Carolina Losada. “Losada generó el efecto inverso: su campaña funcionó a favor de Pullaro y hubo un voto dirigido a evitar que Losada gane”, explica un dirigente santafesino. Aparece otro factor que es llamativo: la crisis de inseguridad, con el fenómeno narco como epicentro, fue uno de los elementos que en el 2019 allanaron la victoria a Perotti. Por entonces, el responsable de la seguridad era Pullaro: el mismo dirigente que no pudo resolver aquello, ahora es la bala de plata contra el peronismo.
Parece poco probable que ese voto teóricamente estratégico que fue a Pullaro para cortarle el paso a Losada pueda más adelante migrar hacia alguna oferta peronista. Las matemáticas del oficialismo tienen dos bordes. Uno que recuerda que el PJ tiene un techo apenas superior a los 40%, que tocó Perotti en el 2019. Otro es que el piso electoral del PJ estuvo, históricamente, arriba de los 30 puntos. Lewandowski, como senador en el 2021, sacó 32%. Este domingo, la sumatoria de los cuatro candidatos de UP no llegó a los 28 puntos.
“Si volvemos al piso de 32, y Sergio suma algo, podemos podemos acortar un poco la diferencia”, explica un operador que suma otros dos elementos, en una construcción con muchas derivadas, para que proyectar una derrota en las PASO que no sea por más de 10 puntos. Ahí juega la otra pieza que es clave para cualquier proceso de supervivencia electoral del peronismo: Javier Milei.
En la elección local, hubo un candidato libertario, que sacó 3% sin el respaldo de Milei. En las estimaciones de UP, el libertario está entre 15 y 20% en la provincia. En teoría, son votos que están entre los 63,5% que sacó la alianza opositora que compartieron Pullaro, Losada y la socialista Mónica Fein. Esta última, a su vez, en el armado presidencial va asociada al cordobés Juan Schiaretti. En la primaria de JXC santafesino -llamado Unidos por el Cambio- Fein obtuvo 8,75% que, creen en el PJ, en las PASO nacionales no iría a Juntos sino que optaría por Hacemos, el espacio que postula a Schiaretti y Florencio Randazzo.
Es toda una matemática optimista que refleja, además, un fenómeno puntual: la dependencia que el PJ adquirió sobre la existencia, y competitividad de Milei. Si el libertario decidiera no competir o sus chances electorales se derrumbaran, la elección presidencial estaría terminada, y no en beneficio del PJ. La elección santafesina alimenta esa lectura: todo el ecosistema opositor se unió en un frente, desapareció el esquema de tercios que durante años tuvo Santa Fe, y las chances del PJ se desvanecieron. La presencia de Milei en la oferta presidencial, impide ese alineamiento para las PASO y la general, aunque podría darse en un eventual balotaje.
PI
0